Ministerio de Seguridad: Jubilación especial de policías es justicia para quienes arriesgan la vida por Panamá
Al riesgo físico se suma el desgaste psicológico que provocan las escenas de violencia, muerte, abuso y tragedias humanas.
En los últimos cinco años, más de 54 agentes de los estamentos de seguridad han perdido la vida . Foto: Cortesía
De acuerdo con el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá, entre 2021 y lo que va de 2025, más de 54 agentes de los estamentos de seguridad han perdido la vida en cumplimiento de su deber y más de 6,100 (solo en la Policía Nacional) han resultado lesionados, cifras que estremecen y evidencian el alto costo humano que implica proteger a la ciudadanía. Frente a este sacrificio, el régimen de jubilación especial establecido por la Ley N.º 18 de 1997, conocida como Ley Orgánica de la Policía Nacional, representa un derecho y un acto de justicia para los uniformados.
Según el MinSeg, la labor policial en Panamá exige mucho más que disciplina y vocación, implica una entrega total que conlleva riesgos físicos, desgaste emocional y sacrificios personales difíciles de dimensionar. El riesgo permanente de muerte acompaña cada jornada de los policías, quienes enfrentan operativos contra el crimen organizado, persecuciones, disturbios y enfrentamientos armados. Incluso fuera de servicio, los agentes son blanco de amenazas, represalias y hostigamiento, lo que también pone en riesgo a sus familias.
A este riesgo físico se suma el desgaste psicológico que provocan las escenas de violencia, muerte, abuso y tragedias humanas, generando estrés crónico, ansiedad e insomnio. Con el paso del tiempo, la salud mental de los agentes se ve comprometida, por lo que el retiro anticipado se convierte en una necesidad para preservar su bienestar.
La disponibilidad absoluta es otro factor que distingue a los policías de otros trabajadores, no cuentan con horarios convencionales, deben cumplir turnos rotativos, atender emergencias, trabajar en días festivos y operar durante la noche. Ese ritmo laboral afecta profundamente su vida familiar y social, además de generar un desgaste que no se compensa con días libres ni con horas extra.
La formación técnica y la especialización continua que reciben los agentes son elementos clave. Su entrenamiento físico, táctico, legal y psicológico requiere años de inversión estatal y compromiso personal, lo cual refuerza el valor de su labor y justifica un trato diferenciado en materia de jubilación.
En el plano económico, los policías enfrentan limitaciones importantes. Por razones de seguridad y ética, no pueden ejercer libremente otros oficios o actividades económicas paralelas, lo que restringe su capacidad de obtener ingresos adicionales y los coloca en una posición de desventaja frente a otros trabajadores.
El desgaste físico acelerado es otro aspecto que no puede ignorarse. El uso prolongado del uniforme, el equipo pesado, los patrullajes y el entrenamiento constante generan deterioro corporal prematuro. De hecho, una gran parte de los agentes presentan lesiones crónicas antes de cumplir los 50 años.
Finalmente, indica el MinSeg, el compromiso patriótico y la vocación de servicio que caracterizan a los policías panameños merecen una retribución especial. Su papel como garantes del orden público y la seguridad ciudadana resulta esencial para el funcionamiento del Estado de derecho. Reconocer su sacrificio mediante un régimen de jubilación diferenciado no solo es justo, sino también un acto de gratitud nacional.