Ciencia
Científicos logran revivir una planta de 30.000 años
Publicado 2012/06/15 17:27:00
Científicos de un instituto concerniente a la Academia de Ciencias de Rusia, en San Petersburgo, hallaron algunas semillas incrustadas en una región que siempre permanece congelada de Siberia.
Las semillas fueron encontradas porque estuvieron expuestas a temperaturas inferiores a -10° centígrados. Las semillas consideradas extinguidas del período Pleistoceno que data de más de 30 mil años pertenecían a la especie Silene Stenophylla.
La revista estadounidense Proceeding of the National Academy of Sciences, publicó el trabajo que realizan Svetlana Iachina y David Gilichinsky, del Instituto de problemas físico-químicos y biológicos del suelo de la Academia de Ciencias de Rusia tiene marca un precedente en la investigación de materiales biológicos antiguos y podría lograr la recuperación de especies extinguidas.
Los investigadores extrajeron varios gramos de una profundidad de 38 metros, que se encontraron donde probablemente había de tamias o ardillas prehistóricas. Los factores del clima en el valle del río Kolymá transformaron esta madriguera en una cámara hermética donde las semillas se conservaron.
En el laboratorio varias de las semillas premaduras echaron raíces. Los científicos afirman que una parte de sus tejidos han conservado su capacidad reproductiva.
Según los paleobiólogos la especie recuperada y las modernas del mismo género se distinguen en la forma de sus pétalos y la configuración de sus inflorescencias: las antiguas tenían separados los gametos masculinos y femeninos, mientras que las actuales tienen pistilos y estambres en la misma flor.
En el lugar donde se encontraron las semillas, es como la heladera de un embalsamador de animales. Allí dentro se encuentran animales de la era del Holoceno y Pleistoceno, como mamuts, rinocerontes lanudos y ardillas de varias especies extintas. La resurrección por medio de la clonación genética podría ser una realidad si se hallasen tejidos sanos de animales congelados.
La revista estadounidense Proceeding of the National Academy of Sciences, publicó el trabajo que realizan Svetlana Iachina y David Gilichinsky, del Instituto de problemas físico-químicos y biológicos del suelo de la Academia de Ciencias de Rusia tiene marca un precedente en la investigación de materiales biológicos antiguos y podría lograr la recuperación de especies extinguidas.
Los investigadores extrajeron varios gramos de una profundidad de 38 metros, que se encontraron donde probablemente había de tamias o ardillas prehistóricas. Los factores del clima en el valle del río Kolymá transformaron esta madriguera en una cámara hermética donde las semillas se conservaron.
En el laboratorio varias de las semillas premaduras echaron raíces. Los científicos afirman que una parte de sus tejidos han conservado su capacidad reproductiva.
Según los paleobiólogos la especie recuperada y las modernas del mismo género se distinguen en la forma de sus pétalos y la configuración de sus inflorescencias: las antiguas tenían separados los gametos masculinos y femeninos, mientras que las actuales tienen pistilos y estambres en la misma flor.
En el lugar donde se encontraron las semillas, es como la heladera de un embalsamador de animales. Allí dentro se encuentran animales de la era del Holoceno y Pleistoceno, como mamuts, rinocerontes lanudos y ardillas de varias especies extintas. La resurrección por medio de la clonación genética podría ser una realidad si se hallasen tejidos sanos de animales congelados.
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