Antídoto
Violencia vs. tolerancia
En el devenir de la vida, las situaciones deberían ir mejorando en bien de la humanidad. Pero, por lo contrario, está dándose una regresión a la barbarie
En el devenir de la vida, las situaciones deberían ir mejorando en bien de la humanidad. Pero, por lo contrario, está dándose una regresión a la barbarie y salvajismo entre los hombres, ¿Por qué digo esto? Solo hay que mirar a nuestro alrededor, prender la televisión para escuchar las noticias y gran porcentaje de ellas son de situaciones violentas: asesinatos, violaciones de todo tipo, secuestros, etc. Por eso sostengo que la violencia ha regresado.
LA PERSONA TOLERANTE EXPLICA, DIALOGA, COMPRENDE, ACEPTA Y RESPETA AL OTRO. LA INTOLERANTE ACUSA, IMPONE, EXCLUYE, OBLIGA, NO ESCUCHA Y NO ACEPTA DIFERENCIAS.
Para aclarar lo que escribo, voy a empezar con la definición de violencia que es el tipo de paraacción humana que se manifiesta en aquellas conductas o situaciones que, de forma deliberada, aprendida o imitada, provocan o amenazan con hacer daño o sometimiento grave (físico o psicológico) a un individuo o una colectividad, que los afecta de tal manera que limitan sus potencialidades presentes o las futuras.
Puede hablarse de violencia directa como la física, que tiene como objetivo destruir, y la emocional, que es más hostil que la primera, plasmada a través de desvalorizaciones, amenazas y críticas destructivas. En nuestro país lo vemos en todos los rangos sociales y en todos lados: en las calles, dentro del hogar, en los comercios, en las escuelas. etc. ¿Qué es lo que está sucediendo? En el Instituto Nacional, por poner un ejemplo, los estudiantes sin razón suficiente salen a destruir los bienes ajenos, para no dar clase, ¿porque vienen de familias disfuncionales, que los acostumbran al ambiente de la violencia? No lo sé. Lo cierto es que está sucediendo y no podemos postergar las soluciones a seguir. Existe la violencia dirigida contra uno mismo, violencia parapersonal y la violencia colectiva, que es aquí donde podemos clasificar la de los institutores.
El antídoto de la violencia es el valor de la tolerancia que proviene del verbo “tollerare” del latín, que significa soportar o aguantar. -No por ello, para ser tolerante hay que aceptar concesiones manipuladas o ser indiferentes (esta es la peor actitud en una situación conflictiva).
La tolerancia es respetar las opiniones de los demás aunque sean contrarias a la de nosotros. Sé que es muy difícil pero no imposible; si entendemos que no existen verdades absolutas (solo en Dios) y reconocer cuando no se tenga la razón escuchando a los demás para la búsqueda de soluciones, que no debe verse como si fuera una batalla donde yo siempre tengo la razón y los demás están equivocados.
La persona tolerante explica, dialoga, comprende, acepta y respeta al otro, que no debe confundirse con el mismo sacrificio conformista o indiferente. La intolerante acusa, impone, excluye, obliga, no escucha y no acepta diferencias.
Es necesario fomentar la tolerancia a través de la educación en valores que propicien el entendimiento y el diálogo paracultural. Voltaire nos decía que “Dios no nos ha creado para odiarnos sino para amarnos y respetarnos”.
La tolerancia puede ser positiva, si conlleva el acuerdo para solucionar y pasar por encima de las diferencias; pero hay tolerancia negativa que es cuando queremos tolerar lo intolerable, ejemplo de ello es: tolerar el terrorismo, la tolerancia de justificar algún asesinato por amiguismo, etc. Una de las vías para el esclarecimiento y realización de la tolerancia es su discusión en el terreno de la “Ética Axiológica” que fundamenta sus valores.
La falta de tolerancia nos conduce a la violencia, pero ¿cómo podemos ayudar a combatirla? Es una misión difícil que no compete solo al Gobierno, sino a todos. Viene en principio desde las familias y así continúa hasta llegar a la delincuencia y más. Desde Platón, pasando por Kant, ha quedado en evidencia que los valores deben ser universales y no estar atados a las conveniencias o paraeses individuales.
Cuando las personas admitan las fronteras de lo tolerable; cuando los paraeses sean exclusivamente para responder a las necesidades del pueblo; cuando se admitan los fundamentos de lo que sucede como leyes objetivas prácticas; cuando entendamos que no debe ser el “Homo homini lupus” (El hombre es el lobo del hombre) de Hobbes; cuando comprendamos que la educación debe ser vista para la humanización (no solo para tecnología), entonces podemos decir que estamos ayudando.
“Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio” Mahatma Gandhi.
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