Parque Nacional Altos de Campana
Publicado 2000/07/16 23:00:00
- Elena Valdez
El área ocupa aproximadamente 4,816 hectáreas de terreno y está considerada como uno de los pulmones más importantes del país. En ella habitan una gran cantidad de mamíferos que tienen como hogar la copa de los árboles, y otros, entre las raíces de los troncos, sus madrigueras. Se trata del Parque Nacional Altos de Campana.
Sin embargo, al igual que el resto de los parques o reservas naturales existentes en el país, éste no escapa a los problemas de deforestación, agricultura itinerante, cría de ganado, operaciones de tala o la cacería ilegal.
Inicialmente el lugar fue considerado como una reserva biológica cuando fue creado en el año de 1966 mediante el Decreto Ejecutivo No.153 del 28 de junio. Posteriormente en 1977 se modificó a Parque Nacional el 28 de abril, mediante el Decreto Ley No.35.
Entre una de sus principales tareas, según José Antonio Cheng, actual administrador designado por la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), está la de proteger la cuenca de los ríos que allí nacen.
La red fluvial está compuesta por la vertiente del Pacífico y el río Trinidad en la vertiente del Atlántico; los ríos que forman parte del Parque Nacional Altos de Campana desembocan en la bahía de Chame (océano Pacífico). Además de que el parque tiene una variedad de quebradas que provienen de estos ríos, éstos aumentan su caudal durante la temporada lluviosa, cuando la precipitación se calcula entre los 2,000 y 3,000 milímetros con un promedio de registro de 2,710 mm y con variaciones de 14 grados.
UN LUGAR PARA VISITAR
De estos ríos, enfatiza el Ing. Cheng, dependen gran parte de los agricultores y los acueductos rurales existentes. Otro de los objetivos es proteger los remanentes de bosques húmedo tropical montañoso, área de educación y recreativa.
Cinco senderos permiten recorrer parte de las 4 mil 816 hectáreas del parque, uno de los cuales, el de la "Rana Dorada", se encuentra cerrado a los visitantes, puesto que es utilizado exclusivamente para uso científico.
Actualmente existen reportadas unas 176 especies de aves, en tanto que la cantidad de mamíferos es aún mayor.
Estudios realizados por el Instituto Smithsonian revelan que pudieran existir más de 3 mil especies de plantas dentro del Parque Altos de Campana y aún continúan registrándose más.
Cheng, indició que la Universidad de Panamá y el Smithsonian, se encuentran haciendo estudios de los anfibios que habitan en el parque, y para ello han invitado a científicos para que colaboren con la labor.
Para mantener el parque Altos de Campana se recibe el apoyo de FIDECO, que proporciona el equipo para los guardaparques, la Agencia Interamericana de Desarrollo (AID) y el Proyecto MARENA, en lo referente a las estructuras, aunque en realidad la mayor necesidad está en la falta de personal.
Otro problema que se debe superar para llegar al parque es lo accidentado del terreno, lo que hace obligatorio, tanto en el verano como en la temporada de lluvias, la utilización de vehículos 4x4.
La topografía posee una fisiografía muy quebrada y accidentada, con pendientes que varían de 45 a 75 grados, lo que limita severamente su uso; con cualidades para pastos, bosques, tierras de reserva, que puedan destinarse a esparcimiento, apreciación estética y el abastecimiento de agua. Los suelos están clasificados como clase 5, como área de vocación forestal.
Además el parque sirve para la educación de los jóvenes, a los cuales se les debe enseñar a guardar silencio para poder observar los animales.
Dentro del parque aún existen sitios donde los científicos no han llegado y todavía queda mucho por estudiar, por lo que es incalculable el valor de este lugar, el cual sólo queda a una hora de la ciudad capital y está a la espera de la visita de cada panameño.
Sin embargo, al igual que el resto de los parques o reservas naturales existentes en el país, éste no escapa a los problemas de deforestación, agricultura itinerante, cría de ganado, operaciones de tala o la cacería ilegal.
Inicialmente el lugar fue considerado como una reserva biológica cuando fue creado en el año de 1966 mediante el Decreto Ejecutivo No.153 del 28 de junio. Posteriormente en 1977 se modificó a Parque Nacional el 28 de abril, mediante el Decreto Ley No.35.
Entre una de sus principales tareas, según José Antonio Cheng, actual administrador designado por la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), está la de proteger la cuenca de los ríos que allí nacen.
La red fluvial está compuesta por la vertiente del Pacífico y el río Trinidad en la vertiente del Atlántico; los ríos que forman parte del Parque Nacional Altos de Campana desembocan en la bahía de Chame (océano Pacífico). Además de que el parque tiene una variedad de quebradas que provienen de estos ríos, éstos aumentan su caudal durante la temporada lluviosa, cuando la precipitación se calcula entre los 2,000 y 3,000 milímetros con un promedio de registro de 2,710 mm y con variaciones de 14 grados.
UN LUGAR PARA VISITAR
De estos ríos, enfatiza el Ing. Cheng, dependen gran parte de los agricultores y los acueductos rurales existentes. Otro de los objetivos es proteger los remanentes de bosques húmedo tropical montañoso, área de educación y recreativa.
Cinco senderos permiten recorrer parte de las 4 mil 816 hectáreas del parque, uno de los cuales, el de la "Rana Dorada", se encuentra cerrado a los visitantes, puesto que es utilizado exclusivamente para uso científico.
Actualmente existen reportadas unas 176 especies de aves, en tanto que la cantidad de mamíferos es aún mayor.
Estudios realizados por el Instituto Smithsonian revelan que pudieran existir más de 3 mil especies de plantas dentro del Parque Altos de Campana y aún continúan registrándose más.
Cheng, indició que la Universidad de Panamá y el Smithsonian, se encuentran haciendo estudios de los anfibios que habitan en el parque, y para ello han invitado a científicos para que colaboren con la labor.
Para mantener el parque Altos de Campana se recibe el apoyo de FIDECO, que proporciona el equipo para los guardaparques, la Agencia Interamericana de Desarrollo (AID) y el Proyecto MARENA, en lo referente a las estructuras, aunque en realidad la mayor necesidad está en la falta de personal.
Otro problema que se debe superar para llegar al parque es lo accidentado del terreno, lo que hace obligatorio, tanto en el verano como en la temporada de lluvias, la utilización de vehículos 4x4.
La topografía posee una fisiografía muy quebrada y accidentada, con pendientes que varían de 45 a 75 grados, lo que limita severamente su uso; con cualidades para pastos, bosques, tierras de reserva, que puedan destinarse a esparcimiento, apreciación estética y el abastecimiento de agua. Los suelos están clasificados como clase 5, como área de vocación forestal.
Además el parque sirve para la educación de los jóvenes, a los cuales se les debe enseñar a guardar silencio para poder observar los animales.
Dentro del parque aún existen sitios donde los científicos no han llegado y todavía queda mucho por estudiar, por lo que es incalculable el valor de este lugar, el cual sólo queda a una hora de la ciudad capital y está a la espera de la visita de cada panameño.
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