Ovejas y cabras, la nueva apuesta de crianza y venta
- Carlos Araúz (carlos.arauz@epasa.com)
Cabras u ovejas, al escuchar estos dos términos, la primera reacción que se tiene es la de lejanía o se evoca para parajes en otros lares muy distintos a Panamá.
Al relacionar estas dos palabras, por lo general se les vincula con ganaderos prolíficos en la actividad, fincas de mucho terreno y grandes estructuras para su crianza.
Sin embargo, la realidad es otra, existe una oportunidad para aquellos productores con pocos recursos o hasta para aquel que aspira a ser un buen ganadero.
En los últimos años, debido al incremento de los costos de las medicinas, materiales para las estructuras y los insumos para desarrollar con éxito la ganadería bovina, se ha volteado la mirada a otro tipo de actividad ganadera que no tiene nada que envidiarle a la actividad porcina o bovina.
Situación actual.
Según el último censo agropecuario de la Contraloría General de la República de 2001, existían 701 y 353 explotaciones de ganado caprino y ovino, respectivamente. Esto tenía una equivalencia de 12,179 cabezas de ganado entre ambas especies (6155 caprino y 6024 ovino).
En la actualidad, se espera que en los primeros meses de 2012 salga a la luz el último informe del Censo Agropecuario, en el que se mostrará cómo está la actividad en la actualidad.
Los actores de este sector coincidieron en que las cifras que se presenten van a ser mucho mayores en las que se reflejará el crecimiento del sector.
Actualmente, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Panamá realiza investigaciones con relación al tema.
Norman Escrucería, profesor y médico veterinario, indicó que en el centro de estudios se separan hembras mejoradas para la venta y reproducción, no para consumo.
Agregó que la gente viene a la universidad a comprar reproductores hembras para tener cría y luego avanzar con animales mejorados.
Oportunidades.
Escrucería dijo que para iniciar se requieren animales criollos, que son muchos más adaptables y ayudan a las personas a adquirir más experiencia a medida que se esté avanzando. Entonces, después se irá introduciendo poco a poco animales de alta genética, ya sea , cruzando un semental con hembras criollas o entrando con animales F1, que es lo que se tiene en la universidad para la venta.
Además, mencionó que a medida que se gana experiencia, se puede ir ingresando genética, pero sin dejar atrás al animal criollo, ya que esto le imprime rusticidad para no tener que hacer tantos gastos (medicina contra parásitos y enfermedades).
Los animales en Panamá ya están adaptados, aunque los de alta genética van a dar mucho más carne que uno criollo. Igual ocurre con las cabras y la leche, ya que una de alta genética va a dar más leche que una criolla, apuntó Escrucería.
Estos animales requieren ciertas especificaciones, por lo que su cuidado es un poco más delicado, no es lo mismo que criar ganado bovino.
La idea es tener por lo menos 120 animales para que se puedan hacer las divisiones a través del año con 10 partos o crías por mes ( paren dos veces al año) y así todos los meses se tiene un abastecimiento para el mercado local.
El médico veterinario recomendó comenzar con instalaciones al alcance del productor y a partir de allí abaratar costos, ir creciendo, mejorando y ganar experiencia.
Retos.
La demanda nacional es grande. Los extranjeros (musulmanes, indostanos, hebreos) son el mercado tradicional y el no tradicional son los supermercados (que son por contratos), los hoteles que quieren un abastecimiento, los restaurantes, los cruceros que quieren un abastecimiento constante y para la exportación.
En la actualidad, no hay una oferta porque no existe quién supla actualmente a los supermercados.
Apoyo gubernamental.
Diferentes instituciones están haciendo la diferencia, aportando los conocimientos y la asesoría necesarios para que los productores que ya están en la actividad y para aquellos que deseen iniciarse puedan sacar provecho de este producto.
El Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y el Instituto de Investigaciones de Panamá (IDIAP) son ejemplos de eso.
El entusiasmo que se tiene por estos productos ha encauzado los esfuerzos de los productores para ir organizándose en diferentes grupos, tales como la Confederación de Ovicultores y Caprinocultores de Panamá (Conacap), la Asociación Panameña de Ovinos y Caprinos (APOCAP), la Asociación de Productores de Ovinos y Caprinos de Panamá Oeste (Apocapo).
También existe la Federación de Productores de Ovinos y Caprinos de Bocas del Toro, la Asociación de Productores Agropecuarios de Dolega (APAD), además de escuelas piloto en el interior de la República.
Experiencias de ganaderos.
Heraclio Salinas, de la Asociación de Productores Agropecuario Génesis (Aproage) en San Andrés, Chiriquí, explicó que la agricultura se ha puesto difícil y esto ha motivado a las personas a incursionar en la actividad.
Recalcó que los agremiados son personas humildes que no tienen más de 20 animales en sus fincas, ya que no se necesita un gran hectareaje para tenerlos.
En este momento, poseen 11 miembros con un aproximado de 100 animales.
Salinas aseveró que por la docilidad de estos animales, hasta niños y ancianos pueden cuidar a las cabras.
Dijo que como agrupación, con asesorías, han logrado producir yogures con su propia materia prima y que luego distribuyen.
El yogur de 8 onzas que se produce, se vende al mercado local (comunidad) en $1.25, mientras que la leche se vende a $2.50 el litro.
Por otra parte, la carne por lo general, se vende en cría a aquel que la desee, por lo que ellos mismos se encargan del sacrificio, mencionó.
En la parte del sacrificio del animal todavía no se está preparado, tal vez cuando la gente empiece a comer la carne haya apoyo gubernamental para crear un matadero especial, manifestó.
Idania Fernández, productora a pequeña escala de cabras, explicó que tiene casi cinco años de estar involucrada con estos animales y ha sido una buena experiencia.
Comentó que a su finca han ido representantes de instituciones gubernamentales, bancos para aprender el desempeño del mismo.
Admite que su producción básicamente es artesanal y que el modo de operar con estos animales se da desde la perspectiva orgánica y ecológica, sin incluir ningún tipo de químico, que a la larga trae más problemas.
Fernández hace referencia que sus clientes ven este detalle y es por eso que a ella se le acercan para pedidos.
Agregó que el mercado hay que trabajarlo más, ya que todavía este no está muy seguro.
“Poseo una refresquería también y es a través de esta que comercializo y promociono los productos que fabrico”, afirmó Fernández.
Recordó que la ventaja es que a las cabras se les puede manejar a pequeña escala en espacios más reducidos que para el ganado bovino.
La productora dijo que la actividad es accesible y es poco costosa, ya que es solo cuestión de organizarse y meterle ganas al proyecto.
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