Sobre la película deDan Brown
- Roquel Iván Cárdenas
Con el estreno en nuestro país de la cinta “Ángeles y Demonios”, es muy probable que algunas personas que desconocen la Iglesia Católica y su historia salgan muy confundidas después de verla. En primer lugar, es importante tener claro que estamos ante una obra de ficción.
A pesar de la promoción que hábilmente nos han presentado, podemos afirmar con contundencia que no estamos ante una investigación histórica, ni ante una reconstrucción histórica, basada en acontecimientos que nunca ocurrieron, pero que habrían podido suceder. Lo que Dan Brown emplea es la antigua fórmula de llenar páginas con información aparentemente fidedigna que, en realidad, no tiene ninguna base histórica, artística o religiosa.
Algunos ejemplos de los muchos errores que tiene, y que por lo limitado de este artículo no se pueden abordar todos, son:
En primer lugar, Dan Brown afirma en el libro que: “los Illuminati fueron cazados sin piedad por la Iglesia Católica”. Se dice, que la Iglesia Católica ordenó una masacre brutal para silenciarlos para siempre. En las páginas 39-40 del libro, se dice que los Illuminati fueron fundados en el siglo XVI. En la página 223 se dice que "la palabra de la Hermandad de Galileo comenzó a difundirse en 1630 y que científicos de todo el mundo hacían una peregrinación secreta a Roma esperando poder unirse a los Illuminati…. La verdad es que ningún miembro de los Illuminati fue cazado y mucho menos asesinado por parte de la Iglesia católica. En realidad, los Illuminati fueron fundados por un profesor de leyes llamado Adam Weishaupt, en Baviera, Alemania, el 1 de mayo de 1776. No duraron mucho, colapsaron en 1787. Así que arrastrar a Galileo a esta fábula es bastante deshonesto, cuando es sabido que él murió en 1642, casi 150 años antes de que los Illuminati fueran fundados.
Se afirma que la idea de que Jesús muere por nuestros pecados es cristiana, robada al legendario rey azteca Quetzalcoatl. Que la Santa Comunión o Eucaristía, según, es un concepto que fue tomado de los aztecas. Pero el hecho concreto es que la Cristiandad precede a la civilización azteca por más de 1000 años.
La verdadera razón de Brown para tratar de desacreditar no sólo a la Iglesia Católica, sino a todo el cristianismo la descubrimos en su obra. En la página 31, uno de los personajes de Brown se regocija al decir que: "Pronto se probará que todos los dioses son falsos. La ciencia dará la respuesta a casi todas las preguntas que el hombre pueda hacer". En la página 218, Brown se emociona tanto con la promesa de la ciencia que para expresarlo usa cursivas y exclama: "¡La Ciencia es Dios!". En la página 474, se pone totalmente a tono y nos dice: "Las antiguas historias sobre inmaculadas concepciones, zarzas ardientes y mares abiertos ya no son relevantes. Dios se ha vuelto obsoleto. La ciencia ha ganado la batalla".
Para Brown y sus seguidores la ciencia es su dios; para los católicos, Jesucristo es Dios. Allí estriba la gran diferencia.
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