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Reforestar Panamá, una tarea con varios aliados, incluyendo la minería
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Aparte de los viveros que pueda aportar el Ministerio de Ambiente, se va a requerir el apoyo de viveros privados para lograr esta meta de reforestación en el país.
De las 7,551,690 hectáreas de extensión del territorio con las que cuenta Panamá; 3,052,304 mantienen una cobertura boscosa, es decir, 40.4% de la superficie del país. La deforestación total de Panamá en los últimos 20 o 15 años, de acuerdo con World Forest Watch, ha sido cerca de 80,000 hectáreas de bosque primario (18% de la pérdida de cobertura arbórea) desde el 2001 al 2020. O las cerca de 441,000 hectáreas de pérdida de cobertura arbórea en Panamá. Las principales causas son la extensión de la frontera agrícola y ganadera, los asentamientos informales y la tala ilegal. Las provincias de Veraguas, Panamá y Darién son las que más están siendo afectadas por la deforestación, de acuerdo con datos revelados por Ministerio de Ambiente, mientras que la provincia de Colón es la que más cobertura boscosa ha ganado.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, la agricultura ocupa alrededor del 18.5% de tierras cultivables, más 1,2 millones de hectáreas de pastos/pastizales. Del territorio total, la mina de Cobre Panamá ocupa el 0.07%. Para ser más específicos, la concesión ocupa 0.18%, de toda el área de la huella de proyecto y la huella actual es de aproximadamente 0.04%.
La comparación se menciona, ante la constante discusión sobre el impacto de la actividad minera, una tarea que los actores más grandes de la industria en el país (Cobre Panamá) han asumido como propia, y aparte de los esfuerzos dirigidos para conservar, rehabilitar ecosistemas parecidos a aquellos en los que la mina opera y operará, también reconocen la responsabilidad que conlleva su operación hacia el país.
Quienes giran en torno a la mina recuerdan que el 0.07% genera 39 mil empleos formales, compras por unos 600 millones de dólares al año a proveedores nacionales, 85% de la producción total del sector primario de la economía nacional y el 4% del PIB total. Lo citan, porque consideran importante comprender el equilibrio entre el impacto económico, social y ambiental al considerar las compensaciones de la minería; y la existencia de un valor ambiental.
Plantones que recorren todo Panamá
Elmer Guardado labora en el vivero de Cobre Panamá, ubicado en Coclesito, área norte de Coclé. En 2015 se inició el proyecto para la reforestación de especies nativas de árboles y café. Primero se hizo una encuesta en el área que arrojó el interés de las personas para que además de árboles frutales y maderables, se incluyeran otros productos, y en ese caso fue el café como rubro a corto plazo para beneficiar a los productores de la zona.
Este año empezaron a trabajar en el proyecto del Banco de Semilla Forestal. Son tres trabajadores, además de Guardado, quienes están encargados de trasplantar unos 2 mil plantones por día (200 cada media hora). La labor parece imposible y extenuante, pero la agilidad y experiencia de estos es clave para lograrlo.
Roble, santa maría, bateo, cedro, cedro bateo, así como carbonero y otros, que aportan al ambiente, son las especies que ahora habitan las 300 hectáreas por año que se reforestan en todo el país con los plantones que salen del vivero.
Actualmente están trabajando en las provincias de Los Santos y Darién; sin embargo, hay 200 productores en todo el país con más de 4 mil hectáreas reforestadas. De hecho, por cada hectárea se están sembrando unos 600 árboles más 500 plantones de café. Todo esto representa además, mano de obra que se refleja en una mejor economía para las áreas.
“Nosotros estamos trabajando para reforestar desde Chiriquí hasta Darién, estamos en diciembre y ya trabajamos para las semillas del 2022, ya las tenemos almacenadas. Es toda una logística, no es lo mismo contarlo que vivirlo. De verdad que es muy interesante mi trabajo, yo logro ver todo el proceso, desde el cuidado de la semilla, el trasplante a los contenedores, el cuidado que esto lleva hasta que lo llevo a la tierra y veo crecer”, contó.
Guardado vive en Villa Del Carmen en Coclesito, y aunque su profesión es la contabilidad, labor que realizó por algunos años, emprendió en el mundo de la naturaleza. Recordó que no sabía nada de plantas, “para mí todo era verde, luego aprendí a identificar las distintas especies de árboles y hoy estoy al frente del vivero de Cobre Panamá sacando un millón de plantones al año junto a mi equipo”, dijo orgulloso.
La meta de reforestar 50 mil hectáreas
Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 y frente a más de 100 líderes mundiales, Panamá se comprometió a detener la deforestación en 2030 como parte de la Declaración sobre Bosques y Uso de la Tierra.
Lograr un Panamá más verde es la acción número 76 de las 125 prioritarias del Plan Estratégico de Gobierno 2021-2025. La meta es lograr reforestar en los próximos cinco años más de 50 mil hectáreas con una visión clara en los temas de protección y conservación de cuencas prioritarias y productoras de agua a nivel nacional, junto a socios y aliados estratégicos. De acuerdo al reporte de lUCN menciona que el esfuerzo de conservación y preservación en países tropicales será entre e l4 al 6% del PBI anual.
Para lograr la meta se necesita producir más plantones. Aparte de los viveros que pueda aportar el Ministerio de Ambiente, se va a requerir el apoyo de viveros privados para lograr esta meta, siendo, sin dudas, el vivero de Cobre Panamá y el trabajo de Guardado con su equipo clave en la tarea, tomando en cuenta su producción de todo tipo de especies nativas, algunas mejores para la captura del CO2 como el guayacán, el cocobolo y el almendro.
Pero el trabajo de Guardado requiere de aliados estratégicos para viajar por todo el país, como María Eugenia de la Guardia, presidenta de la Fundación Moviendo Vidas. Con el proyecto Siembra tu Árbol, de la fundación, se logró un acuerdo con Cobre Panamá para el desarrollo de un plan de siembra fuera de las áreas cercanas a la mina.
Fue entonces cuando en 2020, en media pandemia se inició el proyecto, que tiene como meta sembrar en todo el país un millón de árboles en un periodo de entre cuatro y cinco años. De hecho, la meta para este 2021 era plantar 20 mil y ya han sobrepasado los 30 mil, gracias a asociaciones con empresas privadas y de gobierno, lo que le ha permitido a la mina contribuir mucho más por el país. “Al principio nosotros teníamos que tocar las puertas para llevar a cabo el proyecto y ahora nos llaman a nosotros. Hay gran cantidad de empresas que nos llaman porque quieren aportar, quieren ser parte de esto, es impresionante”, dijo de la Guardia.
En las jornadas de siembra han participado más de 2 mil voluntarios y más de 80 empresas. Para el 2022 ya tienen firmados más de 50 convenios con empresas privadas, gremios y gobiernos. Esto significa, explicó de la Guardia, que los interesados se comprometen con la siembra y a través de la fundación se consiguen los terrenos si no los tienen, y mediante el vivero de la mina se les provee los plantones. Se espera continuar en la ciudad de Panamá, abarcando hasta La Chorrera y luego al resto del país.
Por medio de la gestión de Moviendo Vidas se ha logrado que muchos viveros ubicados tanto en Panamá como en Panamá Oeste, que no se estaban utilizando, cuenten con plantones que les otorga Cobre Panamá para que crezcan y estén fuertes para después sembrarlos.
“Nunca pensamos que el puente que ha logrado Moviendo Vidas fuera tan fuerte y lograr que Minera Panamá pueda lograr el devolver a Panamá, y las únicas personas que considero pueden tener las herramientas para lograr hacer estas plantaciones masivas es realmente Minera Panamá, porque mucha gente no sabe o no quiere verlo, no tienen idea de la magnitud del vivero que tienen ellos, es el más grande de Latinoamérica”.
De potreros a reforestación sostenible
Testimonios evidencian que el programa de reforestación de Cobre Panamá - el principal reforestador a nivel privado y la tercera mayor mina del mundo por mineral extraído- no solo beneficia a las comunidades cercanas a la mina, sino que a todo el país.
Y es que, detrás de cada árbol sembrado hay toda una parte humana, pues no solo es el tema de la conservación del ambiente, sino que esto también se traduce en una sostenibilidad social y económica para cientos de familias que están alrededor y fuera de la mina de Cobre Panamá, con todo el trabajo que se está haciendo con ellos.
De eso puede dar fe Damaris Navarro, quien reside en el sector de Cerro Moreno en el corregimiento de Llano Norte, en el distrito de La Pintada, provincia de Coclé. En 2017 entró en el proyecto de reforestación de Cobre Panamá. Orgullosa dijo que lo que antes era un potrero -sin ganado- ahora es un área reforestada con árboles maderables y plantas de café, del cual ya disfruta de la cosecha.
Son seis hectáreas de terreno las que ahora están reforestadas y en el caso del café, este año Damaris y su familia han cosechado 13 “latas”, que supera las 300 libras del producto.
Tal como Damaris, la señora Paula García aún no puede creer que en su finca ubicada en Embarcadero, distrito de La Pintada tenga una producción cafetalera que además de la reforestación de especies nativas de árboles, le está trayendo grandes beneficios.
Fue en 2017 cuando entró en el programa de reforestación de Cobre Panamá y desde ese tiempo junto a su familia han mejorado la calidad de vida. A los dos años y medio su finca empezó a producir café, el que es vendido en la cooperativa.
García tiene seis hectáreas de terreno reforestadas y este año ha cosechado ya 80 latas de café (2,400 libras del fruto o cereza del café sin procesar), apenas iniciando la cosecha, lo que para ellos es una entrada económica que les permite seguir adelante.
La productora recordó que antes del proyecto de la mina era muy difícil conseguir una “chamba” y solo por día pagaban $2.50 y hasta menos. Además lo que producían no tenían dónde venderlo, pero ahora “no se vende lo que no se hace, si uno hace comida se vende, si uno hace tamales también y en el caso del café todo se vende y a $4.00 la libra”, explicó. Junto al resto de los productores, ha recibido muchas capacitaciones de parte de la empresa, que lleva personal especializado para instruirlos en cuanto al trabajo de la finca y su mantenimiento.
Usar la tierra y devolver su aporte
Luis Ríos es presidente del Grupo Batipa, que desde el 2020 tienen la oportunidad de trabajar junto a la minera en un proyecto de reforestación que complementa el trabajo de ganadería y reserva de vida silvestre en una área ubicada en el corregimiento de Chiriquí, provincia de Chiriquí, al inicio del corredor biológico de Gualaca y rodeada de 2 mil hectáreas de manglares.
Actualmente tienen una parcela de 60 hectáreas para la reforestación de distintas especies nativas en la que también se tiene sembrado el almendro de montaña, especie de árbol que es el principal para la alimentación de las guacamayas y de la vida silvestre en general. Al no tener en su reserva privada esta especie de árboles, vieron la oportunidad de plantarla con el fin de nutrir el corredor altitudinal (biológico) de Gualaca, que justamente nace en los terrenos de Batipa y llega hasta Fortuna, un proyecto a largo plazo que gracias a la minera han logrado realizar.
Ellos anhelan que las guacamayas puedan volver al área, pues debido a la deforestación, estas desaparecieron de las islas del Golfo de Chiriquí, que está ubicado justo frente a los terrenos de Batipa. “No existe una sola guacamaya en este territorio, porque fueron eliminadas por la deforestación y los cazadores furtivos. Ese es un proyecto que también queremos: nutrir la vida silvestre y ojalá pudiéramos repoblar las islas con las guacamayas y de allí el interés del almendro de montaña muy común en Darién y Bocas del Toro”.
El proyecto de reforestación es monitoreado de cerca con el fin de que se pueda cumplir al 100% y no sufra con la estación seca del próximo año, dijo Ríos, quien detalló que son 635 hectáreas dedicadas a la conservación de la vida silvestre (un convenio realizado hace 20 años) y ahora tienen la oportunidad de complementarlo nutriendo esas 60 hectáreas, aparte de las 400 hectáreas de ganadería, con otras especies nativas. De hecho, este año ya tienen 30 hectáreas sembradas y esperan sembrar las otras 30 en 2022.
“El beneficio que estamos recibiendo de la minera es que es un complemento vital para el proyecto a largo plazo que tenemos aquí en Batipa”, afirmó Ríos.
A finales de 2019 el señor Arnulfo Bermúdez empezó a trabajar en el proyecto de reforestación con Cobre Panamá, en dos de sus fincas ubicadas en La Colorada y en El Pedernal, ambas en la provincia de Veraguas.
Son 30 hectáreas de terreno que anteriormente era solo potrero y en el que admitió se estaba comprometiendo el recurso agua. Él decidió mover el ganado que tenía en ambos sitios mientras los plantones de especies como caoba, cedro, roble, espavé, guayacán, quira y cocobolo vayan creciendo, una vez estén de mayor tamaño volverá a repoblar con sus animales para implementar el sistema silvopastoril (combinación de especies forestales o frutales y animales).
El productor aseguró que a pesar de que los plantones apenas están creciendo, ya se nota el cambio en el microclima del área y esto lo llena de satisfacción, pues al ser un conocedor de la agroindustria, es consciente del beneficio ambiental que representa contribuir con los bosques y salvar el agua.
Por ahora, dijo Bermúdez, llevan sembrados unos 19,500 plantones en el denominado vivero satélite, que se basa en que la minera les provee de los plantones o semillas para que ellos los atiendan y los nutran hasta que se puedan sembrar en tierra firme.
Recuperación del suelo y estrategia contra el cambio climático
Desde junio de 2021 la Finca Santa María S.A. ubicada en la provincia de Chiriquí, con el apoyo de Cobre Panamá, está desarrollando un sistema de reforestación.
“Es un proceso de recuperación de áreas degradadas por el manejo intensivo de pastoreo en unos sistemas agro sostenibles con valor comercial y de ambiente”, detalló Harmodio Santamaría, propietario de la finca, que está desarrollando un sistema silvopastoril, diseñado para tener tres estratos productivos en el mismo suelo. “Abajo tenemos el pasto, a mediana altura arbustivos con valor nutricional importante y en el estrato superior los árboles. El proyecto está destinado a desarrollar 100 hectáreas silvopastoril y tiene como objetivos primero: mejorar la capacidad productiva de la finca, segundo: hacer aportes significativos a las condiciones agroclimáticas del área y tercero: que se está convirtiendo en un centro de capacitación no formal a los productores del área”.
El mejoramiento de la productividad requiere aumento de la producción de la finca mediante el aporte, el manejo de pastos de alta calidad nutricional y la incorporación de plantas forrajeras de alto valor nutricional, tal como botón de oro, el cual se está sembrando de manera distribuida homogéneamente dentro de la finca para que siempre los animales tengan la disponibilidad de pasto con alto valor nutricional, lo cual mejora significativamente la calidad de la leche y el volumen de esta que se produce por animal, de hecho con la rotación de botón de oro y pastos mejorados están teniendo un aumento en la productividad de un 37%.
Santamaría señala que uno de los grandes valores que tiene el proyecto de reforestación con Cobre Panamá, que es flexible y permite adaptarlo a las condiciones que cada productor necesita o le interesa y en condiciones de clima como en su caso, donde son tierras bajas y que en época seca son muy duros, permite todo un sistema de recursos, conocimientos y tecnología financiados por el proyecto silvopastoril, que a su vez brinda beneficios adicionales al productor y permite que Minera Panamá cumpla con su objetivo de reforestación, aumentando y potenciando significativamente el valor nutricional de la finca, su productividad y por supuesto a futuro su valor comercial.
Son beneficios adicionales que el proyecto ofrece, no solo para el productor, sino para la comunidad, comenta Santamaría, haciendo referencia a que los impactos económicos de estos proyectos son importantes, porque generan mano de obra local y una actividad comercial adicional en las empresas que distribuyen sus insumos y a su vez tienen un efecto multiplicador con las empresas y sus trabajadores.
Pero, mucho más allá de ese beneficio económico a corto plazo en las comunidades rurales donde viven, y que aporta esa posibilidad de un trabajo digno para mantener a sus familias, es que, es un proyecto que hace grandes aportes a la humanidad, de acuerdo con el propio Santamaría.
“Es importantísimo para la vida silvestre, para los animales de la finca y toda la biodiversidad del sitio, porque se refiere y se convierte en nichos que permiten la sustentabilidad de la biodiversidad del país”, dijo, tal como en su finca donde ya las plantaciones están empezando a aportar sombra.
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