Su venta beneficia a productores de caña de Chiriquí y de otras provincias azucareras por tradición
El negocio del jugo de caña gana terreno en la capital
Extraído de la caña cultivada en el interior, este producto posee azúcar cruda, que es buena para el cuerpo por contener nutrientes y minerales. Mientras en la ciudad de Panamá ha aumentado su consumo, en el interior es cada vez más difícil encontrar un puesto donde poder consumirlo.
Un refrescante vaso de guarapo -bebida que antes solo se podía encontrar en las provincias azucareras- hoy se puede degustar en puntos céntricos de la ciudad de Panamá, gracias a la iniciativa de pequeños empresarios, en su mayoría chiricanos.
El negocio se cimentó en la atracción que tiene el guarapo por su sabor y los beneficios, además del gusto que tienen por él los interioranos y la curiosidad que despierta en quienes aún no lo conocen.
En sitios como Vista Hermosa, la Avenida Ricardo J. Alfaro, la Avenida de la Amistad y otros sitios estratégicos de la capital, ya no resulta extraño observar filas de carros estacionándose y comprando a cualquier hora, en medio del caótico tráfico, este jugo, que es extraído, en vivo y en directo, de las cañas traídas de plantaciones del corregimiento de San Andrés, en el distrito chiricano de Bugaba.
Alexander Quintero, encargado del puesto a 200 metros del centro comercial El Dorado, contó a Panamá América que la demanda es buena y que su clientela está conformada por personas de todas las clases sociales y por turistas provenientes de países cañeros que se detienen a tomarse fotos con el trapiche que utilizan para extraer el jugo.
El negocio es redondo. Trabajan de lunes a sábado, desde las 9:30 a.m., invirtiendo $4 diarios de combustible para hacer funcionar el trapiche y obtener, en promedio, unos $200 de ganancia neta diarios en cada uno de los nueve puestos que un grupo de socios chiricanos tiene ubicados en la capital, incluyendo Arraiján y La Chorrera.
Demanda interiorana
En Los Santos la tradición de tomar guarapo todavía perdura, aunque con menos fuerza. Víctor Espino, quien se dedica hace cinco años a la venta de guarapo en Guararé, detalló que en verano vende hasta $100 al día; mientras que en invierno se reduce a $15 o $20.
Espino aseguró que lo rentable del negocio es que los nuevos equipos de trapiche, con motor de halar agua, gastan poca gasolina. “En mi caso, solo he gastado $8 desde enero a la fecha y aún tengo para moler varias cañas”, expresó.
Para conseguir la caña siembran en sus propias fincas y cuando hace falta, la compran donde el precio está reflejado en tareas (grupo de caña amontonada). Una tarea cuesta $20 y rinde unos 25 galones de guarapo. Cada galón rinde 16 vasos de guarapo, que multiplicado por 25 rinde unos 400 vasos y en dinero es $200, ya que cada vasito lo venden a 50 centavos.
Las mujeres son las que más compran el guarapo en la provincia de Chiriquí, aseguró Manuel González, un joven de 22 años que administra el puesto de venta ubicado frente a la Ulaps de Nuevo Vedado, en David. “Es una actividad que empezó mi padre hace 25 años como una alternativa para generar ingresos y mantener a la familia y ya todos hemos aprendido del negocio”, dijo. Hoy venden con mucha demanda el jugo de caña en vasos de 12 onzas a 50 centavos.
Según González, ellos mantienen una finca propia en el distrito de Bugaba, donde siembran la caña que necesitan para abastecer un trapiche eléctrico, cuyo motor se mueve gracias a una pequeña planta que funciona con combustible. Afirmó también que la actividad actualmente no solo genera dividendos para la familia, sino para el personal que se ocupa de la siembra de caña, limpiar la finca y cosechar el producto cuando está listo para ser usado.
Pese a que Coclé tiene dos ingenios azucareros, tomarse un vaso de guarapo en cualquier época del año no es fácil, pues ahora el negocio solo resulta en festivales y ferias agropecuarias de las diferentes localidades. Así lo aseguró el señor Mello, quien hasta hace unos seis años se dedicaba a sembrar caña para procesarla y hacer guarapo.
“Es una labor que prácticamente se perdió en la zona y solo se recuerda, por ejemplo, en el Festival de la Naranja de Churuquita Grande, porque allí los campesinos llevan un trapiche ‘rompe pecho’ y venden a 50 centavos el vaso”, dijo.
El campesino asegura que encontrar la bebida en comunidades coclesanas hoy es poco probable.
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