Demetrio Korsi
- Aristides Martínez Ortega
Buena muestra también es "Providencia": "El verano se equivocó de temporada / la campiña reventaba en la nodriza / Por qué esa orquesta le tuerce el cuello a un tango? / El sol gira alrededor de este casino de señoritas que hacen ellas mismas su traje de baile / Aquí todo el mundo sabe montar el bicicleta / Se alquila el mar con vestido de baño."
En Cumbia, Panamá, 1935, vuelve Korsi a mostrarse como poeta de las nuevas modalidades. El poema que da nombre al libro se había publicado en su libro anterior, Block, poema éste en que la crítica ha coincidido en subrayar la influencia de la llamada poesía negra, alentada por la nueva estética y popularizada por poetas como Nicolás Guillén y Luis Pales Matos.
DEMETRIO KORSI (1899)
La juventud se suicidó sonreída
Oh, mulatas de la calle 17,
oh,internacionales del cabaret!
Me sonreías desde el balcón
la caja de música del italiano
tintirineaba los valses
la responsabilidad de la tarde
(era un 29 de febrero?)
La historia de esas mujeres se asoma a la puerta
Una se suicidó frente a un espejo
Otra tiene restaurante en Marsella
Y a mí, qué me importa?
Quiero ser vaporino, iré muy lejos
En los puertos compraré tu sonrisa.
("Bloc")
toda la noche agazapado La carcajada del payaso el verano se equivocó de temporada toda la noche instalada en el Bar y con tu lunar milenario ocho millones como en Blasco Ibáñez; la noche se enredaba en tus manos Cuando chico, conocí "Y el Pirulí, Pan de dulce? Panelas? Maní? Caramelo al comprador Cierro los ojos, y por Cuando Pirulí pasaba "Y el Pirulí, Y un tumulto de muchachos, "Y el Pirulí, Y qué clientela! Qué gente! Y siempre así. ¡Qué diablo era Pirulí! (Pero...como marea...) y el pregón calimbatí, "Y el Pirulí,
frente a una taza de café
por qué se tiró del sexto piso mi ecuanimidad?
multipliqué mis canas por mi neurastenia
igual 34 años.
(Bloc")
penetró hasta el final del mundo
hasta la galería 25
la jirafa era inverosímil
y le tuve piedad al elefante,
flor vestida de mallas
la bailarina del trapecio,
el traje de estrellitas
atrae las caídas.
("Bloc")
la campaña reventaba en la nodriza
¿Por qué esa orquesta le tuerce el cuello a un tango?
El sol gira alrededor de este Casino
de señoritas que hacen ellas mismas sus trajes de baile
Aquí todo el mundo sabe montar en bicicleta
Se alquila el mar con el vestido de baño
("Bloc")
Montparnasse encrucijada del mundo
en ese hotel se suicidó una insensata
se hablaba de amor con paradojas
para qué aburrirse mirando el tiempo gris?
el autobús pasaba para la Opera
cargado de gente y de avisos
y en un rincón del Café
el célebre artista japonés
se comía las uñas y sus últimos francos
bajo el reloj cuadrilátero parado en las 13.
("Bloc")
triunfa la luz, capitalizada por Edison
el seno virginal del ferry-boat
Lindbergh! que cruza el mar
tirado de la suerte por la nariz de la hélice.
Rascacielos hechos con nikeles
cuantos proyectos se estrellan contra tus muros!
en ti rugen lo mismo oh, gran Nueva York!
las maquinarias y el hambre;
Estatua de la libertad,
tu luz no es para el Sur.
Córtate el brazo.
("Bloc")
con la facilidad de un juguete
íbamos horizontalmente bajo los letreros inexactos
todos los augurios se habían propuesto equivocarse
cuando aspiraste el ronquido de los paquebotes
al paisaje errante lo tatuó un marinero
con el encuentro de una primavera casual;
penetramos por un túnel en forma de salón
para admirar en las vitrinas
el alarido de una nurse inglesa
en el desprendimiento de un dirigible incendiado;
los árboles lloraban la lluvia dulcemente
cuando me hundiste una aguja en la cartera
celosa de los maniquíes de las casas de modas...
se alejó tambaleándose el último tranvía.
("Bloc")
a Pirulí
el caramelero
más marullero3.
de Calidonia hasta Chiriquí,
y el pirulí,
lo traigo aquí,
coloradito, blanquito,
azulito, negrito".
Pregón que nos sacudía!
¡Grito del caramelero
en la plaza y en la vía!
De todo color tenía,
de todo sabor casero,
(¡Y con poco dinero!).
Sopa borracha? Alfajor?
¡Cocada o ajonjolí?
Nada de eso, señor!:
era todo Pirulí!
introspección baladí,
lo veo como lo vi
y lo oigo como lo oí.
sonando su campanilla
y disparando su pito,
Malambillo se alegraba
como un barrio de Sevilla.
coloradito, blanquito,
azulito, negrito,
¡Lo traigo aquí!"
vagos, pillos y jayanes,
brotaba de los zaguanes,
e iba tras él: los borrachos
lo increpaban,
y los canes
le ladraban;
le seguía
y repetía
su grito espectacular,
la batahola escolar;
y en ruidoso frenesí
la calle se estremecía
al grito de Pirulí
y el Pirulí,
lo traigo aquí!"
chinos, chancleteras
de Barrio Caliente,
de Juan Ponce las playeras,
del Chorrillo pipoteros
y de Santa Ana Cocheros,
chusma de fonda y kilombo,
todo el rimbombo del chombo
y el tumulto del canal,
y aquella canallería
lo seguía
y toda la Calle Real
se alegraba en Pirulí.
Una vez nos asustó
y en apuesta se tiró
del muro de Chiriquí!
(¡Claro!) nada le pasó,
porque después nos cantó
(y en nosotros cantará)
por calles de Panamá:
y el Pirulí,
lo traigo aquí".
("Cumbia")
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