Sobre la crisis de valoración y su incidencia en los códigos de ética
Realicemos una radiografía del Panamá de hoy sin desmeritar o decir cuál época es o fue mejor, empecemos con esos eventos que han incidido en ir perdiendo la capacidad de valorarnos y valorar lo bueno, lo justo y lo bello.
- Abel L. Guerra I.
- /
- - Publicado: 03/10/2021 - 12:00 am
En nuestro país se percibe a diario una crisis en la forma de valorar. No pretendo dar una clase de axiología, pero sí mostrar el patrón por el que los mal llamados códigos de ética se vuelven obsoletos frente a una sociedad que ha pisado fondo, en cuanto a lo que Aristóteles conocía como buscar el fin último, la felicidad.
Pero qué tiene que ver el concepto acuñado por Aristóteles con nuestra forma de vida, es de conocimiento que para este filósofo, en su tratado Ética a Nicómaco, el término de felicidad está íntimamente relacionado con el bien, es decir, que en la realización perfecta de cada actividad que realiza el hombre, este encuentra su plenitud.
Qué ocurre cuando existe una crisis de las personas o sociedad a la hora de ejercer su valoración moral, donde la justicia falla a favor o en contra en los tribunales por las coimas en maletines negros; qué decir del concepto de pobreza, equivalente a poseer muchas propiedades a costa de un puesto político; la manera como se percibe la responsabilidad y honradez como sinónimos de juega vivo y el discurso demagógico, lo exaltamos como una verdad irrefutable.
Estas disparidades axiológicas dependerán de factores culturales, religiosos sociales, psicológicos, etc., que nos han marcado como individuos y como país.
Realicemos una radiografía del Panamá de hoy sin desmeritar o decir cuál época es o fue mejor, empecemos con esos eventos que han incidido en ir perdiendo la capacidad de valorarnos y valorar lo bueno, lo justo y lo bello.
Puedo decir que desde la conquista española con su culturización impuesta, pasando por las esclavitudes y vejámenes hacia los grupos vulnerables de ese momento; el comercio desleal que se dio en la región, nuestra unión a la Gran Colombia y su situación caótica que acarreó para el istmo una cultura de la desidia; el vasallaje de tener una quinta frontera dentro del territorio nacional afectando nuestra autoestima como nación; el oportunismo político de las clases sociales elites panameñas, pasando por el periodo de dictadura y violación de derechos humanos por los militares, aunado una clase política que se sigue aprovechando de la pobreza y miseria del pueblo, para justificar su oportunismo; no podemos olvidar una sociedad sumergida en vicios por los gobiernos incapaces de frenar la corrupción, el narcotráfico y otros males sociales.
Todas estas situaciones han jugado un papel preponderante para que la sociedad esté en una constante carencia de valores éticos y morales, cayendo en la indiferencia hacia el descaro recurrente que se ve a diario, como diría Demetrio Herrera Sevillano, en ese célebre poema: Tú siempre dices que sí.
Al final, podemos inventarnos miles de códigos de ética, publicarlos en gacetas oficiales, pero la podredumbre moral que carcome las esferas sociales y políticas de esta sociedad, la podemos relacionar como los antiguos corsarios dispuestos a saquear y destruir nuestro país por el amor a sus conveniencias personales.
VEA TAMBIÉN: COVID-19: Fabricación de una vacuna
Es hora de decir no: "… ¡por favor! que no se diga que tú no tienes conciencia. Ni que te gusta el ultraje. Ni vagar en la miseria...".
Profesor de Filosofía y Directivo de un centro educativo.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.