Le llegó la hora a la sardina
Publicado 2007/02/20 00:00:00
- Nayla Montenegro
Puede ser un pez o una sardina, pero basta la presencia de uno de ellos, hoy martes, para poner fin al carnaval.
USTED DIRÁ, señora sardina. Un simple entierro para el pez azul, en el que nadie llora, nadie reza, y nadie va de luto, pues es Martes de Carnaval y no hay espacio ni tiempo para la congoja.
Se acaban los carnavales. Llegó la hora de la sardina, la que da la estocada final a las festividades de Momo. ¡Es el entierro!
Dice una jovencita: "no hay vuelta atrás. El que la gozó, la gozó".
Hoy culminan las festividades carnestolendas. Cuatro días de farra, jolgorio, alegría, baile y diversión. Nadie duda en decir que son las celebraciones que verdaderamente apasionan a los panameños.
Volver a la realidad. Con un tradicional ritual que dura apenas unos minutos se le dice adiós a la farsa.
El entierro de la sardina forma parte del carnaval en Panamá desde 1895, según explica el folclorista Ricaurte Villarreal.
El acto que se realiza esta madrugada pone fin al carnaval y anuncia que mañana miércoles de Ceniza inicia el tiempo de Cuaresma.
Con el entierro de la sardina, el miércoles de Ceniza, simbólicamente se enterrarán los pecados cometidos durante el desenfreno del carnaval.
Desde aquel primer entierro, pasaron varios años en que las sardinas desaparecieron del escenario carnestolendo para retornar en 1910. De allí en adelante ha continuado la tradición, que dependiendo del pueblo, tiene sus propias características.
La única congruencia es que el acto se efectúa hoy Martes de Carnaval. A distintas horas, escenarios y diferentes rituales, aunque casi siempre tiene por cómplice a la madrugada; entre las 3: 00 ó 3: 30.
Otros pueblos, en su afán por extender la festividad, entierran sus sardinas a las cinco o seis de la mañana. El entierro del carnaval es acompañado por un despliegue de fuegos pirotécnicos en los que cada murga, calle y reina, invierte miles de dólares.
Este derroche no es más que un mensaje para propios y forasteros. Y ¿por qué no decirlo?, a la otra calle y a la otra reina. Significa que hay alegría para siempre y es una invitación para el próximo año.
Las bocinas están al máximo. La gente baila, canta, grita, salta y demás, pues se acaba la fiesta y hay que gozar lo que queda. Es por ello que, casi nunca, los que viven el carnaval se dan cuenta del entierro. Están en el toldo, en el "pub" o donde sea que haya buena música.
El entierro de la sardina es diferente en el carnaval de la capital con relación al del interior.
En algunos pueblos se acostumbra a llevar un pescado y enterrarlo de forma simbólica en el centro de la pista de baile, en la plaza o en la misma calle.
En Las Tablas y en Penonomé el entierro de la sardina se realiza con despliegues de lujosos disfraces y fuegos artificiales. El cierre de carnaval o entierro no es más que una tuna o comparsa en la última noche de celebración que recorre las calles del pueblo expresando su lamento por la terminación de las fiestas.
En la ciudad capital se habla del entierro, pero al parecer nadie participa. Se desconoce dónde se efectúa.
La forma de presentar el carnaval y realizar el entierro de la sardina depende del criterio de quienes lo organizan.. Es por ello que en Las Tablas el día típico es el domingo y en la capital es el martes.
Ya sea que entierre usted la sardina, o no, lo importante es reconocer el carácter religioso de las fechas que prosiguen al carnaval.
Se acaban los carnavales. Llegó la hora de la sardina, la que da la estocada final a las festividades de Momo. ¡Es el entierro!
Dice una jovencita: "no hay vuelta atrás. El que la gozó, la gozó".
Hoy culminan las festividades carnestolendas. Cuatro días de farra, jolgorio, alegría, baile y diversión. Nadie duda en decir que son las celebraciones que verdaderamente apasionan a los panameños.
Volver a la realidad. Con un tradicional ritual que dura apenas unos minutos se le dice adiós a la farsa.
El entierro de la sardina forma parte del carnaval en Panamá desde 1895, según explica el folclorista Ricaurte Villarreal.
El acto que se realiza esta madrugada pone fin al carnaval y anuncia que mañana miércoles de Ceniza inicia el tiempo de Cuaresma.
Con el entierro de la sardina, el miércoles de Ceniza, simbólicamente se enterrarán los pecados cometidos durante el desenfreno del carnaval.
Desde aquel primer entierro, pasaron varios años en que las sardinas desaparecieron del escenario carnestolendo para retornar en 1910. De allí en adelante ha continuado la tradición, que dependiendo del pueblo, tiene sus propias características.
La única congruencia es que el acto se efectúa hoy Martes de Carnaval. A distintas horas, escenarios y diferentes rituales, aunque casi siempre tiene por cómplice a la madrugada; entre las 3: 00 ó 3: 30.
Otros pueblos, en su afán por extender la festividad, entierran sus sardinas a las cinco o seis de la mañana. El entierro del carnaval es acompañado por un despliegue de fuegos pirotécnicos en los que cada murga, calle y reina, invierte miles de dólares.
Este derroche no es más que un mensaje para propios y forasteros. Y ¿por qué no decirlo?, a la otra calle y a la otra reina. Significa que hay alegría para siempre y es una invitación para el próximo año.
Las bocinas están al máximo. La gente baila, canta, grita, salta y demás, pues se acaba la fiesta y hay que gozar lo que queda. Es por ello que, casi nunca, los que viven el carnaval se dan cuenta del entierro. Están en el toldo, en el "pub" o donde sea que haya buena música.
El entierro de la sardina es diferente en el carnaval de la capital con relación al del interior.
En algunos pueblos se acostumbra a llevar un pescado y enterrarlo de forma simbólica en el centro de la pista de baile, en la plaza o en la misma calle.
En Las Tablas y en Penonomé el entierro de la sardina se realiza con despliegues de lujosos disfraces y fuegos artificiales. El cierre de carnaval o entierro no es más que una tuna o comparsa en la última noche de celebración que recorre las calles del pueblo expresando su lamento por la terminación de las fiestas.
En la ciudad capital se habla del entierro, pero al parecer nadie participa. Se desconoce dónde se efectúa.
La forma de presentar el carnaval y realizar el entierro de la sardina depende del criterio de quienes lo organizan.. Es por ello que en Las Tablas el día típico es el domingo y en la capital es el martes.
Ya sea que entierre usted la sardina, o no, lo importante es reconocer el carácter religioso de las fechas que prosiguen al carnaval.
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