No más corazones rotos
Publicado 2001/12/29 00:00:00
- Lezama
Jeffrey Hidalgo, Daniel Chan, Katherine Sánchez, Eunice Muñoz, Yarelis Cedeño, Edwin González, Jereli Bethancourt, Carolina Correa, Manuel Avila, Alberto Valiente y Aleida Padilla tenían el corazón roto, la Fundación Obsequio de Vida, con el apoyo de la comunidad se los reparó.
El jueves pasado, luciendo sus sonrisas y camisetas donde se leía precisamente "Yo tenía el corazón roto", al frente y en la espalda "¡Gracias! Fundación Obsequio de Vida, pudieron jugar, saltar, cantar, pegarle a la piñata y bailar con Chicky en KFC de calle 50 donde Franquicias Panameñas les ofreció un agasajo festejando con ellos la vida, la salud y la alegría de que gozan.
Desde 1987 a la fecha son más de 500 los niños/as que han sido operados del corazón gracias a gestiones de Obsequio de Vida. Varios cientos esperan una oportunidad y en la medida en que se respalde la Rifa Anual de la Fundación Rotaria de Panamá, se podrán aportar mayores fondos para que la ONG que preside J. Thomas Ford pueda seguir salvando vidas en el Hospital del Niño, donde estos/as infantes son sometidos a cirugías que realizan profesionales panameños encabezados por el Dr. Luis Morales.
Diversos problemas del corazón obtienen respuesta en Obsequio de Vida, pero, lo deseable sería que los males congénitos del vital órgano pudieran ser detectados desde el nacimiento, según expresó el Sr. Ford, quien dijo que los beneficiarios/as de este programa del Club Rotario de Panamá son niños/as de estratos humildes. Maritza Requenéz, madre de Alberto Valiente (de 2 años), residente en Arraiján, a quien operaron en 1999, pidió que sigan ayudando a la Fundación Rotaria.
Por su parte, Elvis Alexis Sánchez y Agustín Isabel Guillén, dijeron de Katherine Sánchez, su hija de 9 años, estudiante del V grado de la Escuela Caballero, que supieron que ella tenía problemas con su corazoncito desde que e tenía 15 días de nacida. Viven en Antón. El trabaja la agricultura y ella es ama de casa. "Estábamos tan desorientados y hoy tan felices".
Gracias es la palabra más corta usada para expresar la satisfacción y regocijo que sienten Rogelio Parra, Carmen Carter, Guillermo Correa, Elvia Miller, Yarelis, Carmen Santos, Evelia Muñoz, Edilma Montero, Néstor Padilla y Digna Igueda al poder acariciar a sus hijos/as, disfrutar de su compañía y saber que sus corazoncitos funcionan bien y que pueden divertirse como otros /niños/as os/a sanos/as.
Kelia Correa, abuela de Carolina Correa, de tres años de edad, a quien operaron a los seis meses porque tenía Tetralogía de Faloop (4 defectos del corazón), invitó a la comunidad a seguir apoyando a la Fundación, porque los frutos de su obra de proyección social son niños/as que representan el futuro del país. Asimismo, el padre de Carolina solicitó al gobierno apoyar más a las instituciones de salud. "Tenemos buenos doctores. No es que les falta la capacidad, sino que les falta el equipo", dijo.
El jueves pasado, luciendo sus sonrisas y camisetas donde se leía precisamente "Yo tenía el corazón roto", al frente y en la espalda "¡Gracias! Fundación Obsequio de Vida, pudieron jugar, saltar, cantar, pegarle a la piñata y bailar con Chicky en KFC de calle 50 donde Franquicias Panameñas les ofreció un agasajo festejando con ellos la vida, la salud y la alegría de que gozan.
Desde 1987 a la fecha son más de 500 los niños/as que han sido operados del corazón gracias a gestiones de Obsequio de Vida. Varios cientos esperan una oportunidad y en la medida en que se respalde la Rifa Anual de la Fundación Rotaria de Panamá, se podrán aportar mayores fondos para que la ONG que preside J. Thomas Ford pueda seguir salvando vidas en el Hospital del Niño, donde estos/as infantes son sometidos a cirugías que realizan profesionales panameños encabezados por el Dr. Luis Morales.
Diversos problemas del corazón obtienen respuesta en Obsequio de Vida, pero, lo deseable sería que los males congénitos del vital órgano pudieran ser detectados desde el nacimiento, según expresó el Sr. Ford, quien dijo que los beneficiarios/as de este programa del Club Rotario de Panamá son niños/as de estratos humildes. Maritza Requenéz, madre de Alberto Valiente (de 2 años), residente en Arraiján, a quien operaron en 1999, pidió que sigan ayudando a la Fundación Rotaria.
Por su parte, Elvis Alexis Sánchez y Agustín Isabel Guillén, dijeron de Katherine Sánchez, su hija de 9 años, estudiante del V grado de la Escuela Caballero, que supieron que ella tenía problemas con su corazoncito desde que e tenía 15 días de nacida. Viven en Antón. El trabaja la agricultura y ella es ama de casa. "Estábamos tan desorientados y hoy tan felices".
Gracias es la palabra más corta usada para expresar la satisfacción y regocijo que sienten Rogelio Parra, Carmen Carter, Guillermo Correa, Elvia Miller, Yarelis, Carmen Santos, Evelia Muñoz, Edilma Montero, Néstor Padilla y Digna Igueda al poder acariciar a sus hijos/as, disfrutar de su compañía y saber que sus corazoncitos funcionan bien y que pueden divertirse como otros /niños/as os/a sanos/as.
Kelia Correa, abuela de Carolina Correa, de tres años de edad, a quien operaron a los seis meses porque tenía Tetralogía de Faloop (4 defectos del corazón), invitó a la comunidad a seguir apoyando a la Fundación, porque los frutos de su obra de proyección social son niños/as que representan el futuro del país. Asimismo, el padre de Carolina solicitó al gobierno apoyar más a las instituciones de salud. "Tenemos buenos doctores. No es que les falta la capacidad, sino que les falta el equipo", dijo.
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