Kiwi, gran concentrado de vitaminas
Publicado 2007/09/15 23:00:00
- Yovanska Spadafora
Día tras día aumenta el consumo de kiwi entre consumidores seducidos por el toque original y exótico que esta fruta aporta a multitud de recetas.
El kiwi, un auténtico desconocido hasta hace pocos años, se está convirtiendo en una de las frutas más habituales en nuestra canasta de compra.
Se trata de un tesoro de virtudes concentradas en su pequeño tamaño. Es una de las frutas con mayor contenido en vitamina C antioxidante y vitamina B, sobre todo ácido fólico, un nutriente que refuerza el sistema inmunológico.
Alimento rico en minerales como el potasio, el magnesio y la fibra (aliada infalible para combatir el estreñimiento), contiene, además, una enzima llamada actinidina que nos ayuda a hacer la digestión.
Por todas estas propiedades, el kiwi es la fruta ideal para incorporarla a la dieta de niños y adolescentes, embarazadas y ancianos. Estos últimos, suelen tener carencias de vitamina C y padecer de estreñimiento crónico.
Originario de China, el kiwi se introdujo en Europa en el siglo XIX como planta ornamental y no como fruta comestible.
Llegó en barco desde Nueva Zelanda, país que lo bautizó con el nombre de un pájaro autóctono de gran parecido físico con esta fruta refrescante y de sabor ligeramente ácido.
Su piel es marrón y está recubierta por pequeños filamentos. La pulpa, suave y jugosa, es de color verde esmeralda y está repleta de pepitas negras dispuestas en forma de círculo.
Se trata de una fruta de muy fácil consumo. Suele consumirse como postre solo - pelado o partido por la mitad y con la ayuda de una cucharilla- o como ingrediente de dulces y helados.
También se usa para elaborar mermeladas y, en los últimos tiempos, su utilización culinaria se ha extendido a todo tipo de recetas; puede formar parte de ensaladas y su verdor adorna exóticas salsas para acompañar platos con carne.
Para disfrutar de todas las propiedades del kiwi es recomendable consumirlo en su punto justo de maduración, cuando su consistencia es ligeramente blanda al tacto. A la hora de comprarlos, elige las piezas intactas y sin manchas, desechando las que estén muy blandas o dañadas.
En casa, puede conservarse en óptimo estado tanto a temperatura ambiente (aguanta hasta 15 días), como en la nevera (un mes) e incluso en el congelador (hasta seis meses).
Un truco para que los kiwis maduren más rápidamente consiste en conservarlos en una bolsa de plástico junto con una manzana, ya que esta última desprende un gas (etileno) que acelera su proceso de maduración.
De esta forma, en una semana estarán listos para ser consumidos en su punto.
El kiwi, un auténtico desconocido hasta hace pocos años, se está convirtiendo en una de las frutas más habituales en nuestra canasta de compra.
Se trata de un tesoro de virtudes concentradas en su pequeño tamaño. Es una de las frutas con mayor contenido en vitamina C antioxidante y vitamina B, sobre todo ácido fólico, un nutriente que refuerza el sistema inmunológico.
Alimento rico en minerales como el potasio, el magnesio y la fibra (aliada infalible para combatir el estreñimiento), contiene, además, una enzima llamada actinidina que nos ayuda a hacer la digestión.
Por todas estas propiedades, el kiwi es la fruta ideal para incorporarla a la dieta de niños y adolescentes, embarazadas y ancianos. Estos últimos, suelen tener carencias de vitamina C y padecer de estreñimiento crónico.
Originario de China, el kiwi se introdujo en Europa en el siglo XIX como planta ornamental y no como fruta comestible.
Llegó en barco desde Nueva Zelanda, país que lo bautizó con el nombre de un pájaro autóctono de gran parecido físico con esta fruta refrescante y de sabor ligeramente ácido.
Su piel es marrón y está recubierta por pequeños filamentos. La pulpa, suave y jugosa, es de color verde esmeralda y está repleta de pepitas negras dispuestas en forma de círculo.
Se trata de una fruta de muy fácil consumo. Suele consumirse como postre solo - pelado o partido por la mitad y con la ayuda de una cucharilla- o como ingrediente de dulces y helados.
También se usa para elaborar mermeladas y, en los últimos tiempos, su utilización culinaria se ha extendido a todo tipo de recetas; puede formar parte de ensaladas y su verdor adorna exóticas salsas para acompañar platos con carne.
Para disfrutar de todas las propiedades del kiwi es recomendable consumirlo en su punto justo de maduración, cuando su consistencia es ligeramente blanda al tacto. A la hora de comprarlos, elige las piezas intactas y sin manchas, desechando las que estén muy blandas o dañadas.
En casa, puede conservarse en óptimo estado tanto a temperatura ambiente (aguanta hasta 15 días), como en la nevera (un mes) e incluso en el congelador (hasta seis meses).
Un truco para que los kiwis maduren más rápidamente consiste en conservarlos en una bolsa de plástico junto con una manzana, ya que esta última desprende un gas (etileno) que acelera su proceso de maduración.
De esta forma, en una semana estarán listos para ser consumidos en su punto.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.