"La Pasión" evidenció llantos y arrepentimientos
Publicado 2004/03/20 00:00:00
El tan esperado estreno de la película "La Pasión" de Mel Gibson, por fin llegó a la capital panameña la noche del jueves.
Para la "premiere", organizada por la Arquidiócesis de Panamá, los que adquirieron con mucha antelación su boleto llegaron a Cinemark de Albrook para organizarse en filas de entrada alrededor de las seis de la tarde.
Entre los asistentes había gente de todas las edades, estratos sociales y creencias religiosas, quienes, por razones diversas, querían ver la producción cinematográfica de Mel Gibson.
"La Pasión", que narra las vivencias de Jesucristo en sus últimas horas de vida, a partir de la entrega de Judas, hasta su muerte, causó revuelo mundial desde su anuncio, y qué decir de las grabaciones, las cuales fueron seguidas muy de cerca por cristianos y judíos.
Tras su estreno en Estados unidos, los comentarios, críticas y desacuerdos llegaron hasta nuestro país, despertando el interés de cientos de personas que abarrotaron las salas.
Los asistentes a la primera tanda salían compungidos, tristes, con rostros llorozos; algunas damas con delineador y máscara corrida de sus ojos y otros diciendo simplemente: "¡qué horror, cómo la humanidad pudo ser tan cruel!".
Mientras, los asistentes para la segunda, en su mayoría eran empresarios, políticos y personas con imagen pública.
De acuerdo con Ricky Ramírez, músico de Son Miserables y cineasta, la producción de Gibson es sencillamente "espectacular y realista", estilo que demostró en la ganadora del Oscar "Brave Heart".
Explica que la recreación, iluminación ambientación, musicalización, maquillajes y elenco fue acertado.
"Los efectos son casi imperceptibles y el espectador puede adentarse en la trama y vivirla". De allí que los sollozos de algunos y el sufrimiento con Jesús se evidenciara durante la proyección.
Flor, una católica practicante, señaló que quería ver la película, a pesar de que le aterra el dolor.
"Después de los primeros cinco minutos se tuvo que tomar un tranquilizante", aún así, cerraba los ojos cada vez que le infringían un latigazo a Jesús y pedía perdón, porque se reflejaba entre los acusadores, manifestó.
A juicio de Carlos Alberto Voloj Pereira, de la liturgia de la Parroquia Nuestra Señora de Los Angeles, y representante de la Fundación Pro-Fe, tras haber leído la Biblia estaba preparado.
Cuenta que en la Sala 7, el silencio era impactante, sólo quebrado por los sollozos, donde "algunos no aguantaron los latigazos y salieron".
Voloj, de descendencia judía, precisa que la película es muy clara y no acusa a los judíos como los asesinos.
Asegura que "si Mel Gibson quería reflefar el dolor del sacrificio que hizo Jesús, lo logró con esta película".
Para Geovanni, un joven evangélico, la historia reflejada en esta película se puede leer en la Biblia y aunque las imágenes son crudas, "nada puede evidenciar el verdadero dolor que debió sentir Jesús con cada latigazo y la imposición de la corona de espinas.
Mientras, Ricky Ramírez, asegura que "si ver los latigazos en la película es fuerte, la realidad debió ser más cruel".
Sostiene que si después de ver la película la gente se toma unos minutos para reflexionar sobre el sacrificio de Cristo para salvarnos, entonces la producción de Gibson habrá logrado su objetivo.
Lo cierto es que si la historia de amor y entrega total más real y jamás vista en esta tierra no le hace reconocer que cada vez que miente, adultera o comete otro pecado, usted vuelve a darle de latigazos y crucificar a Jesús, entonces de nada sirve su conmoción..
Para la "premiere", organizada por la Arquidiócesis de Panamá, los que adquirieron con mucha antelación su boleto llegaron a Cinemark de Albrook para organizarse en filas de entrada alrededor de las seis de la tarde.
Entre los asistentes había gente de todas las edades, estratos sociales y creencias religiosas, quienes, por razones diversas, querían ver la producción cinematográfica de Mel Gibson.
"La Pasión", que narra las vivencias de Jesucristo en sus últimas horas de vida, a partir de la entrega de Judas, hasta su muerte, causó revuelo mundial desde su anuncio, y qué decir de las grabaciones, las cuales fueron seguidas muy de cerca por cristianos y judíos.
Tras su estreno en Estados unidos, los comentarios, críticas y desacuerdos llegaron hasta nuestro país, despertando el interés de cientos de personas que abarrotaron las salas.
Los asistentes a la primera tanda salían compungidos, tristes, con rostros llorozos; algunas damas con delineador y máscara corrida de sus ojos y otros diciendo simplemente: "¡qué horror, cómo la humanidad pudo ser tan cruel!".
Mientras, los asistentes para la segunda, en su mayoría eran empresarios, políticos y personas con imagen pública.
De acuerdo con Ricky Ramírez, músico de Son Miserables y cineasta, la producción de Gibson es sencillamente "espectacular y realista", estilo que demostró en la ganadora del Oscar "Brave Heart".
Explica que la recreación, iluminación ambientación, musicalización, maquillajes y elenco fue acertado.
"Los efectos son casi imperceptibles y el espectador puede adentarse en la trama y vivirla". De allí que los sollozos de algunos y el sufrimiento con Jesús se evidenciara durante la proyección.
Flor, una católica practicante, señaló que quería ver la película, a pesar de que le aterra el dolor.
"Después de los primeros cinco minutos se tuvo que tomar un tranquilizante", aún así, cerraba los ojos cada vez que le infringían un latigazo a Jesús y pedía perdón, porque se reflejaba entre los acusadores, manifestó.
A juicio de Carlos Alberto Voloj Pereira, de la liturgia de la Parroquia Nuestra Señora de Los Angeles, y representante de la Fundación Pro-Fe, tras haber leído la Biblia estaba preparado.
Cuenta que en la Sala 7, el silencio era impactante, sólo quebrado por los sollozos, donde "algunos no aguantaron los latigazos y salieron".
Voloj, de descendencia judía, precisa que la película es muy clara y no acusa a los judíos como los asesinos.
Asegura que "si Mel Gibson quería reflefar el dolor del sacrificio que hizo Jesús, lo logró con esta película".
Para Geovanni, un joven evangélico, la historia reflejada en esta película se puede leer en la Biblia y aunque las imágenes son crudas, "nada puede evidenciar el verdadero dolor que debió sentir Jesús con cada latigazo y la imposición de la corona de espinas.
Mientras, Ricky Ramírez, asegura que "si ver los latigazos en la película es fuerte, la realidad debió ser más cruel".
Sostiene que si después de ver la película la gente se toma unos minutos para reflexionar sobre el sacrificio de Cristo para salvarnos, entonces la producción de Gibson habrá logrado su objetivo.
Lo cierto es que si la historia de amor y entrega total más real y jamás vista en esta tierra no le hace reconocer que cada vez que miente, adultera o comete otro pecado, usted vuelve a darle de latigazos y crucificar a Jesús, entonces de nada sirve su conmoción..
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