Un canto a la vida, al amor y a la mar
- Yessika Valdés
Los versos se paseaban a sus anchas y coquetearon con las bellas notas del violín de Graciela Núñez.
Poetas y poetisas del terruño y allende las fronteras hicieron un derroche de su creatividad, en una velada donde las artes se turnaban para deleitar a la concurrencia.
Sí, la poesía y la música se cedían el paso la noche de este jueves 23 y compartieron aplausos, en el Hotel Torres de Alba, que avaló el Festival Internacional de Poesía Panamá "Arts Amandi Panamá 2010... en busca de lo humano", que concluyó anoche en el Museo Antropológico Reina Torres de Araúz, luego de tres días de sesiones donde participaron poetas de Colombia, Costa Rica, Egipto, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Polonia, Panamá y República Dominicana
Primero fue Alex González, quien cantó y tocó la guitarra, para el goce de la audiencia. Luego, fueron la virtuosa violinista Graciela Núñez, acompañada por el percusionista Valo Jorge, quienes deleitaron con su arte.
Entre los poetas que fueron ofrendando versos estuvieron Marisín Alzamora Rivera, Aby Martínez, Margarita Carballeda, Eduardo Galván, Magdalena Camargo, Sofía Santim (María Gilma Arrocha), Kathia Malo, Martín Testa Garibaldo, Anthony Chalas, David NG, Alexander Sánchez, Adalcristo Guevara, Luis Carlos Jiménez, Gerbers Quintero, Lil María Herrera y Otoniel Guevara.
Se escucharon poemas como “Antipajareo”, de Marisín Alzamora Rivera, “Corrida en papel”, de Eduardo Galván y “Todo en regla” de Lil María Herrera.
Magdalena Camargo le dedicó sus versos a “Chuchú Martínez”, Sofía Santim le cantó al mar, Kathia Malo a la libertad, Martín Testa Garibaldo rindió tributo con sus versos al barrio de las siete calles, a la tamborera, el timbal, su abuelo, la negritud, los aguerridos cimarrones...
Anthony Calas, con su lírica, dio consejos para triunfar en la vida y el amor. También fue suya una propuesta titulada “Lamento bíblico”, donde La Biblia hace un llamado a que se la revalorice y se la tome más en serio.
David NG en uno de los poemas habla del mundo cosificado y se rehusa a caer en este círculo vicioso donde el materialismo y el dinero están endiosados.
El silencio fue uno de los temas que inspiró los versos de Adalcristo Guevara, mientras que Gerbers Quintero leyó de su laptop tres poemas, uno de los cuales decía “tú eres el agua y yo el fuego/tú eres la pasión y yo el amor/ tú eres el lienzo y yo la pintura/tú eres la claridad y yo la obscuridad/somos tan distintos pero a la vez iguales/ pero déjame hablarte para hacer un puente de amor. Él también cantó. Es mejor poeta que cantante.
Por su parte, Luis Carlos Jiménez leyó dos elegías. Una a César Vallejos y otra a José Martí.
El salvadoreño Otoniel Guevara leyó (más bien rememoró) “Defensa propia”, que escribió pensando en la paz y dedicó a un amigo suyo asesinado a los 24 años, en la guerra. También sus versos ensalzaron al amor y hubo un poema, “Niños”, que decía así “Abren un hoyo en el mar, y, afligidos, esperan la noche para taparlo con estrellas”.
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