Hermana Geraldine Brake, una sierva a tiempo completo
Publicado 2000/02/03 00:00:00
- Yessika Valdés
En el seno de una familia de arraigada fe cristiana, nace el 1 de febrero de 1947, en Wilmington, Delaware, Estados Unidos, la Hermana Geraldine Brake. Doce hermanos conformaban esta familia donde adquirió los valores y principios cristianos que le permitirían trazarse el porvenir digno que ha ido cimentando con un trabajo tesonero, altruista y un compromiso irrenunciable a propiciar el bienestar del prójimo como es el Mandato Divino.
Oportuna es la ocasión para reconocer los méritos de esta gran mensajera y colaboradora de Dios en su obra para con la humanidad, sedienta de solidaridad, justicia, paz y sabiduría para encauzar sus pasos por derroteros que la enaltezcan.
Su empeño por cumplir con el servicio a sus hermanos y hermanas cristianos/as ha sido fructífero en satisfacciones: como el gozo que de ello.
SOLIDA FORMACION
Ella cuenta con una sólida formación cristiana, académica e intelectual que sirven de fundamento para sus éxitos que son encomiables. Pero, su mayor premio es contar con la Gracia de Dios. Su humildad le ha valido el aplauso y admiración.
Realiza sus estudios primarios en la Christ Our King Parroquial School. Los secundarios en la Ursuline Academy. Su vocación y su temperamento se manifiestan desde temprano cuando ella demuestra un gran coraje al escoger el camino difícil donde sólo se ganan glorias espirituales derivadas de su dedicación a los demás.
Para adquirir esa gran habilidad didáctica que hoy posee, en 1967 inicia sus estudios universitarios en el Bachelor Degree of Education Rogers College, en la ciudad de Maryknoll del Estado de Nueva York, los cuales concluye en 1972 y posteriormente estudia una Maestría. Obtiene el Título de Master Degree in Pastoral Counseling, en Loyola University, Baltimore, Maryland. (1983-1984).
FRUTO DE LOS ESTUDIOS
Su formación académica estaba dirigida al trabajo pastoral, a brindar su servicio a los más necesitados. De esta forma, comienza el Trabajo Pastoral en el campo, en Pueblo Nuevo, Nicaragua, brindando ayuda y coordinación de apoyo a los damnificados del terremoto de 1972. También Hermana Geraldine hizo trabajo pastoral en esa misma ciudad a los damnificados luego de la insurrección de 1978-1979. En 1984 fue Directora del Programa de Formación de las Hermanas Maryknoll, Nueva York y en 1989 inició los Programas de la Pastoral de Enfermos, desde la Curia Metropolitana de Panamá, una gran necesidad para la sociedad católica, sobre todo a aquellos enfermos más necesitados.
A raíz de los centenares de muertos, heridos y damnificados de la invasión norteamericana en diciembre de 1989, la Hermana Geraldine ofreció su ayuda voluntaria y colaboró a tiempo completo y con la aprobación del Arzobispo de Panamá, Monseñor Marcos G. McGrath. Fue autorizada para que organizara y coordinara con AID, la Fundación de los Damnificados del Chorrillo, la Cruz Roja y otras instituciones de gobierno, acciones de ayuda, especialmente hacia los y las afectadas de la Tercera Edad.
FUNDACION NUEVA VIDA
Posteriormente, en 1990 Hermana Geraldine es encargada de la formación y creación de la Fundación Nueva Vida, con la participación de la Iglesia Católica, Asociaciones Privadas, Clubes Cívicos y de Gobierno, con el propósito de brindar atención a personas de la Tercera Edad, particularmente a los más desamparados. En diciembre del mismo año esta servidora de Dios y el prójimo se traslada a las instalaciones del Hospital Palo Seco donde continúa realiza su trabajo pastoral y de coordinación con miras a crear la Residencia Brisas del Mar, para personas de la Tercera Edad, con el apoyo de Fundación Nueva Vida, la Iglesia Católica, Clubes Cívicos y personas naturales que deseaban ayudar a tan noble causa.
La energía y la plena conciencia que tenía de la importancia de su trabajo, motivaron a la Hermana Geraldine Brake en su trabajo árduo pero lleno de satisfacciones, ya que grande es la complacencia que deriva al ver la tranquilidad física y espiritual de los ancianos que allí reciben atención, compañía y cariño.
Y es que la Hermana contagia a la comunidad con su ímpetu, su interés y conciencia de la necesidad de respaldo de toda índole en que están tantas personas en el Hospital de Palo Seco como en otros escenarios en que su huella ha quedado impresa con obras benéficas que ponen de relieve que el tiempo mejor invertido es el que se dedica a Dios y al prójimo.
Al punto de que hoy por hoy la Residencia cuenta con una población de 65 ancianos que reciben todo el apoyo de Fundación Nueva Vida.
Pero, allí no termina la noble faena y trayectoria de la Hermana Geraldine, cuya organización y dirigencia, la han hecho sumarse también a la gran cruzada que llevan adelante las Hermanas de la Visitación, un Convento Contemplativo ubicado en Las Cumbres, quienes se encargan de la fabricación de las Hostias para la comunidad católica de Panamá; pero, quienes ya necesitan cambiar las máquinas con que las fabrican. Con la ayuda de la Hermana Geraldine, los residentes y amistades han recaudado fondos y ya casi alcanzan la meta: renovar este equipo.
DISTINCIONES
Su altruismo, generosidad, espíritu solidario, dedicación y esfuerzos han sido vistos también con buenos ojos por una sociedad agradecida que ha otorgado a la Hermana Geraldine Brake importantes distinciones. A saber:
Medalla de Oro, (1992) Otorgada por la Comisión del Canal, por su labor hacia los damnificados de El Chorrillo.
Bendición Apostólica del Vaticano (1998) Reconocimiento de la Asociación Pro Valores Cívicos y Morales, como ejemplo de una vida dedicada a cultivar los más altos Valores Eticos, Cívicos y Morales.
Ciudadana Distinguida (1999) Reconocimiento de la Gran Lodge of Elks por sus servicios humanitarios.
La Hermana Geraldine Brake fue investida con su talento superior, desde su adolescencia y luego de un estudio metódico es ya una autoridad en la noble labor que desempeña y han sido la mística que ha despertado en cada uno de los panameños de todos los estratos sociales y culturales, para que se sintieran motivados a dar y servir a quienes más lo necesitan.
Hoy que celebra un año más de vida, una vida dedicada a sanar el corazón, el hambre espiritual y nutricia de sus congéneres, elevamos votos al Todopoderoso para que le siga sirviendo de brújula en tan meritoria labor social que le ha hecho gozar del cariño y agradecimiento de quienes conocen de su trayectoria.
Oportuna es la ocasión para reconocer los méritos de esta gran mensajera y colaboradora de Dios en su obra para con la humanidad, sedienta de solidaridad, justicia, paz y sabiduría para encauzar sus pasos por derroteros que la enaltezcan.
Su empeño por cumplir con el servicio a sus hermanos y hermanas cristianos/as ha sido fructífero en satisfacciones: como el gozo que de ello.
SOLIDA FORMACION
Ella cuenta con una sólida formación cristiana, académica e intelectual que sirven de fundamento para sus éxitos que son encomiables. Pero, su mayor premio es contar con la Gracia de Dios. Su humildad le ha valido el aplauso y admiración.
Realiza sus estudios primarios en la Christ Our King Parroquial School. Los secundarios en la Ursuline Academy. Su vocación y su temperamento se manifiestan desde temprano cuando ella demuestra un gran coraje al escoger el camino difícil donde sólo se ganan glorias espirituales derivadas de su dedicación a los demás.
Para adquirir esa gran habilidad didáctica que hoy posee, en 1967 inicia sus estudios universitarios en el Bachelor Degree of Education Rogers College, en la ciudad de Maryknoll del Estado de Nueva York, los cuales concluye en 1972 y posteriormente estudia una Maestría. Obtiene el Título de Master Degree in Pastoral Counseling, en Loyola University, Baltimore, Maryland. (1983-1984).
FRUTO DE LOS ESTUDIOS
Su formación académica estaba dirigida al trabajo pastoral, a brindar su servicio a los más necesitados. De esta forma, comienza el Trabajo Pastoral en el campo, en Pueblo Nuevo, Nicaragua, brindando ayuda y coordinación de apoyo a los damnificados del terremoto de 1972. También Hermana Geraldine hizo trabajo pastoral en esa misma ciudad a los damnificados luego de la insurrección de 1978-1979. En 1984 fue Directora del Programa de Formación de las Hermanas Maryknoll, Nueva York y en 1989 inició los Programas de la Pastoral de Enfermos, desde la Curia Metropolitana de Panamá, una gran necesidad para la sociedad católica, sobre todo a aquellos enfermos más necesitados.
A raíz de los centenares de muertos, heridos y damnificados de la invasión norteamericana en diciembre de 1989, la Hermana Geraldine ofreció su ayuda voluntaria y colaboró a tiempo completo y con la aprobación del Arzobispo de Panamá, Monseñor Marcos G. McGrath. Fue autorizada para que organizara y coordinara con AID, la Fundación de los Damnificados del Chorrillo, la Cruz Roja y otras instituciones de gobierno, acciones de ayuda, especialmente hacia los y las afectadas de la Tercera Edad.
FUNDACION NUEVA VIDA
Posteriormente, en 1990 Hermana Geraldine es encargada de la formación y creación de la Fundación Nueva Vida, con la participación de la Iglesia Católica, Asociaciones Privadas, Clubes Cívicos y de Gobierno, con el propósito de brindar atención a personas de la Tercera Edad, particularmente a los más desamparados. En diciembre del mismo año esta servidora de Dios y el prójimo se traslada a las instalaciones del Hospital Palo Seco donde continúa realiza su trabajo pastoral y de coordinación con miras a crear la Residencia Brisas del Mar, para personas de la Tercera Edad, con el apoyo de Fundación Nueva Vida, la Iglesia Católica, Clubes Cívicos y personas naturales que deseaban ayudar a tan noble causa.
La energía y la plena conciencia que tenía de la importancia de su trabajo, motivaron a la Hermana Geraldine Brake en su trabajo árduo pero lleno de satisfacciones, ya que grande es la complacencia que deriva al ver la tranquilidad física y espiritual de los ancianos que allí reciben atención, compañía y cariño.
Y es que la Hermana contagia a la comunidad con su ímpetu, su interés y conciencia de la necesidad de respaldo de toda índole en que están tantas personas en el Hospital de Palo Seco como en otros escenarios en que su huella ha quedado impresa con obras benéficas que ponen de relieve que el tiempo mejor invertido es el que se dedica a Dios y al prójimo.
Al punto de que hoy por hoy la Residencia cuenta con una población de 65 ancianos que reciben todo el apoyo de Fundación Nueva Vida.
Pero, allí no termina la noble faena y trayectoria de la Hermana Geraldine, cuya organización y dirigencia, la han hecho sumarse también a la gran cruzada que llevan adelante las Hermanas de la Visitación, un Convento Contemplativo ubicado en Las Cumbres, quienes se encargan de la fabricación de las Hostias para la comunidad católica de Panamá; pero, quienes ya necesitan cambiar las máquinas con que las fabrican. Con la ayuda de la Hermana Geraldine, los residentes y amistades han recaudado fondos y ya casi alcanzan la meta: renovar este equipo.
DISTINCIONES
Su altruismo, generosidad, espíritu solidario, dedicación y esfuerzos han sido vistos también con buenos ojos por una sociedad agradecida que ha otorgado a la Hermana Geraldine Brake importantes distinciones. A saber:
Medalla de Oro, (1992) Otorgada por la Comisión del Canal, por su labor hacia los damnificados de El Chorrillo.
Bendición Apostólica del Vaticano (1998) Reconocimiento de la Asociación Pro Valores Cívicos y Morales, como ejemplo de una vida dedicada a cultivar los más altos Valores Eticos, Cívicos y Morales.
Ciudadana Distinguida (1999) Reconocimiento de la Gran Lodge of Elks por sus servicios humanitarios.
La Hermana Geraldine Brake fue investida con su talento superior, desde su adolescencia y luego de un estudio metódico es ya una autoridad en la noble labor que desempeña y han sido la mística que ha despertado en cada uno de los panameños de todos los estratos sociales y culturales, para que se sintieran motivados a dar y servir a quienes más lo necesitan.
Hoy que celebra un año más de vida, una vida dedicada a sanar el corazón, el hambre espiritual y nutricia de sus congéneres, elevamos votos al Todopoderoso para que le siga sirviendo de brújula en tan meritoria labor social que le ha hecho gozar del cariño y agradecimiento de quienes conocen de su trayectoria.
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