Panamá
'Hay que trabajar en prevención, no solo en endurecimiento de penas para los menores de edad'
- Karol Elizabeth Lara
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De acuerdo con Ysatis Forte, directora del IEI, la prevención es clave para evitar patrones delictivos y atacar de raíz los problemas del joven.

Forte advierte que la solución no pasa exclusivamente por el endurecimiento de las penas para estas personas. Foto: Cortesía
En torno al 40% de la población que atiende el Instituto de Estudios Interdisciplinarios del Ministerio de Gobierno, antes conocido como tutelar de menores, tiene un patrón similar al de familiares que en algún momento estuvieron envueltos en conductas de riesgo. Una situación que a criterio de Ysatis Forte, directora nacional de este instituto, es un recordatorio de la importancia de realizar un trabajo integral desde la etapa escolar.
Para Forte, la prevención constituye una herramienta clave, no solo para evitar que estos patrones delictivos sigan arraigándose en la juventud, sino para atacar de raíz los problemas en el entorno más íntimo del joven.
Forte avisa que la criminalidad va un paso adelante, aprovechándose de las carencias de los jóvenes para sumergirlos en su mundo. Además, hay padrinos en los barrios que saben cómo captar nuevos elementos.
"De la población que tenemos, el 40% tiene un patrón similar que repite estas acciones o familiares que en algún momento estuvieron en una situación de riesgo, los jóvenes copian esas actitudes. Somos el reflejo de lo que tenemos en casa, no es el 100% pero hay algunos que sí. Por esto es importante que en las escuelas se vaya haciendo un trabajo integral", dijo Forte a Panamá América.
El escenario para los jóvenes no es fácil porque además deben enfrentar a una sociedad apática, que pide un castigo penal igual al de una persona adulta que delinque.
No obstante, Forte advierte que la solución no pasa exclusivamente por el endurecimiento de las penas para estas personas.
"Hemos recibido jóvenes con sanciones fuertes que sobrepasan los límites establecidos por la ley y se les ha juzgado como adulto. Nosotros consideramos que el endurecimiento de las penas no es lo único que debe trabajarse, debe trabajarse también la prevención desde las escuelas. Tener un grupo pedagógico que acompañe al joven durante su crecimiento", expuso.'
15
años es la edad mínima que tienen los jóvenes de estos centros. También hay mayores de edad.
88%
de los jóvenes del Instituto de Estudios Interdisciplinarios estudia.
Devolver la esperanza
Transitar por aceras oscuras desde edades tempranas y luego llegar hasta un centro de custodia o cumplimiento propina fuertes golpes a la mentalidad de estos jóvenes, sin embargo, son precisamente en estos lugares donde se busca devolverles la esperanza a través de la rehabilitación.
Forte precisa que actualmente los centros del Instituto de Estudios Interdisciplinarios albergan a 597 jóvenes: en custodia hay 156 jóvenes y el resto están en cumplimiento (ya sancionados). De los seis centros, cinco son para varones y uno para chicas, dado que la incidencia delictiva de las mujeres es menor.
"Llegan al centro con la mentalidad de que ellos son delincuentes, entonces como no han tenido la oportunidad de ver otras cosas y conocer otras culturas, vienen con ese sesgo. Comenzamos un trabajo de atención con respecto a que ellos tienen talento y oportunidades que se pueden ir trabajando", añadió.
De los jóvenes en los centros, el 88% estudia y complementa su formación con cursos de ebanistería, construcción o gastronomía. Muchos de ellos, a pesar de que son mayores de edad, nunca completaron sus estudios, así que avanzan progresivamente en su educación. Otros reciben formación universitaria.
A diferencia de los centros penitenciarios, los jóvenes del Instituto de Estudios Interdisciplinarios "no están presos o condenados", están en tratamiento y reciben ayuda social y psicológica.
Y aunque a su salida "no están manchados penalmente" porque no les queda un registro que establezca que cometieron un delito, el estigma y los retos persisten. Por un lado, de quienes sí están al tanto de su paso por estos centros y por el otro lado, la falta de oportunidades laborales puede devolverlos a estos parajes obtusos.
"Uno de los problemas más fuertes es el de la oportunidad laboral una vez cumplen la sanción. Algunos adolescentes tienen hijos y están en esa etapa que necesitan un sustento y cuando salen y ven que no tienen la oportunidad vuelven a caer en el delito", lamentó Forte.
Trabajo
En su tiempo al frente de este instituto, Forte destaca el ataque progresivo que han hecho a los problemas de infraestructura y el trabajo en conjunto con el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh).
"Hay muchas cosas por mejorar. Los cursos con el Inadeh estaban paralizados, se logró reactivar el taller de gastronomía e incluir otros talleres que no se tenían. Recuperamos el espacio de informática y se han podido capacitar", añadió.
También tienen alianzas con Pandeportes, MiCultura y un trabajo fuerte a nivel de las comunidades para que la labor de resocialización sea más robusta.
Forte reconoce que le gustaría reforzar otros programas para que los jóvenes puedan conocer más actividades fuera del instituto y para ello es elemental la colaboración de la sociedad.
"No tengan miedo. Uno se sorprende cuando encuentra jóvenes con talento y capacidad grande para estar en otros lugares. Hay veces que esos jóvenes solo quieren escuchar a alguien que les dé una voz de aliento", sentenció Forte.
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