No lo consientas con golosinas
Publicado 2007/07/16 23:00:00
- Enedelkis Magallón D.
La diabetes infantil puede deberse a la predisposición gen'e9tica, pero cuidado con endulzarlos demasiado.
La diabetes s una de las enfermedades crónicas más comunes en niños latinoamericanos. En el Hospital del Niño, según el pediatra-neonatólogo Enrique Ruidíaz, se está observando el incremento de infantes que presentan casos de bajos niveles de insulina, hormona que absorbe el azúcar.
El doctor explica que al presentarse un caso de obesidad infantil aconseja dentro de las pruebas, el examen de glucosa en ayunas.
Para la mayoría de los padres, realizarle a su hijo un examen de este tipo es una situación descabellada, pero para el pediatra es urgente.
Pareciera ilógico que una enfermedad que se le atribuye solo a personas adultas, esté afectando a nuestros niños y lo peor es que sus padres lo ignoran.
Según Ruidíaz, la diabetes es una de las enfermedades que surge como consecuencia de la obesidad o el sobrepeso, así como también enfermedades cardiovasculares, pulmonares, renales, coronarias, entre otras.
La causa principal podría ubicarse en una predisposición genética. Un virus desencadena una respuesta inmunológica en la cual el cuerpo destruye las células productoras de insulina.
Sin embargo, un abuso en el consumo de productos azucarados puede resultar riesgoso ante la falta de insulina, aunque todavía no se conoce con exactitud por qué algunos niños la padecen y otros no.
Lizbeth Batista padece de diabetes insulinodependiente (tipo 1) desde que tiene 9 años.
La causa es por predisposición genética; su abuela Arcelinda Barahona la padece.
Cuando Lizbeth fue diagnosticada, los síntomas fueron mucha sed, orinaba hasta 5 o 6 veces cada noche y si no bajaba la cadena del inodoro, éste se llenaba de hormigas.
Desde entonces se alimenta bajo una dieta estricta. Come de todo, excepto dulce, y cuando lo hace, tres minutos antes debe inyectarse 3 unidades de insulina adicionales.
La abogada de profesión, con 23 años, se inyecta una combinación de insulina rápida con insulina lenta, una dosis en el desayuno y otra en la cena.
Para ella lo que más le ha afectado, siendo diabética, ha sido el tener que decir siempre "no" cuando se le brinda dulces, caramelos, soda o galletas.
4 tazas de arroz y si los sustituye por pan, serían dos rebanadas, además, una porción de carne o de pollo del tamaño del puño de su mano. Debe procurar no comer mucha piña.
Lizbeth jamás ha convulsionado. Lo más que se le ha subido el azúcar ha sido a 430. Lo normal se ubica entre los rangos de 80 a 120 y ha llegado a bajar hasta 25. Cuando se le sube, se muestra muy cansada y siente la necesidad de comer algo dulce, muy al contrario cuando se baja, en esta ocasión suda mucho y siente insípido el sabor a dulce y no desea probarlo.
Existen dos tipos de diabetes: tipo 1 (insulinodependiente) y tipo 2 (no insulino dependiente). La primera se diagnostica en la infancia. En este caso el páncreas produce poca insulina, o no la produce en absoluto, así que inyecciones diarias de insulina son necesarias.
La segunda se desarrolla cuando el cuerpo no produce suficiente insulina y no utiliza la cantidad de insulina disponible con eficiencia (resistencia a la insulina). Ésta se presenta en los adultos en edades mediana y en adolescentes.
Los niños diabéticos deben visitar frecuentemente a su doctor para mantener bajo control el nivel de azúcar y evitar cualquier complicación que pudiera surgir.
El doctor explica que al presentarse un caso de obesidad infantil aconseja dentro de las pruebas, el examen de glucosa en ayunas.
Para la mayoría de los padres, realizarle a su hijo un examen de este tipo es una situación descabellada, pero para el pediatra es urgente.
Pareciera ilógico que una enfermedad que se le atribuye solo a personas adultas, esté afectando a nuestros niños y lo peor es que sus padres lo ignoran.
Según Ruidíaz, la diabetes es una de las enfermedades que surge como consecuencia de la obesidad o el sobrepeso, así como también enfermedades cardiovasculares, pulmonares, renales, coronarias, entre otras.
La causa principal podría ubicarse en una predisposición genética. Un virus desencadena una respuesta inmunológica en la cual el cuerpo destruye las células productoras de insulina.
Sin embargo, un abuso en el consumo de productos azucarados puede resultar riesgoso ante la falta de insulina, aunque todavía no se conoce con exactitud por qué algunos niños la padecen y otros no.
Lizbeth Batista padece de diabetes insulinodependiente (tipo 1) desde que tiene 9 años.
La causa es por predisposición genética; su abuela Arcelinda Barahona la padece.
Cuando Lizbeth fue diagnosticada, los síntomas fueron mucha sed, orinaba hasta 5 o 6 veces cada noche y si no bajaba la cadena del inodoro, éste se llenaba de hormigas.
Desde entonces se alimenta bajo una dieta estricta. Come de todo, excepto dulce, y cuando lo hace, tres minutos antes debe inyectarse 3 unidades de insulina adicionales.
La abogada de profesión, con 23 años, se inyecta una combinación de insulina rápida con insulina lenta, una dosis en el desayuno y otra en la cena.
Para ella lo que más le ha afectado, siendo diabética, ha sido el tener que decir siempre "no" cuando se le brinda dulces, caramelos, soda o galletas.
4 tazas de arroz y si los sustituye por pan, serían dos rebanadas, además, una porción de carne o de pollo del tamaño del puño de su mano. Debe procurar no comer mucha piña.
Lizbeth jamás ha convulsionado. Lo más que se le ha subido el azúcar ha sido a 430. Lo normal se ubica entre los rangos de 80 a 120 y ha llegado a bajar hasta 25. Cuando se le sube, se muestra muy cansada y siente la necesidad de comer algo dulce, muy al contrario cuando se baja, en esta ocasión suda mucho y siente insípido el sabor a dulce y no desea probarlo.
Existen dos tipos de diabetes: tipo 1 (insulinodependiente) y tipo 2 (no insulino dependiente). La primera se diagnostica en la infancia. En este caso el páncreas produce poca insulina, o no la produce en absoluto, así que inyecciones diarias de insulina son necesarias.
La segunda se desarrolla cuando el cuerpo no produce suficiente insulina y no utiliza la cantidad de insulina disponible con eficiencia (resistencia a la insulina). Ésta se presenta en los adultos en edades mediana y en adolescentes.
Los niños diabéticos deben visitar frecuentemente a su doctor para mantener bajo control el nivel de azúcar y evitar cualquier complicación que pudiera surgir.
En el 2005 en el Hospital Del Niño se presentaron 20 niños afectados. De éstos, 17 presentaron diabetes mellitus insulinodependiente (tipo 1). De estos 9 son varones y 8 son niñas.
Solo se presentó un solo caso de no insulinodependiente (tipo2) y hubo 2 casos no especificados en ambos sexos.
El rango normal de nivel de azúcar de una persona sana es de 80-120. Para un diabético es de 70-110.
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