Tozudez de Zelaya y error hondureño
- Edwin R. Molina J.
El drama político hondureño es preocupante. Las acciones tomadas en junio por las instituciones democráticas Tribunal y Fiscalía Electoral, Corte Suprema y Congreso en cumplimiento de disposiciones constitucionales, dieron al traste con las pretensiones de Zelaya, que si bien es cierto ostentaba la legalidad de un mandato electoral, había perdido la legitimidad de ese mandato por su tozudez de desconocer las advertencias de su proceder anticonstitucional. Varios connotados escritores internacionales lo han reconocido así. Y siguiendo lo establecido por la Constitución lo depusieron y llevaron a cabo lo que han llamado una transición constitucional democrática, que la comunidad internacional ha condenando como golpe de estado y gobierno de facto, juicios y proceder que considero injustos y tomados a la ligera por presión del bufón bravucón del Orinoco en defensa de su protegido pupilo. Considero que el error que cometió el gobierno provisional fue sacarlo del país en lugar de mantenerlo detenido dentro del territorio nacional.
Su llorón peregrinaje con apoyo venezolano no ha surtido efecto. Aquí, con imprudencia y desconocimiento del protocolo vino el 1 de julio a empañar con su lloriqueo, la toma de posesión del nuevo gobierno y hasta tuvo la osadía de dar órdenes a los agentes de seguridad que cumplían instrucciones de autoridades locales.
Nuevamente, desoyendo recomendaciones, se internó en la embajada brasileña que inexplicablemente no califica su estatus pero tolera que dicte instrucciones estimulando protestas callejeras, conducta desaprobada por funcionarios y congresistas norteamericanos y por el presidente Arias que promueve solución diplomática.
*Jubilado de la Universidad de Panamá.
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