Fiestas Patronales de Santiago Apóstol: Cultura, Fe, Economía y turismo factores que unen a todo un pueblo
Estas fiestas del pueblo se consideran como una de las manifestaciones culturales y religiosas más significativas del país, que aportan mucho a la economía.
La gastronomía de la región se hace sentir durante las festividades. Foto.Melquíades Vásquez
La población santiagueña en los últimos años trata en darle una imagen más positiva y valorada al rescate a la rica identidad de la región.
Por ello en el distrito de Santiago, provincia de Veraguas, late al ritmo de la tradición, la fe y el folclor, con la celebración de las fiestas patronales en honor a Santiago Apóstol.
Estas fiestas del pueblo se consideran como una de las manifestaciones culturales y religiosas más significativas del país.
Para esos días se combinan, primero lo sagrado y luego lo popular, eso no solo representa una expresión viva de la identidad veragüense, sino también un motor clave para la economía local desarrollando lo autóctono con el movimiento de centenares de personas de todas partes del país.
El alcalde de Santiago, Erick Jaén, expresó que este evento ha evolucionado como una gran vitrina cultural y económica, que proyecta al distrito nacional e internacionalmente
“Esperamos que la llegada de más de 200,000 personas, entre nacionales y extranjeros las festividades pueblerinas sean mejores que las anteriores”
“Esta es una fiesta para todo público, una plataforma de rescate de nuestras raíces, de impulso al pequeño y mediano comercio, al artesano, al productor local, y de promoción del turismo cultural”, declaró el alcalde.
Visitantes internacionales
Una característica destacada de estas festividades es su creciente atractivo internacional, y se estima que entre 5,000 y 7,000 extranjeros acuden cada año a las fiestas patronales de Santiago Apóstol, provenientes principalmente de: Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Chile, Uruguay, Brasil, Argentina, Ecuador, Costa Rica, España, entre otros.
“La diversidad de visitantes demuestra que nuestra fiesta patronal ya no es solo un evento local, sino una experiencia cultural de alto nivel que atrae a quienes buscan conocer de cerca el folclor panameño, nuestras danzas, procesiones, gastronomía y hospitalidad”, agregó el alcalde Jaén.
Cultura y fe como ejes centrales
Durante tres días, el centro del distrito se transforma en un punto de encuentro donde se entrelazan manifestaciones religiosas con actividades folclóricas.
La procesión de Santiago Apóstol, las misas solemnes, las novenas, así como los desfiles con vestimenta típica, presentaciones de conjuntos típicos, tamboritos, décimas y ferias artesanales, son solo una parte del extenso programa que se vive en esta celebración.
Impacto económico
Para Roberto Pinzón uno de los comerciantes y emprendedores del área, las fiestas patronales representan una de las temporadas más lucrativas del año. Hoteles, restaurantes, ventas ambulantes, transporte, actividades artísticas y puestos de venta de artesanías y productos agrícolas se ven beneficiados por el gran flujo de visitantes.
“Estas fiestas dinamizan nuestra economía. Hay movimiento en todos los sectores. Desde el que vende “raspao” en la calle hasta el hotelero. Es una oportunidad para todos”, afirmó María Madrid emprendedora en uno de los comercios locales, quien espera duplicar sus ingresos durante los días de fiesta.
Seguridad y organización
La Alcaldía de Santiago, en conjunto con la Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos, el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) y el Ministerio de Salud, han desarrollado un plan de seguridad integral para garantizar el orden, la salud y la tranquilidad de todos los asistentes.
Además, se han dispuesto zonas para visitantes internacionales, puntos de información turística y campañas de promoción de la cultura veragüense para ofrecer una experiencia enriquecedora y segura.
Una tradición que perdura
Las fiestas patronales de Santiago Apóstol son más que una celebración: son un símbolo de identidad, de resistencia cultural y de integración comunitaria.
En cada acto, desde el repique de campanas hasta el último tamborito, se refleja la historia de un pueblo orgulloso de su legado.
Con una participación cada vez más amplia y una organización que pone en valor sus raíces, Santiago se consolida como uno de los principales destinos culturales y turísticos del país.