La informalidad prevalece en el alquiler de viviendas
- Zaira Rojas (zaira.rojas@epasa.com)
El sueño de más de 136,000 familias panameñas es contar con una vivienda propia, sin embargo, este anhelo muchas veces parece desvanecerse frente al incremento de las viviendas, que ronda en más del 20% en los últimos ocho años
El sueño de más de 136,000 familias panameñas es contar con una vivienda propia, sin embargo, este anhelo muchas veces parece desvanecerse frente al incremento de las viviendas, que ronda en más del 20% en los últimos ocho años
Incrementos
- 20% es el aumento del costo de las viviendas en los últimos ocho años, según los especialistas.
- 35% es el aumento del costo del alquiler de una vivienda en los últimos diez años.
Desventajas
- 20% del salario es lo que los bancos permiten comprometer para un préstamo hipotecario.
- 2,500 dólares necesitaría como ingreso familiar quien desee comprar una casa que cueste $60,000.
El sueño de más de 136,000 familias panameñas es contar con una vivienda propia, sin embargo, este anhelo muchas veces parece desvanecerse frente al incremento de las viviendas, que ronda en más del 20% en los últimos ocho años, lo que lleva a algunas familias a considerar otra opción: el alquiler.
Para el asesor de la Junta Directiva de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (Spia) y exviceministro de Vivienda José Batista, existe un mercado de alquiler enorme, pero de manera informal, es decir, constituido primordialmente por personas que compran casas y apartamentos para luego alquilarlos o que construyen pequeños espacios con este fin, pero no con el concepto que existía en el pasado del edificio de alquiler.
Para el especialista, este mercado informal produce ciertos inconvenientes, principalmente en los PH (propiedad horizontal), porque se pierde el principio de copropiedad que rige este tipo de viviendas, ya que cuando quien compró inicialmente el apartamento lo alquila, no toma en cuenta las costumbres de su cliente, por lo que existe la posibilidad de que el nuevo inquilino viole las normas de convivencia que rigen en el lugar.
Agrega que es necesario desarrollar un mercado formal de alquiler, porque hay miles de panameños y extranjeros que necesitan una mayor oferta, pero esto solo se puede lograr con mayores incentivos gubernamentales.
Uno de estos incentivos, sugiere el especialista, sería la creación de una ley que permita un desalojo efectivo, sin tantas complicaciones legales, de quienes incumplen su compromiso de arrendamiento.
Batista considera también que este mercado formal de viviendas de alquiler se puede desarrollar en áreas deprimidas de la ciudad, como Calidonia o El Marañón, lo que permitiría que las personas vivan cerca de los lugares donde trabajan.
También pueden construirse edificios para el alquiler de apartamentos en los alrededores de las áreas donde se construyó la primera línea del metro y donde se construirán las próximas, acotó Batista.
Ventajas
El exviceministro de Vivienda sostiene que hoy en día, los bancos solo permiten comprometer el 20% del salario, lo que representa una dificultad para las parejas jóvenes que desean emanciparse, tomando en cuenta que el costo de las viviendas se ha incrementado significativamente.
Actualmente, según Batista, hay pocos proyectos de viviendas que cuesten entre $40,000 y $50,000, pues la mayoría están por encima de los $60,000, y aunque el banco otorgue 30 años para el pago de la hipoteca, la mensualidad no es menor a los $400 o $500.
Estas cifras sugieren que se debe tener un ingreso no menor de $2,500.
Unos 500 dólares representaría el 20% de este ingreso de una joven pareja.
La alternativa
Es por esta razón que el especialista considera que en el país hay una demanda creciente de otra opción, que sería el alquiler, en el que no se exige comprometer el 20% del salario y las personas pueden gozar de una mejor ubicación, mientras que las viviendas con precios accesibles para la mayoría de panameños se localizan en la periferia de la ciudad, lejos de sus puestos de trabajo.
Sin embargo, Iván Carlucci, gerente de Inversiones Natasha, empresa de bienes y raíces, no comparte la opinión de Batista y argumenta que la disminución de las tasas para viviendas de interés preferencial, medida impulsada por el Estado, ha sido eficiente en el país para la adquisición de viviendas propias.
Carlucci agregó que, tradicionalmente, el panameño hace una transición bastante rápida (entre uno u dos años) de la vivienda de alquiler a la compra de su propiedad, luego de lograr su estabilidad laboral, requisito que piden los bancos para otorgar un préstamo hipotecario.
Destacó que en los últimos diez años, el precio del alquiler de casas y de apartamentos ha aumentado entre 35% y 40% ,principalmente en las zonas céntricas de la ciudad, situación generada por el mercado de extranjeros, conformado por quienes llegan a residir en el país y ejecutivos de empresas multinacionales que vienen a trabajar.
Precisamente son los extranjeros parte de la demanda que existe en el país para el desarrollo de un mercado formal de viviendas de alquiler, según Batista.
Desventajas
Por su parte, la presidenta de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces (Acobir), Katherine Shahani, manifiesta que obtener una vivienda propia tiene mayores ventajas, pues al final de la hipoteca el bien inmueble adquiere mayor valor y además es un activo que se puede dejar a los hijos.
Coincide con esta postura la directora ejecutiva del Consejo Nacional de Promotores de Vivienda (Convivienda), Elisa de Gómez, quien agrega que una propiedad, sea casa o apartamento, gana valor en el tiempo, lo que es una ventaja para quien compra, pero con el alquiler nunca se llega siquiera a ser propietario.
En tanto, Pedro Detresno, presidente de la empresa inmobiliaria Pedros, señala que la letra del préstamo hipotecario es menor a la mensualidad que se paga en un alquiler, y coincide con Gómez y Shahani en que al pasar los años la propiedad adquiere mayor valor.
Pero Batista argumenta que con la revalorización de las propiedades y el posible incremento del impuesto de inmueble, al terminar de pagar un préstamo hipotecario, el panameño solo será dueño de una deuda eterna y una vivienda difícil de vender.

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