Andersen sólo es culpable de darle a Enron malos consejos socios
Publicado 2002/05/10 23:00:00
- Hilmar Rojas Erazo
Uno de los socios de Andersen describió ayer las divisiones internas creadas por las arriesgadas prácticas de contabilidad de Enron Corporation, pero dijo que la firma de auditoría, que enfrenta cargos de obstrucción a la justicia, sólo es culpable de dar malos consejos.
El abogado de Andersen reiteró que la compañía no solo no destruyó los documentos de Enron mencionados en la acusación del gobierno, sino que preservó los registros de sus debate interno mientras el gigante energético entraba en la mayor bancarrota de la historia.
Andersen es acusado de destruir documentos de la auditoría de Enron para evitar que cayeran en las manos de los investigadores del colapso del comercializador energético.
Los fiscales alegan que la firma con sede en Chicago temía recibir severas sanciones tras su participación en otro escándalo de contabilidad que vinculaba a las empresas Waste Management y Sunbeam.
El socio de Andersen Carl Bass dijo ante el jurado que se produjeron enérgicas y en ocasiones intensas discusiones sobre Enron en septiembre y octubre, cuando las sociedades no registradas en libros de esa compañía generaron problemas financieros.
Enron era uno de los mayores clientes de Andersen y uno de los de mayor riesgo.
Como uno de los consultores internos de Andersen sobre las reglas de contabilidad, Bass frecuentemente asesoró a los contadores de la firma que manejaban las cuentas de Enron sobre las cosas que el gigante energético podía o no podía hacer.
Mientras Enron se venía abajo en medio de divulgaciones de que utilizaba sus asociaciones para esconder miles de millones de dólares en deudas e inflar sus beneficios, Bass dijo que se sorprendió al descubrir que el equipo asignado a Enron había ignorado gran parte de sus consejos y permitieron que esa empresa utilizara métodos de contabilidad poco confiables.
"Yo creí que ellos iban a seguir mis consejos", testificó. "Sabía que no estaban haciendo lo que se necesitaba que hicieran".
Bass envió un memorándum expresando su desacuerdo con las decisiones del equipo, lo cual al final llevó a Enron a absorber un cargo de 1.100 millones de dólares sobre las ganancias del tercer trimestre, modificar los resultados de cuatro años y a recortar el patrimonio de los accionistas en 1.000 millones de dólares.
Andersen también está luchando por sobrevivir tras perder cientos de clientes, pero Bass y otros testigos de Andersen han pintando un escenario que muestran las acciones de las compañías como erradas, y no criminales.
Los testigos dijeron que el socio de Andersen que encabezaba la auditoría de Enron, David Duncan, al igual que su equipo, brindaron malos consejos al gigante energético quizás debido a que se acercaron demasiado a la compañía y perdieron la objetividad requerida de los auditores buenos.
Bajo interrogatorio del abogado de Andersen, Rusty Hardin, Bass dijo que no cree que la compañía alentó a Enron a hacer algo fraudulento o tomar acciones para esconder su participación en el colapso de Enron.
"Si yo hubiera pensado que estaban (haciendo algo) ilegal o indebido, hubiera objetado", dijo Bass. "Creo que lo que Andersen estaba tratado de hacer era la contabilidad correcta", dijo.
"Algunas veces los contadores pueden terminar estando equivocados (...) y eso no significa que estén necesariamente cometiendo un crimen, ¿ó si?", preguntó Hardin.
El abogado de Andersen reiteró que la compañía no solo no destruyó los documentos de Enron mencionados en la acusación del gobierno, sino que preservó los registros de sus debate interno mientras el gigante energético entraba en la mayor bancarrota de la historia.
Andersen es acusado de destruir documentos de la auditoría de Enron para evitar que cayeran en las manos de los investigadores del colapso del comercializador energético.
Los fiscales alegan que la firma con sede en Chicago temía recibir severas sanciones tras su participación en otro escándalo de contabilidad que vinculaba a las empresas Waste Management y Sunbeam.
El socio de Andersen Carl Bass dijo ante el jurado que se produjeron enérgicas y en ocasiones intensas discusiones sobre Enron en septiembre y octubre, cuando las sociedades no registradas en libros de esa compañía generaron problemas financieros.
Enron era uno de los mayores clientes de Andersen y uno de los de mayor riesgo.
Como uno de los consultores internos de Andersen sobre las reglas de contabilidad, Bass frecuentemente asesoró a los contadores de la firma que manejaban las cuentas de Enron sobre las cosas que el gigante energético podía o no podía hacer.
Mientras Enron se venía abajo en medio de divulgaciones de que utilizaba sus asociaciones para esconder miles de millones de dólares en deudas e inflar sus beneficios, Bass dijo que se sorprendió al descubrir que el equipo asignado a Enron había ignorado gran parte de sus consejos y permitieron que esa empresa utilizara métodos de contabilidad poco confiables.
"Yo creí que ellos iban a seguir mis consejos", testificó. "Sabía que no estaban haciendo lo que se necesitaba que hicieran".
Bass envió un memorándum expresando su desacuerdo con las decisiones del equipo, lo cual al final llevó a Enron a absorber un cargo de 1.100 millones de dólares sobre las ganancias del tercer trimestre, modificar los resultados de cuatro años y a recortar el patrimonio de los accionistas en 1.000 millones de dólares.
Andersen también está luchando por sobrevivir tras perder cientos de clientes, pero Bass y otros testigos de Andersen han pintando un escenario que muestran las acciones de las compañías como erradas, y no criminales.
Los testigos dijeron que el socio de Andersen que encabezaba la auditoría de Enron, David Duncan, al igual que su equipo, brindaron malos consejos al gigante energético quizás debido a que se acercaron demasiado a la compañía y perdieron la objetividad requerida de los auditores buenos.
Bajo interrogatorio del abogado de Andersen, Rusty Hardin, Bass dijo que no cree que la compañía alentó a Enron a hacer algo fraudulento o tomar acciones para esconder su participación en el colapso de Enron.
"Si yo hubiera pensado que estaban (haciendo algo) ilegal o indebido, hubiera objetado", dijo Bass. "Creo que lo que Andersen estaba tratado de hacer era la contabilidad correcta", dijo.
"Algunas veces los contadores pueden terminar estando equivocados (...) y eso no significa que estén necesariamente cometiendo un crimen, ¿ó si?", preguntó Hardin.
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