Manzanero y Eleta cantaron en la voz de Patricia González
Publicado 2002/08/08 23:00:00
- Somalia
El majestuoso Teatro Nacional, hermosamente decorado con flores, sirvió de escenario para el más vibrante derroche de boleros, producto de la inspiración de los más grandes expositores de la canción hispanoamericana, que tomaron vida en la voz de Patricia González, una ecuatoriana de trayectoria internacional, que no dudó en atravesar los mares, volando directamente desde El Ecuador a Panamá, para donar su talento a beneficio de una causa noble que tiene su epicentro en el atlántico panameño.
Es que aquella era una cita no sólo con los amantes del buen bolero, sino con los interesados en colaborar en la gran cruzada de Sor Rosa Inés, la monjita ecuatoriana que a través del Comedor San Vicente de Paúl, beneficia a ancianos, madres solteras, niños de la calle, adictos y orates de Colón.
Esa monjita septuagenaria puso su fe en Dios y en el concierto que esa noche ofreció su compatriota Patricia, artista que con su cálida y potente voz, estremeció las recién restauradas instalaciones del teatro, evocando más que a la nostalgia, al romance.
Imponente salió Patricia, acompañada en el piano por el maestro Carlos Cortés y los cerrados aplausos no se hicieron esperar, premiando a una artista que por más de una hora, hizo alarde de su capacidad interpretativa.
Fue una noche de altura, elegante y romántica. El intermedio fue propicio para celebrar con vino, en un espectáculo que reunió además a reconocidas personalidades del ambiente social y diplomático del país, gente que, motivada quizás por el vívido testimonio de un adicto rehabilitado, dio su aporte en la lucha contra la desidia hacia los más necesitados. Es la misma gente que salió complacida, luego de disfrutar cada momento con la actuación de Patricia.
Es que la cantante puso su voz melódica a temas inmortales de celebridades como Chabuca Granda, Roberto Cantoral, Lolita de la Colina, el maestro Armando Manzanero y hasta de nuestro compatriota Carlos Eleta de quien interpretó el tradicional "Historia de un amor".
Es que aquella era una cita no sólo con los amantes del buen bolero, sino con los interesados en colaborar en la gran cruzada de Sor Rosa Inés, la monjita ecuatoriana que a través del Comedor San Vicente de Paúl, beneficia a ancianos, madres solteras, niños de la calle, adictos y orates de Colón.
Esa monjita septuagenaria puso su fe en Dios y en el concierto que esa noche ofreció su compatriota Patricia, artista que con su cálida y potente voz, estremeció las recién restauradas instalaciones del teatro, evocando más que a la nostalgia, al romance.
Imponente salió Patricia, acompañada en el piano por el maestro Carlos Cortés y los cerrados aplausos no se hicieron esperar, premiando a una artista que por más de una hora, hizo alarde de su capacidad interpretativa.
Fue una noche de altura, elegante y romántica. El intermedio fue propicio para celebrar con vino, en un espectáculo que reunió además a reconocidas personalidades del ambiente social y diplomático del país, gente que, motivada quizás por el vívido testimonio de un adicto rehabilitado, dio su aporte en la lucha contra la desidia hacia los más necesitados. Es la misma gente que salió complacida, luego de disfrutar cada momento con la actuación de Patricia.
Es que la cantante puso su voz melódica a temas inmortales de celebridades como Chabuca Granda, Roberto Cantoral, Lolita de la Colina, el maestro Armando Manzanero y hasta de nuestro compatriota Carlos Eleta de quien interpretó el tradicional "Historia de un amor".
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