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‘Hubo un complot por el interés en la isla’
Santiago Fascetto - Publicado:
Nelson Urrego camina los metros que separan su celda del patio con andar cansino.De camisa amarilla, en una mano lleva un cartucho de plástico con papeles .El encierro le hizo perder unas 20 libras.A poca distancia, controla sus pasos un policía vestido de azul.El color es la diferencia: los presos de máxima seguridad visten de amarillo, los demás, los que no están encerrados en la cárcel de “La Joyita”, pueden optar por cualquier color menos ese.Urrego cumplió condena en Colombia por enriquecimiento ilícito producto del narcotráfico.Salió libre en 2001.En ese país, lo vincularon al Cartel del Valle del Norte, la última gran organización criminal que traficó miles de toneladas de drogas a Estados Unidos.Urrego, para las autoridades colombianas, era el encargado de manejar las comunicaciones del cartel que lideraban los hermanos Henao: Fernando Henao, Arcángel Henao, Lorena Henao y Orlando Henao, el más temido.Urrego lo niega.Una y otra vez.Tras salir de prisión, se trasladó a Panamá.Llegó en 2002 y sin preámbulos dejó la ciudad y se instaló en una paradisiaca isla del Archipiélago de Las Perlas, llamada Chapera.Allí vivió hasta el 15 de septiembre de 2007.Ese día, la Policía Nacional lo detuvo -junto con otras personas- y el Ministerio Público lo acusó de blanqueo de capitales.Desde aquel día pasaron 42 meses y dos cárceles: primero lo trasladaron a El Renacer, y luego al pabellón de máxima seguridad de La Joyita.El paso del tiempo sirvió para que en el Ministerio Público se acumularan 103 mil páginas, que son parte del expediente en su contra.El próximo 14 de abril irá a juicio.Para Urrego, su detención en Panamá fue parte de un “complot” para quedarse con su isla, principalmente, del ex vicepresidente Samuel Lewis Navarro.No es la primera vez que lo dice: en 2008, estando Lewis Navarro en el poder, lo reveló por primera vez a los medios.En ese momento, el político lo negó varias veces, y aseguró que “nunca en su vida” se cruzó con el colombiano.¿Cuántos años de detenido llevas?Voy a cumplir 43 meses, y voy a juicio el 14 de abril próximo.A casi cuatro años de su captura, ¿qué recuerdas de ese día?Estaba como a las 8 a.m.arreglando el desayuno cuando vi una lancha de la Policía Nacional que venía como a 5 millas.No me imaginaba que venía para la isla, pero cuando vi la lancha que se dirigió a la playa, bajé a recibirlos.Pensé que iban a preguntar algo, pero dijeron que venían para hacer una revisión de la isla.Cuando terminaron de requisar la casa, me dijeron que no me moviera, que tenía una denuncia en Panamá.Llegué a Panamá, me arrestaron y me mantuvieron incomunicado más de 60 días.¿Cuál era la acusación?Al principio, me dijeron que un informe de inteligencia decía que en la isla había droga y armas, ese era el caso, hasta que llegué a la indagatoria y me dijeron que el delito era blanqueo de capitales.Pero el fiscal José Abel Almengor expresaba a los medios que no era blanqueo de capitales, sino que había droga.Almengor dijo que unos trabajadores que habían trabajado en la isla indicaron en un informe de inteligencia que ellos habían ayudado a hacer un túnel, un escondite y una caleta.Eso es absurdo, Almengor nunca llamó a declarar a esos trabajadores.¿En qué año llegó a Panamá?En el 2002, venía por la situación que yo viví en Colombia en la cárcel.Entonces decían que era uno de los hombres más ricos del mundo, que era miembro del Cartel del Valle del Norte.Pero allá está comprobado que a mí no me vincularon con ningún cartel.Es cierto que conocí personas del Cartel del Valle del Norte, pero eran clientes de un restaurante que tenía en 1983.No era amigo de ellos, pero como dueño del local los saludaba, no les podía decir que no los atendería porque estaban haciendo algo ilícito ya que allí mismo me mataban.Primera detención.En 1998, Urrego es detenido, trasladado a La Picota, y acusado de narcotráfico y blanqueo de capitales.Allí, mientras estuvo preso, comenzó a colaborar con los organismos de inteligencia de Estados Unidos, según una publicación del Nuevo Herald.¿En qué momento comenzó a colaborar con Estados Unidos? A mí me estaban pagando por un trabajo encubierto.¿Cuánto tiempo colaboró?No fue mucho porque a raíz de toda esa corrupción que se destapó me salí, me retiré y no tuve más contacto con las autoridades de los Estados Unidos.¿Cuántos procesos abiertos tiene en Estados Unidos?Ninguno, y nunca me han revocado la visa de Estados Unidos.Usted fue condenado en Colombia, y luego detenido en Panamá por lo mismo...Esto está muy claro, cada vez que vemos el expediente está más claro.En 2005 me reúno con Samuel Lewis Navarro, un empresario inmobiliario y oficial de la DEA en Panamá, Art Ventura.Fue en un almuerzo.Como a las 12:15 a.m.llegó Lewis Navarro.Él pensaba que le iba a vender la isla y preguntó: "¿Cómo va ser el negocio?".Le respondí que no vendía.Luego, el empresario me insistió en que le vendiera la mitad de la isla o que los dejara participar en el proyecto.Hablé con mis socios y dijeron que no.Pero, ¿qué relación tiene eso con su proceso..? Es que me abrieron un proceso por no venderle la isla a ellos.Lewis Navarro estaba enamorado de la isla, esto es un problema político.¿Está dispuesto a someterse a un detector de mentira?Lo que quieran, para mí lo más importante es mi conciencia, estoy dispuesto aquí, en Estados Unidos, donde quieran, incluso a un careo.Esto fue un complot.No pertenezco a un cartel como ellos lo plantearon.Pero hay que respetar los procesos judiciales, mi conciencia está tranquila.¿En algún momento, estando preso, alguien intentó acercarse a usted?Estando en la cárcel me llegó un emisor en 2009, Víctor Almengor, que si yo vendía salía.Bueno, dije, vamos a ver qué tan serio es esto.Eso fue antes de la publicación del Nuevo Herald, después ellos no querían saber nada por la publicación.¿Cómo cree que debe terminar su proceso?Debe aclararse todo.Hubo un complot por el interés en la isla chapera.Creo que en el fondo lo que pasó es que Lewis Navarro no calculó los daños y la situación.O pensó que me iba a quedar callado o salir corriendo.Si su teoría es cierta, no se arrepiente de no haber vendido…Si hubiera vendido tendría una vida tranquila, como la que tenía.Y estaría con Lewis Navarro y el empresario en su yate, con puras mentiras, tragos y muchos millones de dólares.Si hubiera sabido todo esto, la vendo.