Tras las huellas de Lisanne y Kris a su paso por Boquete
- Erika Quiñonez, Leonardo Machuca
Más de un mes y medio ha pasado desde que fueron vistas por última vez, pero la imagen de las jóvenes holandesas Lisanne Froon, de 22 años de edad, y Kris Kremers, de 21, no se ha borrado de este pueblo, por los carteles pegados en comercios y alojamientos, esperando un desenlace.
Más de un mes y medio ha pasado desde que fueron vistas por última vez, pero la imagen de las jóvenes holandesas Lisanne Froon, de 22 años de edad, y Kris Kremers, de 21, no se ha borrado de este pueblo, por los carteles pegados en comercios y alojamientos, esperando un desenlace.
- 2 meses están por cumplir las jóvenes holandesas de estar desaparecidas.
El Pianista, un sendero corto pero complicado
- El Pianista no tiene una meta, se puede hacer el recorrido tanto en 15 minutos como en una hora, indicó Miguel Castillo, del Centro de Información al Turista en Boquete del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc). Es el sendero más visitado por su corta distancia (4 kilómetros), tiene muchas divisiones, lo que desorienta a las personas que van solas. El andar en medio de esta senda al principio es fácil, pero a medida que se adentra en ella, se observan pequeños caminos. Castillo señaló que la gente, por lo general, lo visita para ver algunas especies de mariposas o escuchar algunas aves, como el jilguero, que por lo general, acompaña a lo largo del camino con su canto a los visitantes, quienes intentan seguirlo y luego se pierden. El Pianista es un área donde ya se han reportado casos de turistas extraviados. Tan solo el año pasado una pareja de alemanes se perdió por casi 24 horas. Contratar un guía cuesta entre 35 y 45 dólares.
- Francisco Santamaría, director a cargo del Sinaproc en Chiriquí, informó que en la estación seca, entre enero y abril, cuando los turistas hacen más senderismo en estas zonas, se presentan uno o dos reportes por semana de personas extraviadas.
Más de un mes y medio ha pasado desde que fueron vistas por última vez, pero la imagen de las jóvenes holandesas Lisanne Froon, de 22 años de edad, y Kris Kremers, de 21, no se ha borrado de este pueblo, por los carteles pegados en comercios y alojamientos, esperando un desenlace.
Aunque todo pareciera en calma, la vida no transcurre igual en Boquete; el misterio por la desaparición de las risueñas jóvenes mantiene a sus habitantes con la expectativa de saber qué ocurrió.
Mientras que el frío y el espeso verdor que caracterizan a este valle son los testigos mudos de lo que ocurrió hace 59 días en esta localidad. ¿Qué pasó?, es la recurrente pregunta entre los lugareños; mientras otros hacen conjeturas de lo que pudo haber sucedido cuando ingresaron al sendero “El Pianista”.
Todo empezó la tarde del sábado 29 de marzo del 2014, cuando en una humilde residencia en la comunidad de Alto Boquete, distrito de Boquete, se les daba la bienvenida a dos chicas provenientes de Holanda, Lisanne y Kris. Con sus rostros llenos de alegría, las muchachas entraban a la residencia, propiedad de la señora Miriam, donde se hospedarían el tiempo que estarían en Chiriquí.
La dueña de la vivienda, quien reside junto a su hija y su nieto, por más de seis años se ha dedicado a recibir a jóvenes provenientes de otros países que realizan diferentes labores sociales. Para ella estas dos chicas eran un grupo más de extranjeras con las que compartía su casa.
La noche de ese mismo día, Miriam les sirvió la cena a las inquietas jóvenes, al tiempo que las chicas se instalaban en la habitación, la cual está ubicada de forma independiente a la residencia. Lisanne y Kris le contaban su procedencia y que habían estado en la provincia de Bocas del Toro aprendiendo el idioma español, el cual aún necesitaban afianzar mucho más, por lo que continuarían sus estudios en la escuela Spanish by the River, a pocos metros de la residencia.
Otro día se iniciaba para las intrépidas amigas. Era su segundo día en tierras boqueteñas. La mañana del domingo 30 de abril, como siempre ha acostumbrado Miriam, les llevó el desayuno a la habitación. Las jóvenes se programaban para salir al centro de Boquete a conocer más del lugar.
“Desayunaron, las vi salir, sé que estaban tomando clases en una escuela de español - inglés a pocos metros de la casa. De allí les entendí que irían al pueblo para conocer más. Las vi salir, eran unas chicas muy lindas y muy sencillas”, recordaba quien hasta ahora es la persona que más contacto tuvo con ellas.
Miriam prosiguió haciendo memoria. “Estuvieron fuera todo el día, pero al atardecer regresaron a casa. Siempre las vi solas, nunca noté ninguna mala intención de nadie, por lo menos cuando estuvieron en casa”, narró.
Lissane y Kris habían llegado al distrito de Boquete en la provincia de Chiriquí, para colaborar como voluntarias en una casa hogar al cuidado de niños, donde el día lunes 31 de marzo se dirigieron al lugar para iniciar su labor; sin embargo se llevaron una sorpresa, la encargada del centro les informó que para dicha semana no se les podía brindar la oportunidad de iniciar sus labores.
“Cuando yo llegué en la tarde conversé con ellas y les pregunté por la guardería, que debían haber empezado ese mismo día. Lissane me contestó, que habían ido y que no habían obtenido chance para iniciar su trabajo e incluso que le habían dicho que en esa semana no tendrían la oportunidad. Les pregunté si habían averiguado en Casa Esperanza, que es otro sitio que brinda la misma labor, y me contestaron que sí habían averiguado, pero que estaba lleno”, rememoró la dueña.
”Estamos bien, hablamos más tarde”, fue lo último que les dijeron a sus padres.
Según continúa su relato, las jóvenes no tenían ningún tipo de plan para esa semana. El día martes 1 de abril, la señora Miriam, como acostumbraba, salió muy temprano de su residencia; sin embargo, como todos los días, les dejó el desayuno. Al regresar preguntó por ellas y su hija le dijo que las había visto salir con ropa muy ligera y una de ellas llevaba un pequeño bolso, de allí no se dio cuenta si las chicas regresaron o no.
Al caer la tarde la señora no le tomó importancia a las jóvenes, señalando que lo más seguro es que se habían quedado en algún lugar.
Salían poco
Dos semanas previas a su desaparición, Lissane y Kris se hospedaron en Spanish School-Hostel-Adventure-Volunter, situado en calle cuarta, Isla Colón, provincia de Bocas del Toro.
Los pocos que lograron contacto con estas chicas manifestaron que la mayoría del tiempo la pasaban en el hostal, pero cuando era necesario pasaban a algunas escuelas de Isla Colón para conocer las costumbres del lugar.
De estos pocos, una persona que prefirió reserva de su nombre se acercó y contó que las chicas se veían buena gente y que fue notable la amistad que entablaron con dos muchachos de Costa Rica. “Ojalá y se hayan fugado con los muchachos y que no les haya pasado nada malo”, expresó.
El guía
Todo estaba listo para que Lisanne y Kris, acompañadas de un guía turístico, realizaran algunas excursiones el día miércoles 2 de abril, en Boquete.
El martes en la tarde Feliciano González, quien por muchos años ha brindado sus servicios como guía turístico, recibía una llamada de la escuela Spanish by the River, donde la encargada le comunicaba que dos jóvenes estaban interesadas en obtener sus servicios de guía turístico.
Al llegar González el día miércoles a la escuela y esperar a las chicas en compañía de la encargada de la escuela, una joven alemana, y al ver que no llegaban, decidieron ir hasta la casa donde se mantenían hospedadas Lisanne y Kris. Luego de tocar a su puerta y llamarlas por algunos minutos, le pidieron a Miriam que les ayudara, ya que las jóvenes no contestaban. Se les entregó la llave de la habitación y para sorpresa de todos, las jóvenes no estaban allí y el aspecto que mantenían las camas reflejaba que las chicas no habían pasado la noche en el lugar.
“Entramos a la habitación y nos dimos cuenta que no habían dormido en la casa; quedamos sorprendidos, ese día miércoles fue crucial para nosotros, no interpusimos la denuncia enseguida, pensando que tal vez las muchachas se habían quedado en alguna parte”, comentó el guía.
Las horas pasaban y no aparecían por ninguna parte. A eso de las 7:00 de la noche del miércoles 2 de abril, tras un largo día de espera, Feliciano decidió ir a la Policía Nacional y denunciar la desaparición.
Ambas jóvenes tenían una meta, aprender español, y estar en tierras chiricanas entre 6 u 8 semanas, lo que era parte del trabajo social o voluntariado que como estudiantes universitarias debían cumplir.
Un día antes de darse a conocer que no regresaron al lugar donde se hospedaban, la última conversación que sostuvieron con sus padres fue: “Estamos bien, hablamos más tarde”.
Las conjeturas que giran en torno a este relato son muchas. La más conocida es que las vieron ingresar al sendero El Pianista. Un lugar que a simple vista hechiza a cualquiera, por su encanto natural, pero tiene sus pro y contra, sobre todo para quienes no lo conocen.
Su clima fresco con temperaturas de entre 12 y 14 centígrados, recibe a los intrépidos que deciden aventurarse en sus entrañas, conocidas solo por grupos de indígenas que lo utilizan como trocha para llegar a las fincas donde trabajan. A El Pianista se llega caminando o en vehículo de doble tracción.
Se dice que Lisanne y Kris fueron dejadas por un taxista del lado de Piedra de Lino y que los pocos moradores que viven a lo largo de este sendero las vieron subir.
Son pocas las casas que hay, y la gente que las habita lo hace por temporada, y los que sí viven de forma permanente en este sitio, están acostumbrados al paso de turistas, al punto que no les asombra el ladrido de los perros que les dan aviso de que alguien camina por sus alrededores.
Este comportamiento no les da seguridad a las autoridades sobre la certeza de que las jóvenes hayan estado en el sendero, pues solo se han obtenido simples declaraciones, pero no describieron qué ropa llevaban.
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