Versace: El imperio de la moda y sus sueños

Millones de dólares fueron generados por uno de los grandes genios de la moda, Gianni Versace, quien con el glamour de sus diseños, convirtió el mundo de la alta costura en un espectáculo visual, donde la protagonista era la mujer. La vanidosa, atractiva, pero que no deja ese lado femenino y sobretodo elegante que caracterizaron sus cortes.
No en vano, el creador de un respetable imperio de fascinación textil, se apoderó de las grandes pasarelas del mundo. Su talento era innato y con su muerte se acabó la magia, esa ilusión que provocaban sus estilos, sus diseños y modelos.
Así como la moda se va, con ella se lleva los sueños de sus creadores.
Conozcamos algunos pensamientos de quien en vida nos brindó su talento y que sin discusión pasó a formar partes de los anales de la historia como un verdadero prodigio. Como grande entre los grandes.
Sobre la familia, Versace decía: "El matrimonio es una atadura. De vez en cuando siento la falta de familia. Lo suplo con éxito y con mis hermanos". Enero de 1988.
Narcisista por convicción: "Si tú te quieres, estás en condiciones de poder querer a los demás. Y yo me quiero mucho, muchísimo". Enero de 1991
Se define a Versace, como un hombre ambicioso. "Adoro el dinero porque da la libertad. Adoro el dinero por el poder que me da para crear lo que deseo ". Enero de 1991.
La historia lo trastornaba. "Cuando miro al pasado me hago muy prostituta. Me enamoro de todo, de Napoleón, de Nerón, de Adriano..." Junio de 1991
Su concepto sobre el sexo. "El hombre tiene miedo a parecer homosexual por ir a la moda, por esa estúpida tradición de ser muy macho..." Noviembre de 1996.
Muy positivo. "Soy muy positivo pero sé que Gianni Versace tiene que trabajar más y más. No sé cuando será momento de parar". Noviembre de 1996.
"En el próximo milenio estaré en la luna. Quiero viajar al espacio. Quiero ser el primero en conocer a un extraterrestre. ¡Dios, déjame vivir hasta que esto ocurra!". ste era su sueño. No se cumplió. Al menos, que sepamos. Gianni Versace tenía una obsesión que no era ni el dinero ni el rock ni la realeza ni las medusas de oro ni las lentejuelas ni el glamour. Era amigo íntimo del futuro. Ese que le impedía parar. "Así es la vida: te mueves o te mueres".
Hoy día nos queda su legado, que construido con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación, forjó. Quienes ahora dominan el que fue su imperio, tienen la responsabilidad de elevarlo a su máximo nivel. Donatella Versace sabe que no puede defraudar a su hermano ni aquel gran imperio que vimos levantar con mirada sorpresiva.