Los fines y objetivos de la educación panameña
- MEREDITH SERRACIN
La educación general tiende a facilitar el desarrollo integral de los miembros de una sociedad democrática en constante cambio, es decir, la formación general del hombre, del ciudadano y del productor y consumidor de bienes y servicios.
Desde hace más de medio siglo, las autoridades de educación, los gremios docentes y, particularmente, algunos pedagogos y especialistas panameños se han preocupado de revisar y tratar de poner al día una formulación de los fines y objetivos de la educación nacional, que sirva de base para la estructura del sistema escolar y de orientación para organizar los estudios y seleccionar los contenidos de la enseñanza.
Luego de hacer una revisión minuciosa de los más recientes estudios sobre la materia, estamos claros en que el fin de la educación panameña, en sus diversas formas y niveles, es facilitar el desarrollo armónico de todos los aspectos de la personalidad del individuo de acuerdo con sus capacidades e intereses, y contribuir a acelerar el proceso de desarrollo cultural, social y económico del país. Esto significa que la estructura del sistema escolar y los contenidos de la enseñanza han de ser tales que robustezcan la unidad nacional, fortaleciendo la integración y la solidaridad de los diversos grupos, y que, fundándose en la mejor tradición de nuestra cultura, fomenten los valores y estimulen las actitudes que favorecen la formación del hombre y del ciudadano, que hacen posible una mayor medida de bienestar individual y de justicia social y económica, y promueven el mejoramiento de los niveles de vida y el incremento de la producción.
La educación general tiende a facilitar el desarrollo integral de los miembros de una sociedad democrática en constante cambio, es decir, la formación general del hombre, del ciudadano y del productor y consumidor de bienes y servicios. Específicamente, aspira a realizar los siguientes objetivos principales: (1) Favorecer la adquisición de conocimientos y el desarrollo de hábitos, habilidades y actitudes que contribuyan al desarrollo del organismo, a la conservación de la salud física y mental, a la seguridad individual y social. (2) Alcanzar un dominio satisfactorio de la lengua española (hablar, leer, escribir, escuchar) como un medio de formular eficazmente el pensamiento propio, de comprender el de los demás y de iniciarse en la apreciación de los valores de la cultura universal. (3) Alcanzar un dominio satisfactorio de las matemáticas (calcular, plantearse y resolver problemas) en la medida en que ello se requiere para las necesidades ordinarias de la vida y para la comprensión de las relaciones y aspectos cuantitativos más importantes del mundo físico y social. (4) Conocer y apreciar las tradiciones locales y nacionales, la estructura y el funcionamiento de la sociedad y del Estado, los deberes y derechos sociales y cívicos, así como la solidaridad y la interdependencia de los grupos sociales en los planos nacional, continental y universal. (5) Contribuir a la formación moral y del carácter, fomentando la apreciación del valor y de la dignidad del trabajo y el desarrollo de actitudes y hábitos valiosos -tales como puntualidad, cortesía, perseverancia, responsabilidad, iniciativa, integridad, previsión, tolerancia, acatamiento de la ley y otros - que permiten dar una dirección responsable a la propia vida.
Se aspira, en resumen, a que el que ha recibido una adecuada educación general sea física y moralmente sano, intelectualmente ágil, consciente de sus responsabilidades sociales, cívicas y económicas y que, claramente orientado hacia una actividad provechosa, no sea un simple depositario de la cultura, sino también capaz, en alguna medida, de expresarla con originalidad y aun de enriquecerla.
La educación profesional es el complemento de la educación general. Puede ser de muy diversos tipos y niveles, los que resultan de las múltiples formas de producción de bienes y de presentación de servicios requeridos por el desarrollo cultural, social y económico de la nación panameña. Tiene por objeto la preparación técnica y práctica específica para el ejercicio eficiente de una profesión o trabajo remunerativo socialmente útil. Permitirá a los que la reciban la continuidad de su formación profesional sin otro límite que el de sus capacidades.
La educación parvularia.
Debe procurarse, en primer lugar, una expansión de la educación parvularia gratuita, complementada por servicios de asistencia médica y dietética, para aquellos sectores de la población en los cuales las características negativas de la vida familiar la hacen indispensablemente como un medio de favorecer el desarrollo físico y psicológico de los niños que más lo necesitan en una etapa decisiva para su formación.
El ciclo de educación general.
En este ciclo han de concentrarse, en una educación general común, las actividades tendientes a proporcionar a todos los niños las técnicas, conocimientos y forma de conducta que le sirvan de base sólida para continuar su propio desarrollo. La formación integral de la personalidad; el desarrollo físico, artístico y manual; un dominio satisfactorio del español, de las matemáticas y de las nociones científicas que explican el mundo físico y social; la iniciación en por lo menos un idioma extranjero y la exploración y orientación de las aptitudes de cada niño, deberían ser los propósitos primordiales del esfuerzo educativo en este ciclo de la educación general.
*El autor es pedagogo, escritor, diplomático y especialista en Planificación y Administración de la Educación.
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