Mujer gitana inspira últimas colecciones de la alta costura en París
Publicado 2000/01/27 00:00:00
- Lola Loscos
La belleza y la gracia de la mujer gitana inspiraron algunos de los modelos más lujosos de los desfiles presentados en París por Yves Saint Laurent y el dominicano Oscar de la Renta, para Balmain, en la jornada final de las colecciones de alta costura de París para el verano 2000.
Los dos modistas mostraron una serie gitana, con volantes, flores y collares multicolores, pero fue Saint Laurent quien centró gran parte de su desfile en estos conjuntos de amplias faldas de muselina estampada, que se llevan con chaquetas transparentes bordadas de jade, lentejuelas y pequeños pompones negros.
Entre tanta celebridad reunida para presenciar ambos desfiles, una estrella brilló con luz propia, fue la modelo y actriz francesa Laeticia Casta, una de las escasas "top-model" vistas estos días sobre las pasarelas.
Lucía el traje de novia final de Saint Laurent: un mini y escotado vestido de plumas blancas, con brazaletes y pendientes también de plumas, que se completaba con un manojo del mismo elemento -estilo cabaret- sobre la cabeza.
La Falbala del filme "Asterix y Obélix contra César" tomó la pasarela con toda su frescura e inocencia, dedicando pequeños momentos de baile a la asistencia, para terminar, al son de una rumba amorosa, abrazando a Yves Saint Laurent al término de su desfile.
El público, en pie, aplaudía emocionado. La escena no era nueva, la Casta ya causó sensación con un vestido de novia floreado todavía más mini, tipo biquini, en ediciones anteriores, pero no hay que olvidar que los desfiles de Saint Laurent suelen terminar siempre con un derroche de emoción y de entusiasmo.
El encanto de los conjuntos presentados va en un "crescendo" continuo, al igual que la música de fondo, hasta llegar a la ópera, en este caso de Bizet, que acompañó los trajes de gala, aptos para las fiestas más exquisitas que se puedan celebrar en el mundo.
Los aplausos comenzaron a arreciar hacía el modelo 46 de los 68 presentados, con la aparición de boleros bordados de jade y faldas de guipure y de falla con lunares estampados.
La apoteosis tomó forma gitana mientras los altavoces ofrecían un fragmento de "Carmen", sobre los amores de la cigarrera sevillana.
El contraste era grande con la sobriedad y serenidad de los conjuntos que habían abierto el desfile, muy clásicos, con pantalones anchos y faldas sin cremallera central, cerrados a los lados con botones dorados o del mismo color.
Los pantalones eran anchos, aunque no siempre, y las faldas se quedaban siempre, sistemáticamente, a la altura de las rodillas, pero oculándola, algo típicamente Saint Laurent.
Marino y blanco, pero también fucsia, negro y malva fueron algunos de los colores dominantes durante esta primera parte del desfile, que luego se hizo multicolor.
Con Balmain, la serpiente pitón servirá de algo más que de adorno en puños cuellos y finos cinturones, como dio buena cuenta la gabardina de pitón blanco lacado o el abrigo de pitón, sin botones que mostró.
El público aplaudió la maestría de Oscar de la Renta, a quien por su arte, heredero directo de Chanel, Dior o el propio Saint Laurent, se puede considerar como uno de los grandes de la alta costura francesa.
Los dos modistas mostraron una serie gitana, con volantes, flores y collares multicolores, pero fue Saint Laurent quien centró gran parte de su desfile en estos conjuntos de amplias faldas de muselina estampada, que se llevan con chaquetas transparentes bordadas de jade, lentejuelas y pequeños pompones negros.
Entre tanta celebridad reunida para presenciar ambos desfiles, una estrella brilló con luz propia, fue la modelo y actriz francesa Laeticia Casta, una de las escasas "top-model" vistas estos días sobre las pasarelas.
Lucía el traje de novia final de Saint Laurent: un mini y escotado vestido de plumas blancas, con brazaletes y pendientes también de plumas, que se completaba con un manojo del mismo elemento -estilo cabaret- sobre la cabeza.
La Falbala del filme "Asterix y Obélix contra César" tomó la pasarela con toda su frescura e inocencia, dedicando pequeños momentos de baile a la asistencia, para terminar, al son de una rumba amorosa, abrazando a Yves Saint Laurent al término de su desfile.
El público, en pie, aplaudía emocionado. La escena no era nueva, la Casta ya causó sensación con un vestido de novia floreado todavía más mini, tipo biquini, en ediciones anteriores, pero no hay que olvidar que los desfiles de Saint Laurent suelen terminar siempre con un derroche de emoción y de entusiasmo.
El encanto de los conjuntos presentados va en un "crescendo" continuo, al igual que la música de fondo, hasta llegar a la ópera, en este caso de Bizet, que acompañó los trajes de gala, aptos para las fiestas más exquisitas que se puedan celebrar en el mundo.
Los aplausos comenzaron a arreciar hacía el modelo 46 de los 68 presentados, con la aparición de boleros bordados de jade y faldas de guipure y de falla con lunares estampados.
La apoteosis tomó forma gitana mientras los altavoces ofrecían un fragmento de "Carmen", sobre los amores de la cigarrera sevillana.
El contraste era grande con la sobriedad y serenidad de los conjuntos que habían abierto el desfile, muy clásicos, con pantalones anchos y faldas sin cremallera central, cerrados a los lados con botones dorados o del mismo color.
Los pantalones eran anchos, aunque no siempre, y las faldas se quedaban siempre, sistemáticamente, a la altura de las rodillas, pero oculándola, algo típicamente Saint Laurent.
Marino y blanco, pero también fucsia, negro y malva fueron algunos de los colores dominantes durante esta primera parte del desfile, que luego se hizo multicolor.
Con Balmain, la serpiente pitón servirá de algo más que de adorno en puños cuellos y finos cinturones, como dio buena cuenta la gabardina de pitón blanco lacado o el abrigo de pitón, sin botones que mostró.
El público aplaudió la maestría de Oscar de la Renta, a quien por su arte, heredero directo de Chanel, Dior o el propio Saint Laurent, se puede considerar como uno de los grandes de la alta costura francesa.
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