Preocupación en Colón, VIH sigue en aumento y azota a la población
Hace 10 años, a Jorge, residente en Colón, se le diagnosticó el virus de inmunodeficiencia adquirida y desde entonces debe tomar todos los días medicamentos y alimentarse bien, dejando atrás los excesos que caracterizaban su vida.
- Diómedes Sánchez
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- - Publicado: 27/1/2017 - 12:00 am
Hace 10 años, a Jorge, residente en Colón, se le diagnosticó el virus de inmunodeficiencia adquirida y desde entonces debe tomar todos los días medicamentos y alimentarse bien, dejando atrás los excesos que caracterizaban su vida.
Jorge recuerda que el primer síntoma que presento fue una diarrea que no se le paraba, pese a tomar medicamentos para ello, pero se descartó el cólera.
Se le hizo un examen para detectar el VIH, el cual dio positivo.
"Fue un choque al conocer que era positivo. Sentí que, literalmente, mi vida había terminado", indica este joven de 31 años de edad, quien pensó más de una vez en acabar con su existencia.
Pero con la ayuda de sus familiares, amigos y la asesoría adecuada de profesionales de la salud, pudo aceptar el diagnóstico.
Él está consciente de que obtuvo la enfermedad por el estilo de vida que llevaba, al consumir muchas bebidas embriagantes y estupefacientes, por lo que al final de las fiestas, amanecía con chicas que conocía en discotecas y bares, sin ninguna protección.
No obstante, la historia de la señora Rita, de 42 años de edad, de cómo contrajo la enfermedad fue distinta.
Ella es una ama de casa, que se dedicaba a atender a sus tres hijos y a su esposo. Nunca pensó que su compañero sentimental tenía relaciones extramaritales.
A causa del estilo de vida que llevaba su esposo, llegó la enfermedad al hogar.
Cuando él se enfermó de tuberculosis de manera repentina, fue que se le detectó el VIH.
"Yo sentí que me moría cuando me dijeron que tenía VIH. Caí en una depresión, pero por mis hijos continué", dijo Rita.
En la otra parte de la enfermedad están los familiares de los pacientes.
La señora Evarista Martínez sabe muy bien cómo es tener a un familiar infectado con VIH.
La experiencia la tuvo con su hijo Rogelio, que hace 6 meses falleció luego de que le fuera diagnosticado. Pero en su caso personal, él se negó a tomar la triple terapia y falleció en medio de una tuberculosis agresiva, acompañado de una profunda depresión.
Rogelio dejó huérfanos a dos hijos, que hoy en día cuida su madre.
En el caso de la provincia de Colón, funciona la clínica antirretroviral y la clínica amigable en el policentro Dr. Juan A. Núñez.
Según el doctor Víctor Peñafiel, director de la clínica antirretroviral, el comportamiento de la enfermedad va en ascenso en la provincia de Colón, donde solo a finales de octubre del 2016 se reportaban 120 casos nuevos, lo que demuestra que se debe seguir trabajando en el tema.
Mientras, Eduardo Robinson, de Probidsida, capítulo de Colón, recomendó que aunque se tenga temor por el diagnóstico, es necesario que la persona se practique el examen.
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