Sin Doblez
¿Qué significado tiene la mirra, el incienso y el oro?
- Yolanda Hackshaw (Profesora de la UP)
El oro, por su dureza, representa la fortaleza que recibimos los que con fe nos acercamos al Rey de Reyes para adorarlo.
En lo primero que debemos detenernos a pensar es en el orden de los elementos. Según el Evangelio de San Mateo, los reyes ofrecieron: oro, incienso y mirra. Sin embargo, en un cuadro del siglo IV, primero llega Melchor (Magalath), procedente de Europa y le regala la mirra; después aparece Gaspar (Galgalath), procedente de Asia y le regala el incienso y por último Baltasar (Serakin), que le regala oro. No obstante, el Evangelio fue escrito por Mateo hacia el año 80, mucho antes de que se pintara el cuadro, por lo que debemos respetar el orden que le da el evangelista.
Según mi parecer, este orden en el que se entregan los presentes, que a su vez simbolizan la adoración de los magos por Jesús, tiene un propósito y revela una intención acerca de la personalidad y misión de Cristo y a la vez encarnan el compromiso de fe que todo cristiano debe entregarle a Jesucristo. El oro, por su dureza, representa la fortaleza que recibimos los que con fe nos acercamos al Rey de Reyes; pero que a su vez, esa misma fuerza es la que debemos entregar en nuestra adoración. El mundo envuelve con su cara banal y solo los fuertes, los que llevan en su espíritu la ofrenda de oro de la resistencia al mal, son capaces de salir ilesos de sus tentaciones. También, por su brillo, este metal se constituye en la luz de Cristo y nos recuerda que los seguidores de Jesús debemos irradiar la luz del Evangelio; Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo ( 2 Cor. 4:6). El incienso es la esencia aromática de la pureza del Hijo de Dios y como en un espejo, siguiendo el modelo de Cristo, también la debemos devolver los seres humanos al mundo. Lo santo, lo divino, se caracteriza precisamente por su condición de pureza. Por último, la mirra es un símbolo profético, porque representa la misión redentora de Nuestro Señor que entregaría su sangre, como lágrimas de árbol de mirra, por nosotros. Es a su vez, el sufrimiento del hombre que consciente de su pecado está obligado a redimirse para poder servirle y estar al lado del Señor.
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