El hombre del verano 2001
Publicado 2000/08/13 23:00:00
- Roberto Acuña
Una nueva elegancia marcada por colores vistosos y tonos pastel, que destronarán al habitual beige, caracterizará la moda masculina de la primaveraverano 2001, presentada esta semana en la capital francesa por unos 60 creadores internacionales.
Las pasarelas han destapado un estilo de pretaporter lleno de "glamour", en el que el hombre tomará prestados colores de la mujer y se vestirá con formas más pegadas al cuerpo, a menudo confeccionadas con fibras naturales, que dejan atrás colecciones más deportivas o desarrapadas.
Tanto Charles de Castelbajac como Thierry Mugler han firmado trajes de chaqueta con hombros más estrechos y una silueta más fina, con una paleta de tonos del desierto que acompañan a otros más urbanos.
La llegada del diseñador Hedi Slimane, ex director artístico de Yves SaintLaurent, a la línea masculina Christian Dior y la partida de Patrick Lavoix tras más de nueve años en la firma marcaron el desfile de la prestigiosa casa de moda francesa, que ha hecho suyo el dicho de "renovarse o morir".
Lanvin optó, por su parte, por una elegancia más "botánica", con un estilo sencillo y fluido en el que reinan los colores vegetales y los tejidos de lino, algodón, seda o cachemir.
La primaveraverano masculina diseñada para esa casa por Dominique Morlotti se caracterizará también por los pantalones de pirata, que contrastarán con trajes de chaqueta clásicos y marcados por el cuadro.
El juego con los contrastes es el lema de la colección de Givenchy, que, aunque no desfiló, sí presentó en privado modelos que mezclan trajes de chaqueta clásicos con camisas de cuellos bordados y otras combinaciones de estilo.
Recién llegado a las pasarelas parisienses, el japonés Ato mezcla trajes bien cortados con pantalones multicolores, a modo de vidrieras o tableros de ajedrez.
También el color forma parte inseparable de la colección del danés Peter Jensen, que se atrevió, en su primera aparición en la capital francesa, a hacer desfilar a sus modelos vestidos de naranja desde los pies a la cabeza.
El eclecticismo caracterizó al resto de los jóvenes creadores, de forma que si John de Maya eligió el color negro y los lazos, el dúo formado por el español Marc Soto y el alemán Marcus Stich encontró su máxima forma de expresión en la espiga, los detalles y los tonos caqui, azul claro y gris.
Las camisas blancas, pero salpicadas de tonos amarillos, verdes, rojos o violetas, sobre pantalones en forma de campana constituyen la apuesta personal de Daniel Faret, que ha vestido al hombre de la primaveraverano de 2001 con trajes coloridos dominados por los tonos fluorescentes.
Las rayas y los cuadros sobre fondos fucsia, violeta, azul oscuro, verde manzana y amarillo apagado constituyen la nota más destacada del arte del británico Paul Smith, que declara la guerra a la discreción con sus últimas creaciones.
Vuitton se inspiró más en el estilo de la década de los 80 con pantalones amplios y cómodos que conservan los tonos beige, aunque iluminados por colores deslumbrantes como el rosa coral, el azul de los mares del sur o diversas modalidades de verdes intensos.
Tampoco Hermés siguió en sus diseños la moda del color: el blanco, los verdes, marrones y el negro son los únicos tonos autorizados en sus camisas y polos, generalmente ornamentados con cremalleras, y en sus trajes de chaqueta ligeros y con dos o tres cierres.
Los cuatro días destinados a la presentación de las colecciones de pretaporter masculino para el 2001 culminaron hoy, tras unos cuarenta desfiles y una quincena de exhibiciones privadas en las que, en definitiva, han dado luz a un hombre de aspecto juvenil y casi frágil con elementos femeninos que no logran, sin embargo, robarle su condición esencialmente masculina
Las pasarelas han destapado un estilo de pretaporter lleno de "glamour", en el que el hombre tomará prestados colores de la mujer y se vestirá con formas más pegadas al cuerpo, a menudo confeccionadas con fibras naturales, que dejan atrás colecciones más deportivas o desarrapadas.
Tanto Charles de Castelbajac como Thierry Mugler han firmado trajes de chaqueta con hombros más estrechos y una silueta más fina, con una paleta de tonos del desierto que acompañan a otros más urbanos.
La llegada del diseñador Hedi Slimane, ex director artístico de Yves SaintLaurent, a la línea masculina Christian Dior y la partida de Patrick Lavoix tras más de nueve años en la firma marcaron el desfile de la prestigiosa casa de moda francesa, que ha hecho suyo el dicho de "renovarse o morir".
Lanvin optó, por su parte, por una elegancia más "botánica", con un estilo sencillo y fluido en el que reinan los colores vegetales y los tejidos de lino, algodón, seda o cachemir.
La primaveraverano masculina diseñada para esa casa por Dominique Morlotti se caracterizará también por los pantalones de pirata, que contrastarán con trajes de chaqueta clásicos y marcados por el cuadro.
El juego con los contrastes es el lema de la colección de Givenchy, que, aunque no desfiló, sí presentó en privado modelos que mezclan trajes de chaqueta clásicos con camisas de cuellos bordados y otras combinaciones de estilo.
Recién llegado a las pasarelas parisienses, el japonés Ato mezcla trajes bien cortados con pantalones multicolores, a modo de vidrieras o tableros de ajedrez.
También el color forma parte inseparable de la colección del danés Peter Jensen, que se atrevió, en su primera aparición en la capital francesa, a hacer desfilar a sus modelos vestidos de naranja desde los pies a la cabeza.
El eclecticismo caracterizó al resto de los jóvenes creadores, de forma que si John de Maya eligió el color negro y los lazos, el dúo formado por el español Marc Soto y el alemán Marcus Stich encontró su máxima forma de expresión en la espiga, los detalles y los tonos caqui, azul claro y gris.
Las camisas blancas, pero salpicadas de tonos amarillos, verdes, rojos o violetas, sobre pantalones en forma de campana constituyen la apuesta personal de Daniel Faret, que ha vestido al hombre de la primaveraverano de 2001 con trajes coloridos dominados por los tonos fluorescentes.
Las rayas y los cuadros sobre fondos fucsia, violeta, azul oscuro, verde manzana y amarillo apagado constituyen la nota más destacada del arte del británico Paul Smith, que declara la guerra a la discreción con sus últimas creaciones.
Vuitton se inspiró más en el estilo de la década de los 80 con pantalones amplios y cómodos que conservan los tonos beige, aunque iluminados por colores deslumbrantes como el rosa coral, el azul de los mares del sur o diversas modalidades de verdes intensos.
Tampoco Hermés siguió en sus diseños la moda del color: el blanco, los verdes, marrones y el negro son los únicos tonos autorizados en sus camisas y polos, generalmente ornamentados con cremalleras, y en sus trajes de chaqueta ligeros y con dos o tres cierres.
Los cuatro días destinados a la presentación de las colecciones de pretaporter masculino para el 2001 culminaron hoy, tras unos cuarenta desfiles y una quincena de exhibiciones privadas en las que, en definitiva, han dado luz a un hombre de aspecto juvenil y casi frágil con elementos femeninos que no logran, sin embargo, robarle su condición esencialmente masculina
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