Cromoterapia: sanación por medio de los colores

No les ha sucedido que cuando se ponen una prenda de vestir en especial se sienten muy bien? O que al entrar a un lugar cambia su estado de ánimo.

Son los colores, ellos tienen magia y vibraciones que afectan nuestra actitud y estado físico.

Yo tengo un vestido rojo, al que llamo mi traje de poder, cuando me lo pongo me siento bella, radiante y poderosa, lo uso sólo para ocasiones especiales.

La cromoterapia es un método terapéutico que utiliza esas vibraciones y efectos de los colores para sanar una variedad de problemas.

Ivette Orozco, cromoterapeuta del centro de bienestar físico Satori, nos explicó que hay distintas maneras de aplicar los colores, por vía luminosa, molecular, cutánea y oral.

Al recibir a sus pacientes Ivette les hace poner la mano sobre un aparato, que aunado a un programa especial de computadoras, le brinda una imagen de su campo energético o aura y hace un diagnóstico del estado de los vórtices de energía o chakras.

Luego con esos datos dicta el tratamiento a seguir.

La terapeuta emplea una máquina especial, la Spectra Color Terapia, que parece algo así como una cápsula espacial.

Además de lámparas que se regulan de acuerdo a las necesidades del paciente, el aparato cuenta con un colchón que vibra y se calienta, las vibraciones mueven las toxinas y la temperatura afloja los músculos, resolviendo los dolores de espaldas producto del estrés.

Amarillo: Elemento Fuego.

Tiene la fuerza de la energía creativa, promueve la sabiduría y el pensamiento.

Se utiliza para tonificar las ondas mentales, los circuitos cerebrales y nerviosos y los canales de acupuntura.

Promueve y armoniza la digestión y regula el funcionamiento del bazo, hígado, la vesícula biliar y los riñones.

Transmite jovialidad, alegría y seguridad en uno mismo.

Rojo: Elemento Tierra.

Es la fuerza y energía base.

Tiene una vibración fuerte y caliente, incluso violenta y agresiva.

Produce sensación de estímulo, excitación y calor.

Se utiliza en terapia en casos de debilidad y fatiga, aumenta la calidad de la sangre, la resistencia física, tonifica los órganos sexuales, aumenta el tono muscular y estimula la inhalación y el movimiento.

Es útil en anemias, parálisis y enfermedades crónicas debilitantes.

Azul: Elemento Aire.

El azul es el color del movimiento y la fluidez.

Potencia la irrigación y circulación de los circuitos etéricos y físicos.

Es un color frío y refrescante.

La vibración azul es amable, pacífica y complaciente, sobre todo el tono claro o turquesa; el azul más oscuro o índigo es más fuerte y movilizante.

En cromoterapia se utiliza en casos de inflamación, calor y contracción muscular.

Se indica también para combatir el insomnio, estados nerviosos, cólicos, hemorragias, supuraciones, congestiones y procesos de dolor.

Tranquiliza a los niños hiperactivos, por sus propiedades refrescantes, tranquilizantes y sedantes.

Verde: Elemento Aire.

Es la energía de la acción, tiene la vibración positiva de la naturaleza, produce ganas de vivir y de participar.

La influencia del verde aumenta la curiosidad y la capacidad analítica, por lo que es muy utilizado en lugares de trabajo, porque se ha comprobado que aumenta la productividad y la concentración.

En terapia se emplea para activar el transporte de energía, tratar las afecciones pulmonares en general, reducir tumores y úlceras.

Es un buen tratamiento para la apatía y depresión, por sus propiedades relajantes.

Anaranjado: Es la vibración del amanecer, simboliza la potencia y la felicidad.

Es una vibración pasiva, pero cargada de fuerza y poder.

Produce mucha seguridad y reafirma las capacidades del individuo.

Proporciona seguridad y optimismo, por lo que se usa en casos de depresión, inestabilidad, tristeza y temor.

Usar el naranja tonifica la energía, da vitaminas al cuerpo, potencia las capacidades, anima y vigoriza.

Aumenta el apetito, además de ser un excelente tratamiento para la anemia y en combinación con el azul mejora condiciones de angina de pecho e infartos.

Rosado: Es la vibración del amor.

Es un color con una personalidad única y especial.

Tiene la fuerza espiritual del color magenta, pero teñida con el blanco de la paz y suavidad.

Simboliza a la madre, la compasión absoluta, la protección, la seguridad y la amabilidad.

El rosado tiene una vibración muy suave, pero, profundamente penetrante, cálida y amorosa, adecuada para que aprendamos a no agredirnos ni física ni emocionalmente.

Suaviza los procesos difíciles, es un gran alimento energético y espiritual.

Violeta: Representa el anochecer.

Es la energía del impulso.

Al ser una vibración rápida y veloz proporciona capacidad de decisión, concreción y valentía.

Estimula reacciones orgánicas, la circulación, y el sistema linfático.

Favorece la imaginación y la intuición, siempre ha sido ligada a la espiritualidad y conciencia.

En cromoterapia se emplea para devolver el equilibrio y la paz energética.