Inaugura Homes
Publicado 2006/11/19 00:00:00
[~socialest-1.jpg~ Marcela de Amaya, Paul Nahem y Anabella Nahem. ]
[~socialest-2.jpg~ José Arosemena, María Angela Pitti y Nelson Padilla. ]
[~socialest-3.jpg~ Sergio Vélez, Mónica Diez y Carlos Álvarez. ]
[~socialest-4.jpg~ Roxana de Montemayor, Yamileth González y Elionora Michilov. ]
[~socialest-5.jpg~ Roberto Roy, Roger Khafif y Toby Entebi. ]
[~socialest-6.jpg~ Gloria María Beahr, S.E. Juan Alfaro Posada, embajador de Honduras e Ivis Rodríguez. ]
[~socialest-7.jpg~ Gladys Flores, Javier Montemayor y Roxana de Montemayor. ]
~111906-PA-D4-1~
Indalecio Rodríguez Sánchez no fue solo el periodista en acción o el docente reconocido, sino también una personalidad a consultar por las esferas menos sospechadas. Los embajadores norteamericanos, por ejemplo, para los cuales hacía balance sobre la realidad nacional, o para figuras de organismos internacionales y diplomáticos.
En el ejercicio de la profesión Rodríguez Sánchez laboró con un número plural de medios escritos y radiales, y con agencias internacionales que van desde El Siglo y El Tiempo de Bogotá, hasta el World Forum " de Londres, pasando por The Associted Press, The Lain American Time, la BBC de Londres, Radio Sutatenza, Caracol, Agencia Efe-Televisión, ABC Network, el Universo de Guayaquil; fue Coordinador de Información Internacional de la conferencia de Puebla, Coordinador de la VII Cumbre Internacional de Primeras Damas en octubre de 1997, evento en el cual quien suscribe este articulo laboró como su Sub Director.
Fue portavoz en acontecimientos verdaderamente relevantes. Fue recibido y comulgó en dos ocasiones de la mano del Papa Juan Pablo Segundo. Su esposa recuerda que con lo de la invasión, aquí, en la casa hubo una reunión de varios, como él era presidente de los corresponsales de prensa extranjera, hubo una reunión aquí de varios periodistas, vinieron de varias partes; los de aquí también, yo no hablo ingles, entiendo una que otra cosa, y había uno del Chicago Tribune que hablaba español, y entonces de la curiosidad le dije que de tanto rumor la invasión iba a venir, y entonces me dijo: "la invasión viene y viene pronto", y fue un mes antes.
La noche del 19 de diciembre de 1989, amanecer 20, Indalecio Rodríguez transformó a azotea del edificio donde aun queda su residencia en su oficina de trabajo. Vista de allí la acción de los aviones y helicópteros norteamericanos sobre el bario del Chorrillo, junto a sus hijos filmó los acontecimientos y como en otros momentos, el nueve de enero de 1964 por ejemplo, cuando recién había llegado al país, se transformó en una voz que revelaba al mundo lo que acontecía en el Istmo.
Comúnmente se atribuye al Libertador Simón Bolívar aquella afirmación de que no importa dónde se nace ni dónde se muere , sino por qué se lucha. Acertada, porque el cariño es una construcción de todos los días, una inversión de esfuerzos, de voluntad, de interés en los escenarios en que nos toca sembrar…y las decisiones personales, aquellas que deciden nuestros rumbos serán larga o cortamente meditadas, pero no habrá dudas de la gran dosis de sinceridad y de sentimientos que conllevan. Un día de 1990, 27 años después de haber llegado a Panamá, sin haber roto sus vínculos y su amor por Colombia, Indalecio Rodríguez Sánchez se encaminó hacia el Tribunal Electoral, y ante uno de los Magistrados de esa Institución hizo una emocionada sustentación sobre los motivos que lo llevaban, en aquella fecha, a pedir su nacionalización como panameño. Una decisión de dos vías, porque si bien ya era evidente la inserción del profesor en el alma misma del país, también era cierto el que nuestra sociedad se había internado en la suya.
El domingo en que murió se preparaba para una reunión con ejecutivos del periódico La nación, de Costa Rica; Indalecio era en ese instante Director de semanario Capital Financiero . "Yo estaba en Coronado, pero el único Seguro Social cerca, era el de San Carlos, que era un cosa que pues, qué recursos hay; no teníamos alerta, y no se pudo hacer nada; ya Guido se había regresado y Juan Carlos lo llamó por celular, y se tuvo que devolver. Yo le había dicho "Indalecio vamos a bañarte al mar", pero el dijo "mañana que no tengo que trabajar" y de hecho tenía dos maletines, porque venia la Nación de Costa Rica, tu sabes que eso era de Costa Rica, el periódico..", recuerda Margarita en un tono, que pese a los años revela angustia e impotencia, y otra vez vuelve a ensayar aquellas cosas que se hubieran podido hacer para mantenerlo con vida.
De ironía fina y certera, el veterano periodista valoraba con particularidad las enseñanzas y las experiencias. En una de sus columnas de Ombudsman señalaba que "Parece aconsejable que, de vez en cuando, revisemos papales y anotaciones viejas, para iluminar con la voz de la experiencia las situaciones nuevas. Esto tiene como propósito alertar a las nuevas generaciones sobre las consecuencias que ello pudiera llegar a tener, y a sabiendas de que no siempre hay receptividad para escuchar esa voz…"
Pero si en lo profesional y académico, Indalecio Rodríguez Sánchez dejó una impronta, no es menos esta condición en el terreno familiar y hogareño. O con el amplio abanico de amistades que supo cultivar. Mi padre se cuenta entre ellos. De estas últimas tanto su esposa como el Catedrático Rafael Candanedo recuerdan que por ese conocimiento extraordinario que tenía de las escrituras y la iglesia le llamaban en broma: Monseñor . El Doctor Ricardo Arias Calderón, de quien fuera amigo entrañable, le decía al encontrárselo: "¿Cómo está Monseñor?" , y él respondía: "muy bien Su Santidad" . Margarita lo describe como verdaderamente ensimismado a la hora de trabajar, pero cuando algún defecto no podía ser atendido por el fontanero, aunque le tomara tiempo, él mismo lo resolvía.
Fue importante para la preparación de esta Semblanza formularle una consulta a uno de sus hijos, el abogado Guido Rodríguez, ahora responsable de este diario en el que laboramos, y entender que la seguridad que sembró en ellos, su descendencia, lo trasciende:
Semblanzas: ¿Cómo describirías a Indalecio en su papel de Padre?
"..no solo fue mi consejero de cabecera, mi guía intelectual y un ejemplo a seguir. También fue un amigo al que podía recurrir en momentos en que lo necesitaba. Fue adicionalmente un amigo de mis amigos y a todos les brindaba el cariño y el consejo que un padre daría a sus hijos. Así me lo dejaron saber varios de ellos cuando supieron de la noticia del deceso de Don Indalecio. Hombre cuya mayor ambición, fue que sus hijos recibiéramos una educación que nos sirviera para el futuro. Su cultura, su intelecto, su amor por la Opera y por la música clásica, realmente me dejaron una marca indeleble. Cuando terminé el bachillerato y tuve que enfrentarme a la decisión de escoger una carrera, y ante las dos opciones que le dije me gustaban, Biología Marina y Derecho, el me simplemente me dijo: Creo que ambas son bonitas profesiones, no dudo que la Biología Marina para Panamá tendrá gran aplicación y podrás hacer aportes importantes. El Derecho es una carrera que te podrá servir también para la vida, no solo para ser abogado sino para cualquier disciplina. Luego de meditarlo un tiempo, le dije que había escogido el Derecho y así fue. Siempre recibí su apoyo durante mis estudios y nunca intervino en las decisiones sobre los trabajos que acepté, como banquero, luego como servidor público auditando el recién revertido Canal de Panamá y por último como Adjunto del Defensor del Pueblo. Sin embargo, estoy convencido que la labor que más orgullo le hubiera dado, en caso de haber vivido para verla, es la de Director de un diario tan prestigioso como el Panamá América . Sé que desde el cielo, debe sentirse orgulloso, y sé que cuento con su protección".
[~socialest-2.jpg~ José Arosemena, María Angela Pitti y Nelson Padilla. ]
[~socialest-3.jpg~ Sergio Vélez, Mónica Diez y Carlos Álvarez. ]
[~socialest-4.jpg~ Roxana de Montemayor, Yamileth González y Elionora Michilov. ]
[~socialest-5.jpg~ Roberto Roy, Roger Khafif y Toby Entebi. ]
[~socialest-6.jpg~ Gloria María Beahr, S.E. Juan Alfaro Posada, embajador de Honduras e Ivis Rodríguez. ]
[~socialest-7.jpg~ Gladys Flores, Javier Montemayor y Roxana de Montemayor. ]
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Indalecio Rodríguez Sánchez no fue solo el periodista en acción o el docente reconocido, sino también una personalidad a consultar por las esferas menos sospechadas. Los embajadores norteamericanos, por ejemplo, para los cuales hacía balance sobre la realidad nacional, o para figuras de organismos internacionales y diplomáticos.
En el ejercicio de la profesión Rodríguez Sánchez laboró con un número plural de medios escritos y radiales, y con agencias internacionales que van desde El Siglo y El Tiempo de Bogotá, hasta el World Forum " de Londres, pasando por The Associted Press, The Lain American Time, la BBC de Londres, Radio Sutatenza, Caracol, Agencia Efe-Televisión, ABC Network, el Universo de Guayaquil; fue Coordinador de Información Internacional de la conferencia de Puebla, Coordinador de la VII Cumbre Internacional de Primeras Damas en octubre de 1997, evento en el cual quien suscribe este articulo laboró como su Sub Director.
Fue portavoz en acontecimientos verdaderamente relevantes. Fue recibido y comulgó en dos ocasiones de la mano del Papa Juan Pablo Segundo. Su esposa recuerda que con lo de la invasión, aquí, en la casa hubo una reunión de varios, como él era presidente de los corresponsales de prensa extranjera, hubo una reunión aquí de varios periodistas, vinieron de varias partes; los de aquí también, yo no hablo ingles, entiendo una que otra cosa, y había uno del Chicago Tribune que hablaba español, y entonces de la curiosidad le dije que de tanto rumor la invasión iba a venir, y entonces me dijo: "la invasión viene y viene pronto", y fue un mes antes.
La noche del 19 de diciembre de 1989, amanecer 20, Indalecio Rodríguez transformó a azotea del edificio donde aun queda su residencia en su oficina de trabajo. Vista de allí la acción de los aviones y helicópteros norteamericanos sobre el bario del Chorrillo, junto a sus hijos filmó los acontecimientos y como en otros momentos, el nueve de enero de 1964 por ejemplo, cuando recién había llegado al país, se transformó en una voz que revelaba al mundo lo que acontecía en el Istmo.
Comúnmente se atribuye al Libertador Simón Bolívar aquella afirmación de que no importa dónde se nace ni dónde se muere , sino por qué se lucha. Acertada, porque el cariño es una construcción de todos los días, una inversión de esfuerzos, de voluntad, de interés en los escenarios en que nos toca sembrar…y las decisiones personales, aquellas que deciden nuestros rumbos serán larga o cortamente meditadas, pero no habrá dudas de la gran dosis de sinceridad y de sentimientos que conllevan. Un día de 1990, 27 años después de haber llegado a Panamá, sin haber roto sus vínculos y su amor por Colombia, Indalecio Rodríguez Sánchez se encaminó hacia el Tribunal Electoral, y ante uno de los Magistrados de esa Institución hizo una emocionada sustentación sobre los motivos que lo llevaban, en aquella fecha, a pedir su nacionalización como panameño. Una decisión de dos vías, porque si bien ya era evidente la inserción del profesor en el alma misma del país, también era cierto el que nuestra sociedad se había internado en la suya.
El domingo en que murió se preparaba para una reunión con ejecutivos del periódico La nación, de Costa Rica; Indalecio era en ese instante Director de semanario Capital Financiero . "Yo estaba en Coronado, pero el único Seguro Social cerca, era el de San Carlos, que era un cosa que pues, qué recursos hay; no teníamos alerta, y no se pudo hacer nada; ya Guido se había regresado y Juan Carlos lo llamó por celular, y se tuvo que devolver. Yo le había dicho "Indalecio vamos a bañarte al mar", pero el dijo "mañana que no tengo que trabajar" y de hecho tenía dos maletines, porque venia la Nación de Costa Rica, tu sabes que eso era de Costa Rica, el periódico..", recuerda Margarita en un tono, que pese a los años revela angustia e impotencia, y otra vez vuelve a ensayar aquellas cosas que se hubieran podido hacer para mantenerlo con vida.
De ironía fina y certera, el veterano periodista valoraba con particularidad las enseñanzas y las experiencias. En una de sus columnas de Ombudsman señalaba que "Parece aconsejable que, de vez en cuando, revisemos papales y anotaciones viejas, para iluminar con la voz de la experiencia las situaciones nuevas. Esto tiene como propósito alertar a las nuevas generaciones sobre las consecuencias que ello pudiera llegar a tener, y a sabiendas de que no siempre hay receptividad para escuchar esa voz…"
Pero si en lo profesional y académico, Indalecio Rodríguez Sánchez dejó una impronta, no es menos esta condición en el terreno familiar y hogareño. O con el amplio abanico de amistades que supo cultivar. Mi padre se cuenta entre ellos. De estas últimas tanto su esposa como el Catedrático Rafael Candanedo recuerdan que por ese conocimiento extraordinario que tenía de las escrituras y la iglesia le llamaban en broma: Monseñor . El Doctor Ricardo Arias Calderón, de quien fuera amigo entrañable, le decía al encontrárselo: "¿Cómo está Monseñor?" , y él respondía: "muy bien Su Santidad" . Margarita lo describe como verdaderamente ensimismado a la hora de trabajar, pero cuando algún defecto no podía ser atendido por el fontanero, aunque le tomara tiempo, él mismo lo resolvía.
Fue importante para la preparación de esta Semblanza formularle una consulta a uno de sus hijos, el abogado Guido Rodríguez, ahora responsable de este diario en el que laboramos, y entender que la seguridad que sembró en ellos, su descendencia, lo trasciende:
Semblanzas: ¿Cómo describirías a Indalecio en su papel de Padre?
"..no solo fue mi consejero de cabecera, mi guía intelectual y un ejemplo a seguir. También fue un amigo al que podía recurrir en momentos en que lo necesitaba. Fue adicionalmente un amigo de mis amigos y a todos les brindaba el cariño y el consejo que un padre daría a sus hijos. Así me lo dejaron saber varios de ellos cuando supieron de la noticia del deceso de Don Indalecio. Hombre cuya mayor ambición, fue que sus hijos recibiéramos una educación que nos sirviera para el futuro. Su cultura, su intelecto, su amor por la Opera y por la música clásica, realmente me dejaron una marca indeleble. Cuando terminé el bachillerato y tuve que enfrentarme a la decisión de escoger una carrera, y ante las dos opciones que le dije me gustaban, Biología Marina y Derecho, el me simplemente me dijo: Creo que ambas son bonitas profesiones, no dudo que la Biología Marina para Panamá tendrá gran aplicación y podrás hacer aportes importantes. El Derecho es una carrera que te podrá servir también para la vida, no solo para ser abogado sino para cualquier disciplina. Luego de meditarlo un tiempo, le dije que había escogido el Derecho y así fue. Siempre recibí su apoyo durante mis estudios y nunca intervino en las decisiones sobre los trabajos que acepté, como banquero, luego como servidor público auditando el recién revertido Canal de Panamá y por último como Adjunto del Defensor del Pueblo. Sin embargo, estoy convencido que la labor que más orgullo le hubiera dado, en caso de haber vivido para verla, es la de Director de un diario tan prestigioso como el Panamá América . Sé que desde el cielo, debe sentirse orgulloso, y sé que cuento con su protección".
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