Turismo istmeño post Covid-19
El mundo post Covid-19, nos presenta una población rápidamente avejentando en busca de una calidad de vida óptima, alejada de lo que se percibía hasta el momento como "primer mundo". Y Panamá ofrece todas las cartas para un expedito blackjack..
El establecimiento del mejor parque ecológico mundial en la cima del cerro Pechito Parao, en Darién, atraería decenas de millones de visitantes. Foto: Archivo.
Todo parece indicar que, juzgando por la tenacidad de las autoridades de salud de Panamá en la promulgación de la cuarentena obligatoria y la disciplina de la población en cumplirle, seremos uno de los países en liberarnos de esta medida con mayor antelación, guardando siempre los criterios fundamentales para evitar el rebrote de la pandemia.
En temas de turismo, habrá un borrón y cuentas nuevas, no solamente en Panamá sino a nivel global y es precisamente la forma como hemos manejado la pandemia, dotando al sector salud con la batuta en la implementación del plan de acción en lugar de los políticos, lo que nos ha permitido adelantar hasta ahora a pasos ciclópeos, al resto de los países.
Precisa, en la próxima etapa, tal cual priorizan la ministra de Salud Rosario Turner, el director del Instituto Conmemorativo Gorgas, Dr. Juan Pascale y el infectólogo Xavier Sáez Llorens, masificar las pruebas para una cobertura integral.
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Una vez cumplido el protocolo presentaremos al mundo nuestra nueva y potentísima carta de presentación turística, porque los bastiones tradicionales del turismo: Francia (90 millones), España (82 millones), Estados Unidos (80 millones), China (63 millones) e Italia (62 millones) de visitantes anuales, han trastabillado en la imagen de un mundo revuelto y la captación de turistas al futuro, lejos de ser automática, se definirá por la longitud y rebrotes de la pandemia.
Entonces, Panamá, país seleccionado por la prestigiosa calificadora Moody's como el más rico de América Latina con el grado de inversión país Baa1, con una expectativa estable y un fuerte crecimiento a mediano plazo, cuenta con la infraestructura y el potencial de atraer la inversión extranjera necesaria para catapultar el turismo al próximo nivel.
A lo opuesto del sector financiero y el Canal de Panamá, nuestro turismo se ha visto restringido por una falta garrafal de planificación y una visión muy abreviada, a lo largo de los años, que nos arroja una raquítica cifra de alrededor de 2 millones de visitantes anuales, equivalente, por ejemplo, al número de visitantes anuales que recibe el poblado de Buga, en Colombia, a raíz de un turismo religioso cuyo único atractivo es la Basílica del Cristo Milagroso.
Carpe Diem, del latín vivir el momento, nos presenta una oportunidad de lujo para la promulgación de una legislación que cautive la inversión extranjera en mega proyectos de turismo que nos permitan multiplicar la afluencia del turismo hacia Panamá.
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Volcando hacia atrás el reloj de la historia, podemos analizar un par de ejemplos que bien valen subrayar: Las Vegas, en el medio de un desierto plagado de cascabeles y escorpiones, recibe 42 millones de visitantes anuales.
El plan de desarrollo de Quintana Roo, México, a mediados de la década de los setenta del siglo pasado, eleva el año pasado a 23 millones de visitantes al antiguo poblado de pescadores, Cancún.
El mundo post Covid-19, nos presenta una población rápidamente avejentando en busca de una calidad de vida óptima, alejada de lo que se percibía hasta el momento como "primer mundo".
Y Panamá ofrece todas las cartas para un expedito blackjack.
Clima tropical, sin huracanes ni movimientos telúricos, el respaldo de una moneda sólida que garantiza la inversión, una población alegre con los brazos abiertos al turismo y una infraestructura envidiable.
En ausencia de magnetos al turismo.
Cito un ejemplo: La explotación del Darién como pulmón verde del mundo, con hitos históricos como la cima del cerro Pechito Parao, donde Balboa ojea por vez primera el mar del Sur, gozando de la más óptima pesca deportiva global, donde el visitante puede adentrarse en la naturaleza.
En aquel lugar el establecimiento del mejor parque ecológico mundial atraería decenas de millones de visitantes.
Allí, una inversión billonaria por Disney, National Geographic o negocio colateral por Amazon crearía una carta de presentación al sitio que debe prohibir, eliminar la tala de árboles y, en su defecto, germinar otro Cancún, pero más apegado a la realidad de un mundo verde.
¡El potencial es enorme, solo hace falta la iniciativa!
Líder empresarial.