Trastornos del aprendizaje
Publicado 2001/07/31 23:00:00
El manual DSM-IV de Criterios Diagnósticos de la APA, incluye como desórdenes del aprendizaje a aquéllos en la lectura, en matemáticas, escritura expresa y otros no especificados. Este término de Trastornos del Aprendizaje, vino a ser utilizado a una campaña desarrollada por Samuel Kirk, desde 1963. La propuesta de Kirk marcó un nuevo campo. Fue eliminando las concepciones antiguas de problemas causados por disfunciones cerebrales y neurológicos.
Este artículo trata acerca de esos niños que fallan en aprender en la escuela y que sus causas son específicamente inhabilidades del aprendizaje que discrepan con su habitual intelectual general, que por lo común son normales o superior a lo promedio. Particularmente, en sociedades industrializadas, se ha tratado de llevar una negociación exitosa con el sistema educativo por la importancia en el éxito social y laboral. Por tal motivo, hoy, los problemas de aprendizaje específicos que interfieren con el éxito académico, son de gran interés y llaman la atención del comportamiento psicológico, la motivación, la ansiedad y el funcionamiento familiar de los afectos. Los padres de estos niños, al igual que los profesionales tratantes (pediatras y psicólogos) y maestros, están cada día demostrando más interés para que las necesidades de estos niños sean llenadas y animan a que esta categoría de problemas reciba el apoyo de instituciones públicas y privadas.
Se estima que de un 5 a un 15 % de los niños sufren de este desorden del aprendizaje. Las estadísticas varían enormemente, ya que eso depende del reporte que los especialistas o educadores hagan del mismo. Ultimamente, se ha notado un incremento del trastorno, ya que los maestros, al querer ser muy consciente de este problema, a veces se apuran en clasificarlos como tales. Se ha notado que la incidencia del problema es mayor en niños que en niñas. Las deficiencias cognoscitivas de este desorden incluyen el déficit atencional, problemas perceptuales y perceptual-motor, deficiencias en la memoria, en estrategias cognoscitivas y funciones ejecutorias y deficiencias en el lenguaje. El factor social y la motivación cumplen un papel importante en estos niños con desorden del aprendizaje. Aquí entra en juego la competencia social y problemas conductuales que son concomitantes.
El tratamiento de estos niños puede ser con medicación especializada, especialmente si el problema viene acompañado de convulsiones, hiperactividad y/o falta de atención. Ciertos estimulantes, aparentemente, son de gran ayuda para muchos de estos niños, para incrementarles su atención, disminuir su actividad, sus problemas sociales, impulsividad y conducta perturbadora y no complaciente. El grado en que estos medicamentos mejoran las dificultades académicas, es aún cuestionable. Otros estudios indican que un cambio en la dieta de los niños y proporcionarles dosis masivas de vitaminas y elementos específicos, tales como cobre y zinc, reduciendo el azúcar refinada y aditivos y preservativos de los alimentos, han ayudado algo.
Se ha visto que con técnicas psicológicas y educativas estos niños responden muy bien. Hay programas especiales de Frostig y muy en especial el programa de Desarrollo Perceptual Motor de Fairbanks y Robinson. Existen otros programas y técnicas que sirven para complementar los arriba mencionados, además de ejercicios específicos. Los padres del niño que entra en el tratamiento, deben ser bien orientados por el psicólogo acerca de lo que es el desorden en el aprendizaje. Muchos se asustan ante un diagnóstico de "disfunción cerebral mínima" "dislexia", "desorden en el aprendizaje" o "problemas de la atención". Un padre bien orientado, es el mejor cooperador en el tratamiento del niño, y el problema se resuelve en forma mucho más fácil.
Los mejores tratamientos incluyen entrenamiento en el mejoramiento de las deficiencias perceptuales motoras, los enfoques de modalidad sensorial y de lenguaje, incrementando la metacognición y las funciones ejecutorias para el proceso adecuado de la información y el tratamiento conductual.
A los padres de familia y a los maestros, les invitamos a que estén alertas para no dejar pasar este problema. Su atención temprana puede producir resultados muy alentadores y positivos.
Este artículo trata acerca de esos niños que fallan en aprender en la escuela y que sus causas son específicamente inhabilidades del aprendizaje que discrepan con su habitual intelectual general, que por lo común son normales o superior a lo promedio. Particularmente, en sociedades industrializadas, se ha tratado de llevar una negociación exitosa con el sistema educativo por la importancia en el éxito social y laboral. Por tal motivo, hoy, los problemas de aprendizaje específicos que interfieren con el éxito académico, son de gran interés y llaman la atención del comportamiento psicológico, la motivación, la ansiedad y el funcionamiento familiar de los afectos. Los padres de estos niños, al igual que los profesionales tratantes (pediatras y psicólogos) y maestros, están cada día demostrando más interés para que las necesidades de estos niños sean llenadas y animan a que esta categoría de problemas reciba el apoyo de instituciones públicas y privadas.
Se estima que de un 5 a un 15 % de los niños sufren de este desorden del aprendizaje. Las estadísticas varían enormemente, ya que eso depende del reporte que los especialistas o educadores hagan del mismo. Ultimamente, se ha notado un incremento del trastorno, ya que los maestros, al querer ser muy consciente de este problema, a veces se apuran en clasificarlos como tales. Se ha notado que la incidencia del problema es mayor en niños que en niñas. Las deficiencias cognoscitivas de este desorden incluyen el déficit atencional, problemas perceptuales y perceptual-motor, deficiencias en la memoria, en estrategias cognoscitivas y funciones ejecutorias y deficiencias en el lenguaje. El factor social y la motivación cumplen un papel importante en estos niños con desorden del aprendizaje. Aquí entra en juego la competencia social y problemas conductuales que son concomitantes.
El tratamiento de estos niños puede ser con medicación especializada, especialmente si el problema viene acompañado de convulsiones, hiperactividad y/o falta de atención. Ciertos estimulantes, aparentemente, son de gran ayuda para muchos de estos niños, para incrementarles su atención, disminuir su actividad, sus problemas sociales, impulsividad y conducta perturbadora y no complaciente. El grado en que estos medicamentos mejoran las dificultades académicas, es aún cuestionable. Otros estudios indican que un cambio en la dieta de los niños y proporcionarles dosis masivas de vitaminas y elementos específicos, tales como cobre y zinc, reduciendo el azúcar refinada y aditivos y preservativos de los alimentos, han ayudado algo.
Se ha visto que con técnicas psicológicas y educativas estos niños responden muy bien. Hay programas especiales de Frostig y muy en especial el programa de Desarrollo Perceptual Motor de Fairbanks y Robinson. Existen otros programas y técnicas que sirven para complementar los arriba mencionados, además de ejercicios específicos. Los padres del niño que entra en el tratamiento, deben ser bien orientados por el psicólogo acerca de lo que es el desorden en el aprendizaje. Muchos se asustan ante un diagnóstico de "disfunción cerebral mínima" "dislexia", "desorden en el aprendizaje" o "problemas de la atención". Un padre bien orientado, es el mejor cooperador en el tratamiento del niño, y el problema se resuelve en forma mucho más fácil.
Los mejores tratamientos incluyen entrenamiento en el mejoramiento de las deficiencias perceptuales motoras, los enfoques de modalidad sensorial y de lenguaje, incrementando la metacognición y las funciones ejecutorias para el proceso adecuado de la información y el tratamiento conductual.
A los padres de familia y a los maestros, les invitamos a que estén alertas para no dejar pasar este problema. Su atención temprana puede producir resultados muy alentadores y positivos.
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