Primera bebé concebida en una probeta da a luz su primer hijo
Publicado 2007/01/15 00:00:00
- Katherine Palacio P./
La británica Louise Brown, la primera bebé probeta del mundo, ha sido madre de un niño, que fue concebido de forma natural y sin ayuda de tratamientos de inseminación artificial, informa "The Times".
La hermana de Brown, Natalie, de 23 años, se convirtió en 1999 en la primera persona concebida en un tubo de laboratorio en ser madre, lo que disipó las dudas de los médicos de que las mujeres nacidas a partir de ese tipo de tratamientos no podían tener hijos sanos.
El nacimiento de Louise Brown, en 1978, dio la vuelta al mundo al culminar una década de investigación científica sobre la posibilidad de fertilizar óvulos fuera del cuerpo humano. Su madre, Lesley, llevaba 9 años intentando quedarse embarazada cuando decidió someterse al pionero tratamiento en el hospital Kershaw Cottage de Lancashire (noroeste de Inglaterra), bajo la supervisión de los doctores británicos Robert Edwards y Patrick Steptoe, recuerda "The Times".
Los experimentos de las sondas no detectaron vida basada en ese peróxido y hasta es posible que la hayan eliminado al "ahogarla" y sobrecalentar sus microbios, dijo el científico.
El accidente cerebrovascular no es una enfermedad geriátrica. Tampoco es exclusiva de los fumadores, o las personas con sobrepeso, o colesterol alto. Esos son los principales factores de riesgo, pero el accidente cerebrovascular puede afectar a cualquier persona a cualquier edad.
Cada año, unas 700,000 personas sufren accidentes cerebrovasculares en Estados Unidos.
Aproximadamente, 500,000 personas los padecen por primera vez, y 200,000 de los casos son recurrentes.
Por año, unas 158,000 personas mueren a causa de un accidente cerebrovascular.
En promedio, cada 45 segundos una persona sufre un accidente cerebrovascular, y cada 3 minutos alguien muere por ese problema.
Se estima que 5,5 millones de personas en el mundo murieron como consecuencia del accidente cerebrovascular en el 2001.
En los países occidentales, el accidente cerebrovascular es la segunda causa más frecuente de discapacidad neurológica.
Sin embargo, el accidente cerebrovascular puede prevenirse al reducir los factores de riesgo.
Las señales de aviso de un accidente cerebrovascular, y por las que hay que acudir en forma inmediata a un centro de atención sanitaria, incluyen: falta de sensación o debilidad repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo, confusión repentina, problemas repentinos para hablar o entender, para ver con uno o los dos ojos, dolor de cabeza fuerte y repentino sin causa conocida, problemas para caminar, mareo, pérdida de equilibrio o de coordinación.
Una de las principales acciones médicas es aplicar al paciente medicamentos que ayuden a disolver los coágulos sanguíneos que producen los accidentes cerebrovasculares para restablecer el flujo sanguíneo en el área afectada.
En otras circunstancias, también se utilizan anticoagulantes, aspirina, analgésicos para controlar el dolor de cabeza severo, y los medicamentos antihipertensivos pueden ser necesarios para controlar la presión sanguínea alta.
En este sentido, laboratorios Merck Sharp & Dohme desarrolló "losartán, MSD", un antihipertensivo que, además de disminuir los niveles de presión arterial, reduce el riesgo de accidente cerebrovascular.
La hermana de Brown, Natalie, de 23 años, se convirtió en 1999 en la primera persona concebida en un tubo de laboratorio en ser madre, lo que disipó las dudas de los médicos de que las mujeres nacidas a partir de ese tipo de tratamientos no podían tener hijos sanos.
El nacimiento de Louise Brown, en 1978, dio la vuelta al mundo al culminar una década de investigación científica sobre la posibilidad de fertilizar óvulos fuera del cuerpo humano. Su madre, Lesley, llevaba 9 años intentando quedarse embarazada cuando decidió someterse al pionero tratamiento en el hospital Kershaw Cottage de Lancashire (noroeste de Inglaterra), bajo la supervisión de los doctores británicos Robert Edwards y Patrick Steptoe, recuerda "The Times".
Los experimentos de las sondas no detectaron vida basada en ese peróxido y hasta es posible que la hayan eliminado al "ahogarla" y sobrecalentar sus microbios, dijo el científico.
El accidente cerebrovascular no es una enfermedad geriátrica. Tampoco es exclusiva de los fumadores, o las personas con sobrepeso, o colesterol alto. Esos son los principales factores de riesgo, pero el accidente cerebrovascular puede afectar a cualquier persona a cualquier edad.
Cada año, unas 700,000 personas sufren accidentes cerebrovasculares en Estados Unidos.
Aproximadamente, 500,000 personas los padecen por primera vez, y 200,000 de los casos son recurrentes.
Por año, unas 158,000 personas mueren a causa de un accidente cerebrovascular.
En promedio, cada 45 segundos una persona sufre un accidente cerebrovascular, y cada 3 minutos alguien muere por ese problema.
Se estima que 5,5 millones de personas en el mundo murieron como consecuencia del accidente cerebrovascular en el 2001.
En los países occidentales, el accidente cerebrovascular es la segunda causa más frecuente de discapacidad neurológica.
Sin embargo, el accidente cerebrovascular puede prevenirse al reducir los factores de riesgo.
Las señales de aviso de un accidente cerebrovascular, y por las que hay que acudir en forma inmediata a un centro de atención sanitaria, incluyen: falta de sensación o debilidad repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo, confusión repentina, problemas repentinos para hablar o entender, para ver con uno o los dos ojos, dolor de cabeza fuerte y repentino sin causa conocida, problemas para caminar, mareo, pérdida de equilibrio o de coordinación.
Una de las principales acciones médicas es aplicar al paciente medicamentos que ayuden a disolver los coágulos sanguíneos que producen los accidentes cerebrovasculares para restablecer el flujo sanguíneo en el área afectada.
En otras circunstancias, también se utilizan anticoagulantes, aspirina, analgésicos para controlar el dolor de cabeza severo, y los medicamentos antihipertensivos pueden ser necesarios para controlar la presión sanguínea alta.
En este sentido, laboratorios Merck Sharp & Dohme desarrolló "losartán, MSD", un antihipertensivo que, además de disminuir los niveles de presión arterial, reduce el riesgo de accidente cerebrovascular.
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