Después de un largo tiempo abajo, el dólar parece a punto de subir
Luego de subir a un récord de 1,4967 dólares el 23 de noviembre, el euro bajó a 1,46 dólares el pasado jueves
Justo ahora que el dolor de estómago por la flaqueza del dólar está alcanzando un crescendo, la moneda estadounidense ha dado señales de redención.
Sin duda el dólar no está por desempeñarse como si de repente hubiera recibido una dosis de Viagra, y probablemente le falten meses para que se recupere de su caída, que ya lleva varios años.
Sin embargo, la mejoría en el intercambio comercial estadounidense, el daño por el debilitamiento de la economía de Estados Unidos que se está propagando a otros países, la perspectiva de tasas de interés más bajas en Europa y el abrumador desencanto por la caída del dólar sugieren que la moneda estadounidense podría dejar de debilitarse, si no es que ya lo hizo.
``Los pronósticos de una recuperación del dólar en 2008 son ahora más frecuentes, mientras que la cuenta corriente y el déficit presupuestario de Estados Unidos siguen contrayéndose'', dice Ashraf Laidi, analista cambiario jefe para CMC Markets en Nueva York.
Luego de subir a un récord de 1,4967 dólares el 23 de noviembre, el euro bajó a 1,46 dólares el jueves en Londres, indicio de que la moneda utilizada por 13 países europeos podría estar perdiendo impulso.
Lo mismo puede decirse de la libra británica, que se cotizó a un máximo en 26 años de 2,1161 dólares el 9 de noviembre, pero desde entonces ha caído a 2,03 dólares.
El dólar ha bajado 44% contra el euro en los últimos siete años; en lo que va del 2007 ha caído 9,8% contra la moneda común europea.
Ajustado para reflejar el comercio estadounidense con otros países, el dólar ha caído 23% desde febrero del 2002 y 8% este año.
La moneda estadounidense es clave para la competitividad empresarial mundial, las ganancias de las compañías, el precio del oro y otras materias primas, así como para el desempeño de los mercados bursátiles mundiales desde hace muchos años.
Sin embargo la percepción con respecto al dólar sigue siendo sorprendentemente negativa, tanto que el pesimismo es música para un oído opositor.
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