"El fado no es triste, es profundo"
La cantante portuguesa de fado Mísia, que estrenó esta semana en París un homenaje sentido a la poesía lusa escrita por mujeres, entiende que "el fado no es triste, es profundo" y le atribuye un poder curativo para "limpiar las miguitas del corazón", aseguró en una entrevista con Efe.
Mísia arrancó con un éxito de público el primero de los seis conciertos que ofrecerá en el parisino "Thétre des Bouffes du Nord", en los que regresa a los tonos más tradicionales y femeninos de las esencias del género.
El conjunto de canciones que nutrirá el décimo álbum de la artista, "Senhora da Noite" (esperado para el próximo otoño) explora el mundo femenino a través de los textos de poetisas, escritoras y cantantes portuguesas como Agustina Bessa Luis, Helia Correia, Lidia Jorge o Amélia Mudge.
"Senhora da Noite" aborda temas como "la prostitución, la traición o la mujer que espera a su amante", puntualizó la fadista, que eligió como título el nombre de una dama "entre bruja y hada y entre virgen y pecadora" que representa "un poco a todas las mujeres".
El repertorio, en el que Mísia también firma algunas letras, incorpora un texto de la cantante brasileña Adriana Calcanhotto y rinde tributo a la "reina del fado", Amália Rodrigues, con una rapsodia que reúne retazos de sus poemas.
"Recopilar estos poemas demuestra que uno puede ser un agente creativo a otro nivel", comentó la artista al término de su concierto en París, que abarrotó el teatro dirigido hasta hace poco por el prestigioso dramaturgo británico Peter Brook.
El fado es "una manera de mirar al destino, a la vida y a los ojos sin hacer subterfugios", explicó la portuense, que tuvo la idea de confeccionar este disco hace más de una década, cuando grabó su cuarto trabajo, "Garras dos sentidos", otra vuelta a sus raíces.
La cantante, que celebra sus veinte años de carrera discográfica, recordó que en 1991, cuando sacó su primer disco, era un "muy mal momento" para grabar fado porque "no tenía prestigio ni cultural ni comercial; no vendía nada, exceptuando a Amália (Rodrigues)".
"Grabé mi primer disco para un público que no sabía si existiría o no", resumió Mísia.
Entonces creó un estilo propio que le ha llevado a convertirse en una de las fadistas vivas de mayor reconocimiento internacional, al incorporar el violín y el acordeón a los tres instrumentos tradicionales: la viola de fado, la guitarra portuguesa y la acústica.
La "universalidad" del fado radica precisamente en su lenguaje emocional ya que, para que pueda ser considerado como tal, el género necesita "sufrimiento e interpretación", apostilló la cantante, que considera que "el fado no es triste, es profundo".
La cantante explicó que el fado es una música que "da y sufre influencias" y por lo tanto, afirmó, que lo extraño sería que este estilo, como otros géneros urbanos como son el flamenco o el tango, fueran "inmutables".
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