El hijo de Cantinflas se deja retratar del lado más íntimo
La vida de los hijos de los famosos no es tan feliz, y sin ser estrellas terminan siendo víctimas, a consecuencia de una fama que no es suya. Por mucho tiempo vivió ante los ojos del mundo como un hijo adoptivo en la casa de Cantinflas hasta que finalmente se reveló la auténtica historia.
El hijo de Cantinflas se deja retratar del lado más íntimo
Son frecuentes las veces que la gente me hace esta pregunta: ¿Qué sientes cuando fotografías a una persona famosa? Yo simplemente respondo: Nada, no siento nada, soy consciente de que estoy realizando un trabajo, y ellos son los instrumentos de los que me valgo para hacerlo.
Pero hay personajes que con un apretón de manos, una palmadita o un abrazo te hacen ver que detrás de toda esa producción como artistas, también existe un ser humano. Para llegar a esto se necesita una alta dosis de profesionalismo y respetar el rol para hacer sentir cómodo al artista ante la cámara, y darle su valor.
Después de un análisis de las tomas realizadas empieza un proceso estructurante de la imagen (qué incluyo, qué excluyo) que da como resultado la tranquilidad de un deber cumplido; una especie de satisfacción personal que se valida cuando el famoso extiende su mano para agradecerte y darte una tarjeta personal acompañada de... ¿Puedes darme algunas de las tomas de la sesión?.
Acto seguido entre el fotografiado y el fotógrafo pasa algo muy particular, empieza una especie de desnudez que se inicia con preguntas del famoso, como ¿cuánto hace que eres fotógrafo? Y en mi caso, ¿cuántos años llevas viviendo en este país? ¿Cómo llegaste?, y, siempre, hay una anécdota que contar.
Después, dependiendo del lugar de la toma (una habitación de hotel) el famoso se dirige hacia la ventana seguido de un largo silencio en el que ni yo sé qué hacer. Un silencio inunda el entorno, una especie de intimidad con él mismo en la que internamente me pregunto ¿será que él quiere que me vaya? ¿Va a decirme algo más? Respetando ese estado, yo también guardo silencio y empiezo a empacar mi equipo, y me despido agradecido.
Si es en el exterior de la habitación, el famoso sigue los mismos parámetros de análisis de las tomas, sigue su conversación y hasta te invita a que te quedes un rato y degustes con él un café que acompaña con un cigarrillo.
Aquí ya la conversación es más fluida entre bocanadas de humo. Han sido pocas veces las que después de una sesión fotográfica tengo el placer de entrar en una especie de koinonía con el famoso y recientemente lo viví, por lo que a través de este escrito quise exteriorizarlo.
Esta vez el personaje que fotografiaría no es muy conocido por quién es él, sino por su padre, un actor y comediante mundialmente reconocido con el apodo de El Mimo de la Gabardina, pero popularmente conocido como Cantinflas, quien fue galardonado en 1956 con el Globo de Oro como mejor actor de comedia, además de poseer una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y fue hasta padrino del matrimonio de Elizabeth Taylor con Michael Todd.
Nuestro famoso es Mario Moreno Ivanova, quien estuvo en Panamá para promocionar la película sobre su padre Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes. La película se llama Cantinflas, no podía ser de otra manera, y Moreno Ivanova es el productor. Y, como diría su padre: Ahí está el detalle...
El camino del único hijo de este exitoso actor ha sido pedregoso, lleno de contradicciones y cuestionamientos que le han hecho merecedor de protagonizar su propia película.
Despojado de cuestionamientos, porque no soy periodista ni pretendo serlo, dejé que este momento tuviera su propio guion y el rodaje empezó con un recorrido histórico a través de imágenes fotográficas en una tablet. Fue exactamente una hora y media en la que disfrutando de su compañía me vino a la mente que la vida de los hijos de los famosos no es tan feliz como creemos, y que sin ser estrellas terminan siendo víctimas, a consecuencia de una fama que no es suya.
Ivanova ha tenido un litigio legal con su primo Eduardo Moreno Laparade por los derechos de las películas de su padre, los mismos que la empresa norteamericana Columbia Pictures, distribuidora de las películas, demostró con documentos en mano que es la legítima propietaria.
Pero los medios de comunicación también han jugado su papel alimentándose de los conflictos familiares del hijo de Cantinflas en su condición de padre, por lo que en este tema es receloso a la hora de compartirlo en una entrevista. Será porque, como diría mi madre, los trapos sucios se lavan en casa y no hay familia perfecta, pero familia es familia como apunta una frase de Amor y Control de Rubén Blades.
Control se necesita para hacerle frente al quizás más duro golpe que pueda recibir un ser humano cuando se pone en tela de juicio si es hijo legítimo o no del famoso actor de Mario Moreno. Del protagonista de la película se ha dicho que fue comprado y que es adoptado, entre otras falacias. Fue ahí donde empezó mi interés por saber de él y de escribir o no este texto, pero creo que era necesario para mí exteriorizarlo.
Yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, ustedes aman, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación, sino realidad.
Una frase de reflexión y autoanálisis pronunciada por su padre y que hace parte de las frases célebres y más famosas de Cantinflas. ¿Realmente creía esto?, bueno, ahí está el detalle.