Caravana zapatista sigue ritmo de campaña electoral
Publicado 2001/03/01 00:00:00
- José Miguel DomÃnguez F.
La caravana zapatista "por la paz y dignidad de los pueblos indígenas" siguía ayer su marcha hacia la capital mexicana a ritmo de campaña electoral, aunque de momento no hay candidato y los oradores son guerrilleros con el rostro cubierto por pasamontañas.
El "zapatour", como los medios locales bautizaron la movilización encabezada por 23 comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el "subcomandante Marcos", tiene previstos más de treinta actos públicos en un recorrido de 3,000 kilómetros que durará dos semanas.
El estado sureño de Chiapas, en el que opera el EZLN, está a menos de 1,000 kilómetros de la capital, pero la caravana ha diseñado un recorrido laberíntico por varias ciudades del sur y el centro de México.
Puebla, donde anoche pernoctó el "zapatour", queda a dos horas por carretera de la capital, pero hasta el 11 de marzo seguirá la gira proselitista.
Tres mujeres comandantes y dos de sus compañeros suelen aparecer con vestimentas indígenas; el resto alterna ropa militar con pantalones vaqueros de mezclilla y camisetas informales que, a veces, tienen la imagen de Ché Guevara.
"Marcos" mantiene su indumentaria militar, que incluye una vieja gorra verde olivo sobre su emblemático pasamontañas, y no se separa de su pipa.
Los actos proselitistas comienzan, invariablemente, con la presentación de algún dirigente local indígena, al que en ocasiones sigue la intervención de otro líder comunitario que, a su vez, da paso a uno de los comandantes.
Todos ellos actúan casi como "teloneros" de un concierto antes de ceder la palabra a la "estrella", el "Sub".
"Marcos" saluda brevemente en los encuentros "de paso" y echa el resto en el "acto central" del día.
Fernando Yáñez, el "ex comandante Germán", nuevo interlocutor de la guerrilla y el único que lleva el rostro descubierto porque fue identificado tras su detención en 1995, ocupa un segundo plano en los escenarios y se pasea de un lado a otro, pendiente de que todo esté en orden.
Los comandantes leen discursos escritos previamente en un gran cuaderno, mientras el "Sub" prefiere la improvisación para intervenciones cortas.
El mensaje principal, el reconocimiento constitucional de los derechos indígenas, es una constante en cada mitin, aunque los discursos varían en función de la ciudad o de los últimos acontecimientos del país.
El "zapatour", como los medios locales bautizaron la movilización encabezada por 23 comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el "subcomandante Marcos", tiene previstos más de treinta actos públicos en un recorrido de 3,000 kilómetros que durará dos semanas.
El estado sureño de Chiapas, en el que opera el EZLN, está a menos de 1,000 kilómetros de la capital, pero la caravana ha diseñado un recorrido laberíntico por varias ciudades del sur y el centro de México.
Puebla, donde anoche pernoctó el "zapatour", queda a dos horas por carretera de la capital, pero hasta el 11 de marzo seguirá la gira proselitista.
Tres mujeres comandantes y dos de sus compañeros suelen aparecer con vestimentas indígenas; el resto alterna ropa militar con pantalones vaqueros de mezclilla y camisetas informales que, a veces, tienen la imagen de Ché Guevara.
"Marcos" mantiene su indumentaria militar, que incluye una vieja gorra verde olivo sobre su emblemático pasamontañas, y no se separa de su pipa.
Los actos proselitistas comienzan, invariablemente, con la presentación de algún dirigente local indígena, al que en ocasiones sigue la intervención de otro líder comunitario que, a su vez, da paso a uno de los comandantes.
Todos ellos actúan casi como "teloneros" de un concierto antes de ceder la palabra a la "estrella", el "Sub".
"Marcos" saluda brevemente en los encuentros "de paso" y echa el resto en el "acto central" del día.
Fernando Yáñez, el "ex comandante Germán", nuevo interlocutor de la guerrilla y el único que lleva el rostro descubierto porque fue identificado tras su detención en 1995, ocupa un segundo plano en los escenarios y se pasea de un lado a otro, pendiente de que todo esté en orden.
Los comandantes leen discursos escritos previamente en un gran cuaderno, mientras el "Sub" prefiere la improvisación para intervenciones cortas.
El mensaje principal, el reconocimiento constitucional de los derechos indígenas, es una constante en cada mitin, aunque los discursos varían en función de la ciudad o de los últimos acontecimientos del país.
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