Corrija los errores al caminar
Publicado 2007/07/19 23:00:00
- Redacción
El caminar se ha tornado en una actividad muy popular. A parte de ser una forma excelente de ejercicio, a la luz de los hallazgos más recientes, es la manera más efectiva de conservar nuestra salud.
Es por eso que en este espacio te presentamos 10 errores que debes evitar al caminar, los que te ayudarán a mantener una buena condición física.
Hacerlo en forma incorrecta te lleva a esforzarte inútilmente, puede provocarte algún daño físico, además de que quizás termines haciendo el ridículo.
Cuando alguien quiere acelerar la velocidad, tiende a dar pasos más largos. Esto obliga a la persona a moverse y a pisar con torpeza, recargando el peso sobre los pies. En verdad, lo único que ganan es dolor, porque no van más rápido.
Solución: Al caminar, el impulso debe venir de las piernas (sobre todo de los músculos de atrás) y de los pies. ¿Quieres acelerar la marcha? Da pasos cortos a intervalos menores, apoyando todo el pie.
Pesados, duros y poco flexibles, usados por más de un año, tan pequeños que sientes el pie aprisionado. Si esto es lo que pasa con tus zapatillas deportivas, corres peligro de lastimarte los pies y los músculos de las piernas.
Solución: no continúes haciendo tu rutina hasta que consigas el calzado adecuado.
Tus pies tocan ligeramente el piso, como si estuviera dando saltitos (no dar la pisada apoyando el pie desde el talón hacia la punta).
Es posible que sientas dolor. Esto puede ser consecuencia de tener pantorrillas muy débiles o de calzar zapatos muy duros y pesados.
Solución: Consigue zapatillas flexibles y apropiados para caminar y correr.
Si mantienes tus brazos quietos y rígidos a ambos lados del cuerpo mientras caminas o los mueves, pero sin flexionarlos formando un ángulo recto, no estás usándolos bien.
Los brazos actúan como péndulos brindando balance al movimiento de las piernas. También tus extremidades superiores pueden ayudarte cuando buscas incrementar la velocidad, si las utilizas correctamente.
Solución: Dobla tus brazos formando un ángulo de 90 grados y balancéalos naturalmente desde atrás hacia delante, haciendo que su movimiento coincida con el de la pierna contraria.
Quizás camines doblando los brazos de la manera correcta, pero el movimiento lo diriges hacia el centro del cuerpo cruzando el pecho y llevando cada mano hasta la altura de la nariz en lugar de balancearlos de atrás hacia delante naturalmente.
Solución: Mantén los codos junto al cuerpo y mueve los brazos de atrás hacia delante. La altura de las manos no debe sobrepasar la del busto. Ten presente que el movimiento de los brazos es lo que te brinda el impulso para caminar.
¿Caminas mirando hacia abajo? Recuerda que la cabeza debe estar erguida: eso te ayudará a respirar mucho mejor, a tener mayor resistencia y te evitará padecer dolores de espalda.
Solución: Mantén la cabeza levantada con la mirada dirigida al horizonte.
Es cuando te apoyas demasiado en los talones, caminas inclinando el cuerpo hacia atrás y apoyas con más intensidad la pisada en el talón que en la punta.
Esta forma de caminar dando mayor énfasis a la pisada con el talón, puede provocar dolores de espalda.
Solución: Párate derecha y firme, pero con los hombros relajados. Conserva siempre el mentón hacia arriba y paralelo al piso. Tu postura debe adaptarse a la curva natural de tu espalda. Camina con los músculos del abdomen contraídos.
¿Al salir de caminata, llevas demasiada o poca ropa; caminas por la noche vistiendo ropa oscura o no usas sombrero cuando paseas bajo el sol?
Solución: El secreto radica en vestirte con capas de ropa. Puedes llevar un conjunto de dos piezas debajo. Lleva una chaqueta liviana sobre las dos piezas para que cuando entres en calor, te la puedas quitar y amarrar a la cintura. Procura que las telas absorban la humedad de la transpiración y no irriten la piel. De día, lleva sombrero, es una prenda obligatoria contra la insolación.
No bebes suficiente agua antes, durante y después de caminar.
Solución: Toma un vaso de agua cada una hora a lo largo del día para mantenerte hidratada. Diez minutos antes de salir a caminar, bebe un vaso de agua. Mientras lo haces, bebe un vaso de agua cada 20 minutos. Evita la cafeína, porque ásta provoca que pierdas líquido. En caminatas de más de dos horas, ingiere líquidos energizantes.
Caminas y caminas todo el tiempo. Pero, en realidad, no tienes mucho entusiasmo y te sientes irritable cuando debes hacerlo. Siempre sientes dolores en las piernas, en la espalda.
Solución: Aún Dios descansó el séptimo día. Tómate uno de descanso para que el cuerpo tenga tiempo de recuperarse y pueda recobrar el vigor y almacenar suficiente energía. Si no quieres descansar, realiza algunos ejercicios con pesas o abdominales.
Es por eso que en este espacio te presentamos 10 errores que debes evitar al caminar, los que te ayudarán a mantener una buena condición física.
Hacerlo en forma incorrecta te lleva a esforzarte inútilmente, puede provocarte algún daño físico, además de que quizás termines haciendo el ridículo.
Cuando alguien quiere acelerar la velocidad, tiende a dar pasos más largos. Esto obliga a la persona a moverse y a pisar con torpeza, recargando el peso sobre los pies. En verdad, lo único que ganan es dolor, porque no van más rápido.
Solución: Al caminar, el impulso debe venir de las piernas (sobre todo de los músculos de atrás) y de los pies. ¿Quieres acelerar la marcha? Da pasos cortos a intervalos menores, apoyando todo el pie.
Pesados, duros y poco flexibles, usados por más de un año, tan pequeños que sientes el pie aprisionado. Si esto es lo que pasa con tus zapatillas deportivas, corres peligro de lastimarte los pies y los músculos de las piernas.
Solución: no continúes haciendo tu rutina hasta que consigas el calzado adecuado.
Tus pies tocan ligeramente el piso, como si estuviera dando saltitos (no dar la pisada apoyando el pie desde el talón hacia la punta).
Es posible que sientas dolor. Esto puede ser consecuencia de tener pantorrillas muy débiles o de calzar zapatos muy duros y pesados.
Solución: Consigue zapatillas flexibles y apropiados para caminar y correr.
Si mantienes tus brazos quietos y rígidos a ambos lados del cuerpo mientras caminas o los mueves, pero sin flexionarlos formando un ángulo recto, no estás usándolos bien.
Los brazos actúan como péndulos brindando balance al movimiento de las piernas. También tus extremidades superiores pueden ayudarte cuando buscas incrementar la velocidad, si las utilizas correctamente.
Solución: Dobla tus brazos formando un ángulo de 90 grados y balancéalos naturalmente desde atrás hacia delante, haciendo que su movimiento coincida con el de la pierna contraria.
Quizás camines doblando los brazos de la manera correcta, pero el movimiento lo diriges hacia el centro del cuerpo cruzando el pecho y llevando cada mano hasta la altura de la nariz en lugar de balancearlos de atrás hacia delante naturalmente.
Solución: Mantén los codos junto al cuerpo y mueve los brazos de atrás hacia delante. La altura de las manos no debe sobrepasar la del busto. Ten presente que el movimiento de los brazos es lo que te brinda el impulso para caminar.
¿Caminas mirando hacia abajo? Recuerda que la cabeza debe estar erguida: eso te ayudará a respirar mucho mejor, a tener mayor resistencia y te evitará padecer dolores de espalda.
Solución: Mantén la cabeza levantada con la mirada dirigida al horizonte.
Es cuando te apoyas demasiado en los talones, caminas inclinando el cuerpo hacia atrás y apoyas con más intensidad la pisada en el talón que en la punta.
Esta forma de caminar dando mayor énfasis a la pisada con el talón, puede provocar dolores de espalda.
Solución: Párate derecha y firme, pero con los hombros relajados. Conserva siempre el mentón hacia arriba y paralelo al piso. Tu postura debe adaptarse a la curva natural de tu espalda. Camina con los músculos del abdomen contraídos.
¿Al salir de caminata, llevas demasiada o poca ropa; caminas por la noche vistiendo ropa oscura o no usas sombrero cuando paseas bajo el sol?
Solución: El secreto radica en vestirte con capas de ropa. Puedes llevar un conjunto de dos piezas debajo. Lleva una chaqueta liviana sobre las dos piezas para que cuando entres en calor, te la puedas quitar y amarrar a la cintura. Procura que las telas absorban la humedad de la transpiración y no irriten la piel. De día, lleva sombrero, es una prenda obligatoria contra la insolación.
No bebes suficiente agua antes, durante y después de caminar.
Solución: Toma un vaso de agua cada una hora a lo largo del día para mantenerte hidratada. Diez minutos antes de salir a caminar, bebe un vaso de agua. Mientras lo haces, bebe un vaso de agua cada 20 minutos. Evita la cafeína, porque ásta provoca que pierdas líquido. En caminatas de más de dos horas, ingiere líquidos energizantes.
Caminas y caminas todo el tiempo. Pero, en realidad, no tienes mucho entusiasmo y te sientes irritable cuando debes hacerlo. Siempre sientes dolores en las piernas, en la espalda.
Solución: Aún Dios descansó el séptimo día. Tómate uno de descanso para que el cuerpo tenga tiempo de recuperarse y pueda recobrar el vigor y almacenar suficiente energía. Si no quieres descansar, realiza algunos ejercicios con pesas o abdominales.
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