Con un toque de sol
Publicado 2007/01/14 00:00:00
- Qatia Melara Saldaña
El nombre ya lo dice. Los girasoles brillan como el propio sol y dan al jardín esos alegres tonos dorados en preciosas formas de flores.
El girasol es una planta ideal para aportar una visión coloreada y armónica a cualquier jardín.
Florece todo el verano, y puede seguir haciéndolo hasta el otoño si se cortan las flores marchitas y no le falta nunca el sol, una maceta profunda y una tierra fértil.
Todo el mundo conoce el girasol anual, una planta gigantesca de enormes flores en tonos cálidos.
Pero la familia es más grande de lo que se cree; las variedades de "Helianthus" más bajas y más desconocidas ofrecen otra sorprendente imagen de esta planta.
En los países mediterráneos se cultivan por las semillas, las pipas, para exprimir de ellas el aceite de girasol.
La planta procede originariamente de América, donde los indios le atribuían poderes divinos.
Su nombre botánico es helianthus y consta de un tallo bastante resistente (no se ramifica, sino que centra toda su energía en la producción de un único tallo con una sola flor), unas hojas grandes, con forma ovalada y bordes aserrados, y una gran flor, similar a una margarita, de gran tamaño, incluso en las variedades más pequeñas.
Se pueden cultivar distintos tipo de girasoles:
La luz es un elemento fundamental. El girasol necesita una ubicación cálida, soleada y protegida del viento.
Es resistente a cualquier temperatura, pero no a las heladas.
Hay que regar la planta abundantemente durante la etapa de crecimiento y floración, pero siempre evitando los estancamientos de agua.
Hay que tener en cuenta que son muy sensibles a la podredumbre del tallo por exceso de riego.
En cuanto al suelo, debe ser muy fértil, por lo que si se planta directamente en el jardín es imprescindible enriquecerlo con abundante materia orgánica.
En verano y en otoño florecen las plantas anuales y vivaces, muchas veces elegidas debido a sus llamativas flores.
Hay ejemplares que alcanzan una altura de varios metros (de 2 a 6 m), pero también hay variedades más bajas y más desconocidas que sí poseen los tonos cálidos del girasol, pero que, por lo demás, parecen muy diferentes.
Los girasoles anuales se siembran desde marzo bajo vidrio o desde abril al aire libre. El cultivo tendrá el mejor resultado en un lugar abrigado y cálido, en un suelo no demasiado nutritivo.
Está claro que los gigantes necesitan mucho espacio, tanto a lo ancho como a lo alto, algo que sobre todo deben tener en cuenta los propietarios de un balcón.
Tanto los que crecen de manera explosiva como las variedades más pequeñas necesitan mucha agua.
¿Te queda un pedacito de jardín para el que todavía no has hecho planes?
Anímate a tener uno lleno de "sol" y colores cálidos todo el año.
El girasol es una planta ideal para aportar una visión coloreada y armónica a cualquier jardín.
Florece todo el verano, y puede seguir haciéndolo hasta el otoño si se cortan las flores marchitas y no le falta nunca el sol, una maceta profunda y una tierra fértil.
Todo el mundo conoce el girasol anual, una planta gigantesca de enormes flores en tonos cálidos.
Pero la familia es más grande de lo que se cree; las variedades de "Helianthus" más bajas y más desconocidas ofrecen otra sorprendente imagen de esta planta.
En los países mediterráneos se cultivan por las semillas, las pipas, para exprimir de ellas el aceite de girasol.
La planta procede originariamente de América, donde los indios le atribuían poderes divinos.
Su nombre botánico es helianthus y consta de un tallo bastante resistente (no se ramifica, sino que centra toda su energía en la producción de un único tallo con una sola flor), unas hojas grandes, con forma ovalada y bordes aserrados, y una gran flor, similar a una margarita, de gran tamaño, incluso en las variedades más pequeñas.
Se pueden cultivar distintos tipo de girasoles:
Helianthus decapetalus. Se trata de una planta estival que puede mantenerse con flor hasta finales de otoño si el clima es templado.
Helianthus multiflorus. Planta robusta y vigorosa que se desarrolla mejor en suelos húmedos y permeables.
Helianthus angustifolius. Esta variedad prefiere un suelo fértil y húmedo.
Helianthus atrorubens. Su flor es muy efímera, pero abundante, y de color amarillo dorado (unos 8 cm de diámetro). Debe estar situada a pleno sol.
La luz es un elemento fundamental. El girasol necesita una ubicación cálida, soleada y protegida del viento.
Es resistente a cualquier temperatura, pero no a las heladas.
Hay que regar la planta abundantemente durante la etapa de crecimiento y floración, pero siempre evitando los estancamientos de agua.
Hay que tener en cuenta que son muy sensibles a la podredumbre del tallo por exceso de riego.
En cuanto al suelo, debe ser muy fértil, por lo que si se planta directamente en el jardín es imprescindible enriquecerlo con abundante materia orgánica.
En verano y en otoño florecen las plantas anuales y vivaces, muchas veces elegidas debido a sus llamativas flores.
Hay ejemplares que alcanzan una altura de varios metros (de 2 a 6 m), pero también hay variedades más bajas y más desconocidas que sí poseen los tonos cálidos del girasol, pero que, por lo demás, parecen muy diferentes.
Los girasoles anuales se siembran desde marzo bajo vidrio o desde abril al aire libre. El cultivo tendrá el mejor resultado en un lugar abrigado y cálido, en un suelo no demasiado nutritivo.
Está claro que los gigantes necesitan mucho espacio, tanto a lo ancho como a lo alto, algo que sobre todo deben tener en cuenta los propietarios de un balcón.
Tanto los que crecen de manera explosiva como las variedades más pequeñas necesitan mucha agua.
¿Te queda un pedacito de jardín para el que todavía no has hecho planes?
Anímate a tener uno lleno de "sol" y colores cálidos todo el año.
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