Carolina testifica a favor de Ernesto de Hannover
- Redacción deportes
La princesa Carolina de Mónaco cumplió con su promesa y defendió, a solas y ante la justicia, la honorabilidad de su marido Ernesto Augusto de Hannover, frente a las acusaciones de que agredió brutalmente y borracho al propietario de una discoteca en Kenia, molesto por la música.
"Le dio dos bofetones, con la mano plana. Y le dijo: una por la música, la otra por las luces", declaró la princesa ante la Audiencia de Hildesheim (centro de Alemania), derrumbando de paso los rumores de que cancelaría su visita tras el revuelo por las fotos de su esposo besándose con su amante, en una playa tailandesa.
Con el rostro grave, pero serena, sin dejar que se le aproximaran los medios ni que se la fotografiara en la sala como testigo, la princesa relató, en inglés, tras algunas frases de saludos en alemán, lo ocurrido en lo que para ella y su esposo fue un incidente menor, aunque la presunta víctima lo relate como una paliza en toda regla.
Los hechos se remotan a diez años atrás, en enero de 2000, cuando la pareja llevaba un año de casada, en la idílica isla de Lamu. Por los hechos se condenó en 2004 al príncipe al pago de 600 mil dólares, al declarársele culpable de lesiones físicas e insultos.
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