Censura a las parejas asfixiantes
Publicado 2007/04/15 23:00:00
- Yovanska Spadafora
Hay personas que realmente son muy imperativas, dominantes y controladoras y estas son generalmente las mayores víctimas de la infidelidad.
Adoptar la misma actitud de la actriz Cameron Díaz, quien vio finalizada su relación con el cantante Justin Timberlake por ser excesivamente asfixiante, es realmente un "batazo de foul". Y de veras que los es, en todos los sentidos.
¿Por qué? Para empezar, porque las parejas asfixiantes son, generalmente, las mayores víctimas de la infidelidad. Sí, de ambas partes (hombre o mujer) es un riesgo, o mejor dicho, "crónica de una ruptura amorosa anunciada".
Las escenas de celos en público o en privado, el envío de correos electrónicos "emails", mensajes de texto o llamadas al celular con el único fin de hacerse presente, las inesperadas apariciones en los lugares en donde alguno de los dos comparte con sus amigos e incluso revisar su cartera, son posturas que evidencian a una persona posesiva que equivocadamente considera que mientras más unida esté a su pareja, habrá más amor.
Según describe el psicólogo Mario Sánchez Wong, especialista en terapia de pareja, el ser humano es libre por naturaleza y todo aquello que signifique una cárcel o restrinja nuestra libertad, hace que intuitivamente tendamos a rechazar esa situación y nos alejemos.
Sin embargo, muchas veces sucede que no se tienen las agallas suficientes para enfrentar a esa persona posesiva (que en algunos casos puede llegar a ser sicótica) y se recurre a la relación paralela, liberal, sin responsabilidades ni ataduras.
"Hace un par de años atrás, los casos de celos obsesivos se daban por parte del hombre hacia la mujer. No obstante, hoy en día existe un elevado número de mujeres que tienden a desarrollar una posición de "invasora", atacando el espacio de su pareja".
De acuerdo con el psicólogo, este tipo de relaciones se vuelve asfixiante y limita la libertad y el espacio del otro. "Una actitud posesiva está relacionada con inseguridades, patrones de crianza en la familia y personalidades dependientes".
"Los afectados miran a su pareja como un objeto de su propiedad, tienen un temor grande de perderla y la convierten en el ingrediente imprescindible para satisfacer sus necesidades básicas afectivas, igual que el oxígeno para poder respirar o la comida para alimentarse", explica.
Otro factor determinante es que miden el amor con base en lo que el otro hace o deja de hacer por ellos, exigen cercanía, muestras de afecto y atenciones perseverantes; sólo se sienten seguras cuando su pareja responde a estas demandas constantes de amor.
La responsabilidad es de ambas partes. La pareja de la persona posesiva adquiere un enorme compromiso en la relación, viéndose como responsable de la felicidad y de la seguridad emocional del otro, como si estuviera en sus manos solucionarle sus problemas.
Por este motivo, es frecuente encontrar parejas que lejos de poner fin a la relación, refuerzan el enganche disfuncional y, en ocasiones, se involucran hasta que resulta imposible "zafarse".
"Este comportamiento trae consecuencias fatales. La vida matrimonial se convierte en guerra, una batalla constante donde se lucha con rivales reales o imaginarios; hay estrés, paranoia y divorcios", asegura Sánchez.
¿El sexo, la comida, la conversación interesante? ¿Qué hace que un hombre caiga a los pies de una mujer y se enamore? Los expertos dicen que es un conjunto de cosas que se complementan.
"Los hombres necesitan todo, compañerismo, sexo y buena comida", asegura la sexóloga Fabiana Aparicio.
Llevar una buena relación íntima con tu pareja, la comunicación es un factor esencial. Lo práctico es escucharlo aunque te esté contando cómo le fue en el partido de fútbol con sus amigos o cómo es el carro que quiere, adoptando una postura de interesada en el tema, y por qué no, dar un toque de apasionada y seductora aún cuando estén simplemente conversando.
La lista anterior no es suficiente. Sexo, pasión, compañerismo, buena comida y comprensión se entrelazan con una estrategia que debes implementar en algunas ocasiones: convertirte en un ser misterioso para ser ser amado.
Los hombres odian que se les dé todo en bandeja de plata, ya que tienen un instinto nato de cazadores.
Cuidado que aquí no terminaste. Para que todo te dé resultado, debes tener la autoestima alta. "Los hombres buscan a mujeres que se respeten a sí mismas, que pongan límites, que valoren su independencia y que no busquen a alguien que le dé sentido a su existencia", finaliza Aparicio.
¿Por qué? Para empezar, porque las parejas asfixiantes son, generalmente, las mayores víctimas de la infidelidad. Sí, de ambas partes (hombre o mujer) es un riesgo, o mejor dicho, "crónica de una ruptura amorosa anunciada".
Las escenas de celos en público o en privado, el envío de correos electrónicos "emails", mensajes de texto o llamadas al celular con el único fin de hacerse presente, las inesperadas apariciones en los lugares en donde alguno de los dos comparte con sus amigos e incluso revisar su cartera, son posturas que evidencian a una persona posesiva que equivocadamente considera que mientras más unida esté a su pareja, habrá más amor.
Según describe el psicólogo Mario Sánchez Wong, especialista en terapia de pareja, el ser humano es libre por naturaleza y todo aquello que signifique una cárcel o restrinja nuestra libertad, hace que intuitivamente tendamos a rechazar esa situación y nos alejemos.
Sin embargo, muchas veces sucede que no se tienen las agallas suficientes para enfrentar a esa persona posesiva (que en algunos casos puede llegar a ser sicótica) y se recurre a la relación paralela, liberal, sin responsabilidades ni ataduras.
"Hace un par de años atrás, los casos de celos obsesivos se daban por parte del hombre hacia la mujer. No obstante, hoy en día existe un elevado número de mujeres que tienden a desarrollar una posición de "invasora", atacando el espacio de su pareja".
De acuerdo con el psicólogo, este tipo de relaciones se vuelve asfixiante y limita la libertad y el espacio del otro. "Una actitud posesiva está relacionada con inseguridades, patrones de crianza en la familia y personalidades dependientes".
"Los afectados miran a su pareja como un objeto de su propiedad, tienen un temor grande de perderla y la convierten en el ingrediente imprescindible para satisfacer sus necesidades básicas afectivas, igual que el oxígeno para poder respirar o la comida para alimentarse", explica.
Otro factor determinante es que miden el amor con base en lo que el otro hace o deja de hacer por ellos, exigen cercanía, muestras de afecto y atenciones perseverantes; sólo se sienten seguras cuando su pareja responde a estas demandas constantes de amor.
La responsabilidad es de ambas partes. La pareja de la persona posesiva adquiere un enorme compromiso en la relación, viéndose como responsable de la felicidad y de la seguridad emocional del otro, como si estuviera en sus manos solucionarle sus problemas.
Por este motivo, es frecuente encontrar parejas que lejos de poner fin a la relación, refuerzan el enganche disfuncional y, en ocasiones, se involucran hasta que resulta imposible "zafarse".
"Este comportamiento trae consecuencias fatales. La vida matrimonial se convierte en guerra, una batalla constante donde se lucha con rivales reales o imaginarios; hay estrés, paranoia y divorcios", asegura Sánchez.
¿El sexo, la comida, la conversación interesante? ¿Qué hace que un hombre caiga a los pies de una mujer y se enamore? Los expertos dicen que es un conjunto de cosas que se complementan.
"Los hombres necesitan todo, compañerismo, sexo y buena comida", asegura la sexóloga Fabiana Aparicio.
Llevar una buena relación íntima con tu pareja, la comunicación es un factor esencial. Lo práctico es escucharlo aunque te esté contando cómo le fue en el partido de fútbol con sus amigos o cómo es el carro que quiere, adoptando una postura de interesada en el tema, y por qué no, dar un toque de apasionada y seductora aún cuando estén simplemente conversando.
La lista anterior no es suficiente. Sexo, pasión, compañerismo, buena comida y comprensión se entrelazan con una estrategia que debes implementar en algunas ocasiones: convertirte en un ser misterioso para ser ser amado.
Los hombres odian que se les dé todo en bandeja de plata, ya que tienen un instinto nato de cazadores.
Cuidado que aquí no terminaste. Para que todo te dé resultado, debes tener la autoestima alta. "Los hombres buscan a mujeres que se respeten a sí mismas, que pongan límites, que valoren su independencia y que no busquen a alguien que le dé sentido a su existencia", finaliza Aparicio.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.