Música, baile, tradiciones en la inauguración de los Panamericanos
Publicado 1999/07/22 23:00:00
Los XIII Juegos Panamericanos serán inaugurados hoy con una ceremonia de música, danza y colorido marcada por las tradiciones culturales de esta ciudad, la segunda que alberga dos veces la máxima justa deportiva continental.
Las ceremonias incluirán un elemento inevitable de los tiempos actuales: un severo plan de seguridad, a cargo de cientos de hombres y mujeres, civiles y uniformados.
Unas 3.400 personas participarán en las ceremonias en el estadio Winnipeg, casi tantas como los 5.000 atletas que en las dos semanas siguientes participarán en las competencias.
Larry Desrochers, director de las ceremonias de inauguración y clausura, dijo que en el espectáculo de maûana se buscará destacar "una de las mayores fortalezas de Winnipeg, como es su riqueza cultural, desde la que nace de las tradiciones folclóricas, hasta las artes clásicas".
Winnipeg será, después de México, la segunda ciudad que habrá organizado dos veces los Juegos, ya que lo hizo también en 1967. En México, se realizaron en 1955 y 1975.
Las ceremonias de hoy incluirán una evocación de los juegos de 1967: en aquella ocasión, diez aborígenes, destacados por su fuerza y capacidad atlética, fueron escogidos para trasladar la llama panamericana a través de más de 800 kilómetros del vasto territorio canadiense hasta el estadio.
Hoy, siete de esos aborígenes estarán en el estadio, como invitados de honor. Las ceremonias incluirán tres actos principales - Corazón del Continente, A la Conquista del Oro y Ciudad de las Llanuras, con la actuación de unas 3.500 personas, entre ellas medio millar de bailarines que representarán a 28 expresiones autóctonas de danza.
También actuará un coro de 500 voces. Toda la música es obra del compositor canadiense Victor Davis.
Winnipeg aprovechará de presentar ante una audiencia continental de decenas de millones, a algunas de sus grandes figuras del arte, como los cantantes populares Jeremy Kushnier, que triunfa en Broadway con la obra Footloose, y Rosalie Ratter.
Las ceremonias incluirán un elemento inevitable de los tiempos actuales: un severo plan de seguridad, a cargo de cientos de hombres y mujeres, civiles y uniformados.
Unas 3.400 personas participarán en las ceremonias en el estadio Winnipeg, casi tantas como los 5.000 atletas que en las dos semanas siguientes participarán en las competencias.
Larry Desrochers, director de las ceremonias de inauguración y clausura, dijo que en el espectáculo de maûana se buscará destacar "una de las mayores fortalezas de Winnipeg, como es su riqueza cultural, desde la que nace de las tradiciones folclóricas, hasta las artes clásicas".
Winnipeg será, después de México, la segunda ciudad que habrá organizado dos veces los Juegos, ya que lo hizo también en 1967. En México, se realizaron en 1955 y 1975.
Las ceremonias de hoy incluirán una evocación de los juegos de 1967: en aquella ocasión, diez aborígenes, destacados por su fuerza y capacidad atlética, fueron escogidos para trasladar la llama panamericana a través de más de 800 kilómetros del vasto territorio canadiense hasta el estadio.
Hoy, siete de esos aborígenes estarán en el estadio, como invitados de honor. Las ceremonias incluirán tres actos principales - Corazón del Continente, A la Conquista del Oro y Ciudad de las Llanuras, con la actuación de unas 3.500 personas, entre ellas medio millar de bailarines que representarán a 28 expresiones autóctonas de danza.
También actuará un coro de 500 voces. Toda la música es obra del compositor canadiense Victor Davis.
Winnipeg aprovechará de presentar ante una audiencia continental de decenas de millones, a algunas de sus grandes figuras del arte, como los cantantes populares Jeremy Kushnier, que triunfa en Broadway con la obra Footloose, y Rosalie Ratter.
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