Nació para hacer música

Con tan sólo 20 años, el productor musical Irving Quintero, mejor conocido como El Fasther, ha logrado el éxito que todo chico de su edad desearía.

Y es que aunque para muchas personas su rostro es desconocido, su gran trabajo le ha permitido a artistas como Makano y Eddy Lover ocupar los primeros lugares de popularidad.

Fasther, quien inició en la música a la corta edad de 15 años, confiesa que al principio fue difícil debido a que “cuando eres muy joven son pocos los que creen en ti, así que te toca demostrar cuán capaz eres y es lo que he hecho hasta ahora”, expresó.

Sus pininos los hizo cuando asistía a una Iglesia Evangélica, en donde tocaba instrumentos como la batería y el teclado.

Poco tiempo después, conoce a un conocido artista y productor que le ayuda a entrar en este mundo, es así como empieza a caminar y a tocar puertas que lo llevaron a trabajar con Juan Carlos Correa, y luego con un productor estadounidense que le permitió darse a conocer internacionalmente.

Un buen día conoce a Makano con quien entabla una buena amistad y a quien le graba algunas canciones.

Más tarde, el intérprete de “Fuera de mi vida” es invitado por el sello Panama Music a formar parte de su equipo, poco tiempo después el reggaesero le propone grabar un disco para presentarlo a la mencionada disquera, ya que no tenían un productor.

Es así como crean la producción “Te amo”, que llegó a ocupar las mejores posiciones en los Billboard, lo demás es historia.

Su trabajo ha evolucionado.

Irving confiesa que lo que más le gusta de su trabajo es hacer música y el tener que sentarse a crear, no le queda dudas que para eso nació.

“Hacer una pista me puede tomar todo un día, pero trabajar la canción completa sí sería en más tiempo, hay que grabar las voces, afinar, mezclar ritmos, otros”.

Es precisamente por su rapidez al trabajar que le pusieron el nombre de Fasther.

Durante sus inicios, Fasther no se preocupaba por detalles que aunque parezcan insignificantes todo productor debe tomar en cuenta.

Y es que antes a él sólo le interesaba que el artista sonara afinado o porque el instrumental estuvieran bien, olvidándose si al público le resultaba fácil aprenderse la letra de la canción o no.

“Ahora es diferente, ya sé cuando debe o no ir un coro”, aclaró.

Es así que con el deseo de brindar un producto de calidad, Irving está al pendiente de todos los avances que ocurren en la música para no quedarse atrás.

“Escucho música de todos los géneros y cuando viajo a Los Ángeles trato de empaparme de lo que está de moda allá”.

Como en toda profesión, el trabajo de un productor también tiene altas y bajas, pero a pesar de ello, Irving se siente muy satisfecho con todo lo que ha hecho, “cada vez que doy un paso es un logro para mí, y eso es lo más importante, no sé los demás”.

Es por ello que entre sus proyectos está que su trabajo sea reconocido -ya se está dando- “es muy bonito cuando el cuerpo se te eriza al escuchar a cientos de personas cantar un tema que has hecho, aunque estés en el lugar y ellas ni te reconozcan”.

Es esta la razón por la que desea seguir haciendo música hasta que Dios se lo permita.