Complicaciones del embarazo y la visión
¿Cuáles son las alteraciones oculares durante el embarazo?
La pre-eclampsia (también conocida como toxemia) es un trastorno del embarazo que se manifiesta en el tercer trimestre en un 5% de las mujeres panameñas. Esto afecta sobretodo a las primerizas, y se caracteriza por la presencia de presión arterial alta, hinchazón (edema de la cara y las manos), aumento súbito de peso (una libra o más por día) y proteínas en la orina. Cuando además se presentan convulsiones o coma, se le da el nombre de eclampsia.
Los factores que predisponen a la aparición de este problema son: las primerizas, maternidad en adolescentes y mujeres mayores de 35 años, de embarazo múltiple, polihidramnios (excesiva cantidad de líquido amniótico), diabetes, hipertensión arterial crónica y enfermedad renal pre-existente.
Las pacientes con elevación de la presión arterial durante el embarazo tienen mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad y por lo tanto más incidencia de mortalidad materno-fetal, que las mujeres con presión arterial normal. Aunque la elevación de la presión arterial es el signo más importante de la pre-eclampsia, la presencia de proteínas en la orina puede ser consecuencia de la presión arterial alta, o aparecer simultáneamente con la misma, sin que los riñones estén alterados. Un aumento significativo de proteínas en la orina indicaría empeoramiento de la enfermedad. Su control forma parte del tratamiento de estas pacientes por el obstetra-ginecólogo.
El dolor de cabeza puede estar presente en la forma moderada y grave de la enfermedad y aparecer antes de cualquier otro síntoma de pre-eclampsia. Se localiza en la parte frontal u occipital, puede ser pulsátil o continuo, asociarse con síntomas visuales y llegar a ser muy intenso.
La presencia de dolor en el estómago se interpreta como agravamiento de la pre-eclampsia.
Las molestias visuales más frecuentes son centelleos y manchitas negras o moscas volantes, que pueden progresar hasta llegar a una visión borrosa, dificultad para enfocar objetos, visión doble y en los casos graves ceguera total (amaurosis cortical), la cual mejora rápidamente después del parto.
Otras complicaciones son el desprendimiento prematuro de la placenta y el síndrome con el acrónimo de HELLP, por las iniciales en inglés H Hemólisis, EL elevación de enzimas hepáticas y LP de disminución de plaquetas (Hemolysis, Elevated Liver enzimes and Low Platelets) que se presenta en la pre-eclampsia severa o la eclampsia. Las mujeres que desarrollan este síndrome durante el embarazo casi siempre deben dar a luz a sus bebés antes del término para evitar complicaciones graves.
Alrededor del 25% de las pacientes con pre-eclampsia severa desarrollan trastornos visuales. Se observan alteraciones de los vasos e hinchazón (edema) de retina y desprendimiento seroso de la misma, pudiendo llegar a la ceguera si el daño es muy severo. Durante el embarazo se puede desarrollar neovascularización (nuevos vasos) coroidea, dando como resultado una membrana vascular que al sangrar puede afectar la visión central. En muchos casos el cuadro ocular mejora y se conserva la función visual. Aquí resumiremos algunos de estos cambios en los ojos:
Cambios de refracción (los rayos de luz no se enfocan apropiadamente en la retina, resultando en visión borrosa) y acomodación (ajuste del lente cristalino del ojo para enfocar a diferentes distancias). Ambas condiciones son causadas por retención de líquido en la córnea y el cristalino.
Disminución de la presión intraocular.
Retinopatía hipertensiva con espasmos y oclusiones tanto arteriales como venosas de los vasos corioretinianos y, con menos frecuencia hemorragias, exudados algodonosos y papiledema. Esto se debe a la hipercoagulabilidad del embarazo.
Desprendimiento seroso de retina, bilateral y en forma de ampolla (a veces quístico). Resolución espontánea tras el parto.
Ceguera cortical en pre-eclampsia grave o eclampsia al final del embarazo o tras el parto. Es transitoria y secundaria a edema cerebral.
Neuropatía óptica isquémica y neuritis óptica.
Hipertensión intracraneal benigna.
Corioretinopatía central serosa probablemente debida a factores hormonales, hipercoagulabilidad y cambios hemodinámicos. No guarda relación con la pre-eclampsia. Suelen ser casos unilaterales, autolimitados, y aparecen con mayor frecuencia en el tercer trimestre. La oftalmoscopia enseña exudados blanquecinos subretinianos (fibrina).
Hemorragias vítreas por el esfuerzo de pujar en el momento del parto.
Melanomas coroideos diagnosticados durante el embarazo o crecimiento de otros previamente establecidos. Esto sucede por la tendencia al aumento de pigmento generalizado de causa hormonal.
Empeoramiento y cambios de enfermedades pre-existentes al embarazo: Retinopatía diabética (la retinopatía diabética no proliferativa leve empeora en el 8% de los casos y la moderada o grave avanza en un 47% de los casos durante el embarazo. La retinopatía diabética proliferativa se agrava en el 46% de los casos durante el embarazo. Las pacientes con fotocoagulación previa tienen menor riesgo de progresión (26%). La presencia de la retinopatía diabética proliferativa no justifica la cesárea electiva para evitar una hemorragia vítrea. Enfermedad de Graves (el hipertiroidismo puede agravarse o manifestarse "de novo" en el primer trimestre del embarazo), y la Sarcoidosis (efecto beneficioso durante el embarazo, aunque se exacerba en el posparto).
Finalmente, si es usted una embarazada joven y presenta síntomas como los descritos anteriormente, consulte con su obstetra para una posible referencia al oftalmólogo o especialista en retina, sobre todo si padece de diabetes insulino-dependiente o su visión se torna borrosa.
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