¡España llora!
Publicado 2006/06/02 23:00:00
- Horacio RodrÃguez
Miles de personas manifiestan su dolor por el fallecimiento de una de las artistas más populares de la canción española; la famosa intérprete perdió la batalla contra el cáncer de páncreas.
EL título de su penúltimo disco recopilatorio, "La más grande", es hoy día el seudónimo con el que la recuerdan sus compatriotas. Rocío Jurado falleció en su casa en Madrid, rodeada de su esposo (el torero José Ortega Cano); de su hija nacida de su matrimonio con el también finado Pedro Carrasco, Rocío Carrasco; de sus hijos adoptados en 1999 (los niñitos colombianos José Fernando y Gloria Camila); de sus dos nietos (hijos de Rocío Carrasco); de sus hermanos y su familia política.
Todos los medios de comunicación españoles han seguido paso a paso los avatares de quien fuera una de las voces de la canción española más importantes de las últimas décadas. Canciones como "Se nos rompió el amor", "Señora", "Como yo te amo", "Si amanece" o "Como una ola" pertenecen al imaginario colectivo iberoamericano; son canciones que forman parte de la vida de millones de personas. "Rocío, eres la banda sonora de mi vida", repetían ayer cientos de españoles.
También, siguiendo la estela de Lola Flores, Rocío Jurado difundió el folclor español con arte, magia y un toque de modernidad muy personal, interpretando como pocos desde el flamenco hasta la copla, ataviada con sus exuberantes trajes de lunares y cola.
Las calles de Madrid, donde vivía, y de Chipiona (Cádiz), la ciudad que la vio nacer hace 61 años, se inundaron ayer de personas que, como si se tratara de una inmensa peregrinación, salieron para manifestar su dolor. Muchas de ellas lo hicieron portando claveles rojos, las flores favoritas de Jurado.
Aunque sea un cliché, no hay mejor frase para definir la vida de Rocío Jurado: se hizo a sí misma. Hija de familia humilde, de padre zapatero y madre ama de casa; con 12 años se quedó huérfana de padre. Tuvo que trabajar de zapatera y recogedora de fruta. A los 15 años, empezaría a recorrer con arte propio los escenarios de todos los pueblos de España, logrando un sustento para toda su familia y la fama mundial. Quienes la conocieron aseguran que no sólo fue una extraordinaria artista, sino también una persona excepcional, humana y caritativa.
Todos los medios de comunicación españoles han seguido paso a paso los avatares de quien fuera una de las voces de la canción española más importantes de las últimas décadas. Canciones como "Se nos rompió el amor", "Señora", "Como yo te amo", "Si amanece" o "Como una ola" pertenecen al imaginario colectivo iberoamericano; son canciones que forman parte de la vida de millones de personas. "Rocío, eres la banda sonora de mi vida", repetían ayer cientos de españoles.
También, siguiendo la estela de Lola Flores, Rocío Jurado difundió el folclor español con arte, magia y un toque de modernidad muy personal, interpretando como pocos desde el flamenco hasta la copla, ataviada con sus exuberantes trajes de lunares y cola.
Las calles de Madrid, donde vivía, y de Chipiona (Cádiz), la ciudad que la vio nacer hace 61 años, se inundaron ayer de personas que, como si se tratara de una inmensa peregrinación, salieron para manifestar su dolor. Muchas de ellas lo hicieron portando claveles rojos, las flores favoritas de Jurado.
Aunque sea un cliché, no hay mejor frase para definir la vida de Rocío Jurado: se hizo a sí misma. Hija de familia humilde, de padre zapatero y madre ama de casa; con 12 años se quedó huérfana de padre. Tuvo que trabajar de zapatera y recogedora de fruta. A los 15 años, empezaría a recorrer con arte propio los escenarios de todos los pueblos de España, logrando un sustento para toda su familia y la fama mundial. Quienes la conocieron aseguran que no sólo fue una extraordinaria artista, sino también una persona excepcional, humana y caritativa.
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