Sólo importó el talento
Publicado 2006/05/27 23:00:00
- Los Ángeles
TRAS casi dos horas de emisión, donde estrellas de la música alternaron el escenario con candidatos a convertirse en nuevos ídolos de la canción, Ryan Seacrest dio a conocer quién sería a partir de ese momento el quinto American Idol.
Y el elegido fue Taylor Hicks, el joven de Alabama de pelo canoso, movimientos esperpénticos y voz carrasposa, logrando arrebatarle el título a Katharine McPhee, de Sherman Oaks, la que mantenía una imagen y voz más convencional.
Tras contabilizarse más de 63 millones de votos, los espectadores decidieron que el canoso intérprete de "Soul" de 29 años con una explosiva personalidad, era quien más se merecía el título de American Idol.
Oriundo de Birmingham, Alabama, se convirtió en el más reciente intérprete del sur y medio oeste estadounidense en ganar el concurso de talento de Fox; con un contrato de grabación.
La más reciente votación entre los televidentes superó a la otra finalista, Katharine McPhee, de 22 años de Los Angeles.
Fue el grito de Hicks al saludar a sus fanáticos por su sobrenombre.
El nuevo ídolo fue una sorpresa, luego que en su primera audición el juez Simon Cowell lo descalificó, diciendo que no tenía la más mínima posibilidad de pasar a las finales.
La victoria de Taylor no fue nada fácil, primero se tuvo que enfrentar a las negativas del duro y en ocasiones cínico juez Simon Cowell, por tenerlo entre los seleccionados para formar parte, primero del grupo de los 100, posteriormente de los 30, llegando a colocarse entre los mejores 12 finalistas. En varias ocasiones Cowell le dijo que parecía más bien un cantante de bodas que un ídolo americano.
Hicks nunca se dio por vencido; al contrario, los ácidos comentarios que le hacía Cowell en cada concierto los tomaba con filosofía y en ocasiones se reía abiertamente de ellos, pues sabía que contaba con el apoyo de los otros dos jueces, Paula Abdul y Randy Jackson, los que siempre se mostraron complacidos con sus actuaciones. Incluso hubo varios momentos en los que le dijeron que se notaba que disfrutaba el estar en el escenario.
Cuando aún eran tres los finalistas (Taylor, McPhee y Yamin), y el público aún no sabía por quién decidirse, la mecánica del programa cambió. Por primera vez en cinco años los chicos tuvieron que interpretar tres temas: uno elegido por el genio de la música, el productor Clive Davis; el segundo por uno de los jueces y el último lo eligieron ellos mismos. Algo que bajó sus puntos pues, como suele suceder, el gusto musical no implica que sea algo que vaya con su voz o con su estilo.
Tiene una edad avanzada para ser un "Idolo", aseguran los críticos. A sus 29 años es el ganador más viejo, y si bien el mundo joven del pop se ha venido haciendo menos estricto en edad, James Blunt y Daniel Powter son dos actores recientes que no encajan en el molde de la edad del acné. La voz carrasposa de Hicks, perfecta para discos clásicos sentimentales, puede ser que se traduzca bien en música pop de la radio.
"Su personalidad y su sonido son demasiado maduros", dijo Devo "Springsteen" Harris, escritor de éxitos, productor y ganador del premio Grammy que ha trabajado con Kanye West y John Legend.
Taylor Hicks ha ganado la estación cinco del ídolo americano. Su CD "Debajo del radar" está disponible en los discos compactos del borde del láser.
Ya se ha anunciado en Estados Unidos, la gira de los 12 finalistas, en donde Hicks dará una probadita de lo que hará una vez que firme contrato con la conocida casa disquera.
"No me gusta su ropa y a usted tampoco le gustaría", dice Steve Stoute, un ex ejecutivo de la industria disquera. "Si tu estrella favorita se vistiera así, ni le pararías", anotó. Sin embargo, Stoute añade rápidamente que él cree que Hicks logrará pasar de "Idolo", como sus predecesores, al cuadro de ventas de platino, logrando significativas ventas.
Y el elegido fue Taylor Hicks, el joven de Alabama de pelo canoso, movimientos esperpénticos y voz carrasposa, logrando arrebatarle el título a Katharine McPhee, de Sherman Oaks, la que mantenía una imagen y voz más convencional.
Tras contabilizarse más de 63 millones de votos, los espectadores decidieron que el canoso intérprete de "Soul" de 29 años con una explosiva personalidad, era quien más se merecía el título de American Idol.
Oriundo de Birmingham, Alabama, se convirtió en el más reciente intérprete del sur y medio oeste estadounidense en ganar el concurso de talento de Fox; con un contrato de grabación.
La más reciente votación entre los televidentes superó a la otra finalista, Katharine McPhee, de 22 años de Los Angeles.
Fue el grito de Hicks al saludar a sus fanáticos por su sobrenombre.
El nuevo ídolo fue una sorpresa, luego que en su primera audición el juez Simon Cowell lo descalificó, diciendo que no tenía la más mínima posibilidad de pasar a las finales.
La victoria de Taylor no fue nada fácil, primero se tuvo que enfrentar a las negativas del duro y en ocasiones cínico juez Simon Cowell, por tenerlo entre los seleccionados para formar parte, primero del grupo de los 100, posteriormente de los 30, llegando a colocarse entre los mejores 12 finalistas. En varias ocasiones Cowell le dijo que parecía más bien un cantante de bodas que un ídolo americano.
Hicks nunca se dio por vencido; al contrario, los ácidos comentarios que le hacía Cowell en cada concierto los tomaba con filosofía y en ocasiones se reía abiertamente de ellos, pues sabía que contaba con el apoyo de los otros dos jueces, Paula Abdul y Randy Jackson, los que siempre se mostraron complacidos con sus actuaciones. Incluso hubo varios momentos en los que le dijeron que se notaba que disfrutaba el estar en el escenario.
Cuando aún eran tres los finalistas (Taylor, McPhee y Yamin), y el público aún no sabía por quién decidirse, la mecánica del programa cambió. Por primera vez en cinco años los chicos tuvieron que interpretar tres temas: uno elegido por el genio de la música, el productor Clive Davis; el segundo por uno de los jueces y el último lo eligieron ellos mismos. Algo que bajó sus puntos pues, como suele suceder, el gusto musical no implica que sea algo que vaya con su voz o con su estilo.
Tiene una edad avanzada para ser un "Idolo", aseguran los críticos. A sus 29 años es el ganador más viejo, y si bien el mundo joven del pop se ha venido haciendo menos estricto en edad, James Blunt y Daniel Powter son dos actores recientes que no encajan en el molde de la edad del acné. La voz carrasposa de Hicks, perfecta para discos clásicos sentimentales, puede ser que se traduzca bien en música pop de la radio.
"Su personalidad y su sonido son demasiado maduros", dijo Devo "Springsteen" Harris, escritor de éxitos, productor y ganador del premio Grammy que ha trabajado con Kanye West y John Legend.
Taylor Hicks ha ganado la estación cinco del ídolo americano. Su CD "Debajo del radar" está disponible en los discos compactos del borde del láser.
Ya se ha anunciado en Estados Unidos, la gira de los 12 finalistas, en donde Hicks dará una probadita de lo que hará una vez que firme contrato con la conocida casa disquera.
"No me gusta su ropa y a usted tampoco le gustaría", dice Steve Stoute, un ex ejecutivo de la industria disquera. "Si tu estrella favorita se vistiera así, ni le pararías", anotó. Sin embargo, Stoute añade rápidamente que él cree que Hicks logrará pasar de "Idolo", como sus predecesores, al cuadro de ventas de platino, logrando significativas ventas.
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