Victoriano Lorenzo, el líder
Publicado 2000/05/14 23:00:00
- Carlos A. RodrÃguez/
"El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella" Diógenes. Originario de las entrañas de la manigua coclesana, Pajonal, hoy corregimiento del distrito de Penonomé, nace, como todos los de su raza a la vera del riachuelo entre los años 1853 y 1857, Victoriano Lorenzo gran figura controversial de nuestra historiografía.
Su traginar político, debemos enmarcarlo dentro de la estratificación socioeconómica de la época y las razones sociohistóricas que le impulsaron junto con sus montoneras, a entrar activa y decididamente en el conflicto bélico de la Guerra de los Mil Días.
Muchos discutidos héroes de la historia perpetuaron su recuerdo en la tradición de sus pueblos hasta perderse en la glorificación del mito hasta convertirse en leyenda. Mas Victoriano Lorenzo no es personaje de la tradición; es un hombre del presente. Es un retazo del pueblo panameño, que con gesta extemporánea alzó su grito de rebeldía en reclamo de la libertad. Extemporáneo, señalamos, porque su idea era centralista con relación a los intereses políticos que enlutecieron al Istmo en la clausura del siglo XIX.
La férrea formación del carácter y personalidad del individuo, predispusieron a Victoriano hacia la lucha armada, la revolución y la causa reivindicativa de la clase social en que para la época se debatía el cholo campesino e indígena panameño marginado.
La figura de Lorenzo se inserta en el conflicto de la Guerra de los Mil Días, suscitado a raíz de antagonismos políticos existentes entre los partidos tradicionales colombianos Liberal y Conservador; que llegan al clímax de su exacerbación a partir de 1886 al ser desplazados los primeros del poder.
Esta contienda se inició en el Departamento de Santander, Colombia, en octubre de 1899 y se extendió rápidamente al Istmo de Panamá, en donde el Dr. Belisario Porras se convertiría en la figura que liderizaría la causa del liberalismo popular en el Departamento del Istmo.
Cuando en 1901, la guerra en el Istmo recrudeció en todos los frentes, Lorenzo, que comandaba un ala de las fuerzas liberales logra obtener resonantes triunfos, haciendo que el General Benjamín Herrera le otorgase el rango de General de División.
Luego, para finales de 1902, las fuerzas liberales controlaban prácticamente todo el interior del Istmo y las aguas territoriales del Pacífico, exceptuando la zona de tránsito. Mas sin embargo, en el resto de Colombia los Conservadores habían ganado la guerra y los liberales firmaban un convenio de paz, el Tratado de Neerlandia.
En este orden de cosas, el guerrillero coclesano se resiste a la derrota, siendo traicionado por quienes le vistieron de General de Brigada. Y así, desamparado por su ejército de tímidas criaturas, sin nombre y sin herencia, un funesto atardecer del 15 de mayo de 1903, la vida del cholo Victoriano, se extinguió por obra de la fusilería del ejército colombiano en la entonces plaza de armas del cuartel de Chiriquí, donde hoy se encuentra la Plaza de Francia, Paseo, de Las Bóvedas.
Su traginar político, debemos enmarcarlo dentro de la estratificación socioeconómica de la época y las razones sociohistóricas que le impulsaron junto con sus montoneras, a entrar activa y decididamente en el conflicto bélico de la Guerra de los Mil Días.
Muchos discutidos héroes de la historia perpetuaron su recuerdo en la tradición de sus pueblos hasta perderse en la glorificación del mito hasta convertirse en leyenda. Mas Victoriano Lorenzo no es personaje de la tradición; es un hombre del presente. Es un retazo del pueblo panameño, que con gesta extemporánea alzó su grito de rebeldía en reclamo de la libertad. Extemporáneo, señalamos, porque su idea era centralista con relación a los intereses políticos que enlutecieron al Istmo en la clausura del siglo XIX.
La férrea formación del carácter y personalidad del individuo, predispusieron a Victoriano hacia la lucha armada, la revolución y la causa reivindicativa de la clase social en que para la época se debatía el cholo campesino e indígena panameño marginado.
La figura de Lorenzo se inserta en el conflicto de la Guerra de los Mil Días, suscitado a raíz de antagonismos políticos existentes entre los partidos tradicionales colombianos Liberal y Conservador; que llegan al clímax de su exacerbación a partir de 1886 al ser desplazados los primeros del poder.
Esta contienda se inició en el Departamento de Santander, Colombia, en octubre de 1899 y se extendió rápidamente al Istmo de Panamá, en donde el Dr. Belisario Porras se convertiría en la figura que liderizaría la causa del liberalismo popular en el Departamento del Istmo.
Cuando en 1901, la guerra en el Istmo recrudeció en todos los frentes, Lorenzo, que comandaba un ala de las fuerzas liberales logra obtener resonantes triunfos, haciendo que el General Benjamín Herrera le otorgase el rango de General de División.
Luego, para finales de 1902, las fuerzas liberales controlaban prácticamente todo el interior del Istmo y las aguas territoriales del Pacífico, exceptuando la zona de tránsito. Mas sin embargo, en el resto de Colombia los Conservadores habían ganado la guerra y los liberales firmaban un convenio de paz, el Tratado de Neerlandia.
En este orden de cosas, el guerrillero coclesano se resiste a la derrota, siendo traicionado por quienes le vistieron de General de Brigada. Y así, desamparado por su ejército de tímidas criaturas, sin nombre y sin herencia, un funesto atardecer del 15 de mayo de 1903, la vida del cholo Victoriano, se extinguió por obra de la fusilería del ejército colombiano en la entonces plaza de armas del cuartel de Chiriquí, donde hoy se encuentra la Plaza de Francia, Paseo, de Las Bóvedas.
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